domingo, 18 de octubre de 2015

El indomable Will Hunting


Carátula de El indomable Will Hunting
Disponer de mucho tiempo libre y que te guste el cine es como juntar en una misma sala a esa extraña pareja que, aunque son radicalmente diferentes, se atraen y se complementan. Esto es lo que estos días he podido comprobar y disfrutar echando mano de nuestra DVDteca casera, aunque para ello haya tenido que hacerlo desde un punto de vista individual y no de equipo.

En esta ocasión opté por una gran cinta de 1997 como es el drama “El indomable Will Hunting”, basado en una historia escrita por dos miembros del starsystem de Hollywood, Ben Affleck y Matt Damon, y dirigida por Gus Van Sant.

La historia empieza desplazándonos al instituto de Massachusetts donde el célebre matemático Gerald Lambeau (interpretado por Stellan Skarsgard) da clases de algebra aplicada. Como es norma en el departamento, además de impartir las clases, se acostumbra a dejar en los pasillos del centro algunos retos para que los estudiantes más aplicados se luzcan.

La sorpresa para Gerald llega cuando, de un día para otro, aparece resuelto un reto que al propio profesor le costó meses. Intrigado, pregunta en clase por el autor de la resolución quedando éste sin aparecer, por lo que decide plantear un nuevo reto mucho más difícil que el anterior. Al salir del instituto, el profesor observa como el joven conserje del instituto está escribiendo en la pizarra, aunque éste huye del lugar al ser descubierto, dirigiéndose a su casa en uno de los suburbios de Boston. Se trata de Will Hunting (a quien da vida Matt Damon), un chico huérfano de 20 años dotado de una inteligencia superior y de una memoria prodigiosa.  

Como Gerald no puede dejar pasar un prodigio como ese, mueve cielo y tierra para encontrar a Will, dando con él cuando éste se enfrenta a un juicio por agresión que puede llevarle a la cárcel. Al final, Gerald consigue utilizando su influencia que Will no vaya a la cárcel a cambio de estudiar matemáticas bajo su supervisión y de asistir a terapia.

Will acepta la propuesta aunque detesta a los terapeutas aunque, por suerte para todos, el terapeuta escogido es un viejo amigo de Gerald, Sean Maguire (interpretado por Robin Williams) quien, después de unas pocas sesiones, consigue que Will empiece a desprenderse de su coraza y a confiar en él, saliendo a la luz un montón de traumas y problemas ocultos en la vida de nuestro protagonista.

Mientras los días pasan, Will continua estudiando matemáticas, asistiendo a entrevistas de trabajo organizadas por Gerald, saliendo con sus compañeros de barrio (Chuckie, Billy y Morgan) a la vez que trabaja para superar todos sus problemas con el doctor Maguire. ¿Conseguirá dejar atrás su pasado para enfrentarse a una prometedora vida de adulto? Una buena pregunta de la que, obviamente, no obtendréis la respuesta a través de esta crítica, aunque sí viendo “El indomable Will Hunting”.

Lo primero que me sorprendió al ver esta película fueron las interpretaciones de la mayoría de su casting, destacando especialmente al joven Matt Damon, quien hace un gran papel pese a su juventud e inexperiencia y al gran Robin Williams quien, una vez más, borda su papel hasta el punto de no solo hacerse merecedor del Oscar que ganó por su interpretación (Oscar al Mejor actor de reparto en 1997) si no de ser encumbrado como uno de los grandes de Hollywood.

Argumentalmente “El indomable Will Hunting” es una película que no deja indiferente a nadie, ya que, desde un primer momento, las contradicciones en las que vive inmerso Will provocan que uno se implique totalmente en su historia, en sus problemas y sus luchas por crecer y mejorar, aunque para ello tenga que superar miedos, rechazos y porque no decirlo, un cierto grado de autodestrucción al lado de un personaje que, aunque lleno de contradicciones personales y un camino vital muy parecido al de nuestro protagonista, consigue hacerle ver a este que, más allá de los miedos hay toda una vida que descubrir. Como muestra de esto, os recomiendo una de las escenas más brillantes de “El indomable Will Hunting”, cuando estando Will y Sean a orillas de un lago, Sean deja sin palabras a Will.

Por todo lo que os he contado, mi nota final para esta cinta es de un 8.5 sobre 10 con la recomendación implícita de verla, aunque solo sea una vez en la vida.




Título original: “Good Will Hunting” – 1997 – USA
Dirigida por: Gus Van Sant
Duración: 126 minutos
Género: Drama
lunes, 12 de octubre de 2015

La milla verde


La Milla Verde - Cartel
Uno puede ver decenas o incluso centenares de películas, y de vez en cuando encontrarse con una que, por el motivo que sea, cala más profundamente que el resto en su interior, a pesar de que aparentemente no hay nada en ella que invite a que lo haga, ni por temática, ni por casting. Hace muchos años, cuando aún este equipo no estaba ni en ciernes de constituirse, tuve la oportunidad de descubrir una adaptación cinematográfica de una obra de Stephen King llamada “El corredor de la muerte”. Corría 1999, y la adaptación se llamaba “La milla verde”.

Como en su momento me impactó y la recordaba con sumo cariño, cuando hace unos días tuve la oportunidad de poder volver a disfrutarla, no lo dudé ni dos segundos: tomé asiento en mi sofá, puse el DVD en marcha y me dispuse a rememorar las tres horas de “La milla verde”.

La historia empieza en una residencia de ancianos en medio de las montañas. Allí, cada mañana, el centenario Paul Edgecomb (a quien da vida magistralmente un gran Tom Hanks) sale a disfrutar de un paseo hasta una cabaña abandonada. Un día, a su vuelta del paseo y mientras ve la televisión, Paul se viene abajo viendo “Sombrero de copa” con Fred Astaire y Ginger Rogers.

Paul, después de pensarlo bastante, decide que ya va siendo hora de contarle su vida a Elaine, su compañera de residencia, aunque para ello tenga que remontarse al verano de 1935, cuando John Coffey llegó al corredor de la muerte de la prisión de Cold Mountain, donde Paul trabajaba.

En 1935, el pabellón E del centro penitenciario de Cold Mountain estaba custodiado por Paul, el bueno de Brutus Howell (interpretado por David Morse), el veterano Harry, el novato Dean y el sádico Percy (a quien da vida Doug Hutchison). Dicho pabellón era conocido como “La milla verde” por el color de su suelo, un verde que conducía a la silla eléctrica y que, como rezan los carceleros, a veces era más largo que una milla.

Cuando el gigantón John Coffey (interpretado por Michael Clarke Duncan) llega al corredor de la muerte bajo la aureola de ser un asesino de niños, pronto se hace con los corazones de los funcionarios y del resto de prisioneros: el indígena Arlen y el francés Eduard Delacroix, quien se acabará convirtiendo en amigo de John.

Poco tiempo después, llega al corredor un auténtico psicópata, un asesino confeso que lo revolucionará todo, “Billy el niño” (a quien da vida Sam Rockwell).

Entre altercados, ejecuciones y confesiones de todo tipo, el gran corazón de Coffey y unos asombrosos poderes curativos quedan al descubierto para todos, aunque ya os podéis imaginar que no os contaremos aquí en desenlace de esta trama.

Lo primero que me gustaría remarcar es el arrollador desarrollo de una trama que, a pesar de desarrollarse durante ni más ni menos que 3 horas, en ningún momento se vuelve lenta ni aburrida. En este sentido, Frank Darabont (el director de la cinta) consigue no solo salvar este hándicap, sino también potenciar la trama con un ritmo creciente mientras mezcla magistralmente los dramas personales de los protagonistas, con los poderes paranormales de Coffey y un montón de sucesos que no solo atrapan al espectador, sino que consigue hacernos vibrar y ponernos la piel de gallina. Realmente, son poquísimas las películas que lo consiguen y menos con su temática.

Otro aplauso en cuanto a la elección del casting, ya que todos parecen adaptarse como un guante a sus papeles. De entre todos, y dejando aparte a un grandísimo Tom Hanks que brilla en todas las secuencias, me gustaría resaltar el trabajo del para mí, un gran desconocido y malogrado Michael Clarke Duncan quien, con quizá el papel más difícil de la película, consigue no solo meterse en el personaje sino emocionarnos y hacernos vibrar. Tampoco me gustaría olvidar a los auténticos antagonistas de historia, Sam Rockwell y Doug Hutchison, quienes bordan sus sádicos y crueles personajes.

Muchos catalogarán “La Milla verde” de pretensiosa o la criticarán por ser la adaptación de una historia de King, pero bajo mi modesto punto de vista creo que se trata de una de las grandes películas de la historia reciente del cine comercial. Os la recomiendo totalmente con una nota final de un 9 sobre 10.





Título original: “The Green Mile” – 1999 – USA
Dirigida por: Frank Darabont
Duración: 180 minutos
Género: Drama

jueves, 8 de octubre de 2015

La Bella y la Bestia


La Bella y la Bestia - Cartel
Cuando uno piensa en los “clásicos Disney” inmediatamente le vienen a la mente imágenes de “Bambi”, “Blancanieves y los siete enanitos” con “Dumbo” y la banda sonora de “La Bella y la Bestia”. Sabemos que poco tienen que ver las unas con las otras, de hecho, son cintas que han sido creadas con casi 50 años de diferencia.

Hoy precisamente os queremos hablar de “La Bella y la Bestia”, una cinta que, aunque data de 1991, tiene absolutamente todos los ingredientes de las obras de los primeros tiempos de Disney, unos personajes bien desarrollados, una historia de amor y sobre todo, una gran, gran banda sonora.

La historia se sitúa en un espectro temporal muy lejano, comenzando su desarrollo durante una fría noche de invierno a las puertas de un esplendoroso castillo. Allí, una vieja vagabunda pide cobijo y protección al príncipe a cambio de una bella rosa, pero este, viéndola vieja y fea le deniega la ayuda por dos veces. Enfadada, la anciana le echa un hechizo y convierte al príncipe en una bestia, hechizo que, evidentemente podrá romper cuando el príncipe comprenda que el amor está por encima de la belleza.

A no muchos kilómetros de allí, en un pequeño pueblo viven Maurice y su hija Bella, una joven tan guapa como incomprendida, ya que es la única del pueblo capaz de pasarse horas y horas leyendo. Un día Maurice, sin quererlo, acaba en el castillo del príncipe, en donde es encarcelado sin miramientos.

Unos días después, con la ayuda del caballo de Maurice, Bella descubre que su padre está encerrado en el tenebroso castillo, y decide ir a su rescate. Como poco puede hacer contra Bestia, Bella decide ofrecerse a cambio de la libertad de su padre. Contra todo pronóstico, y viendo ante sus ojos la posibilidad de romper el hechizo con Bella, Bestia acepta el trato.

Con el paso del tiempo, Bella se hace amiga de Lumière, Din Don, la señora Potts y su hijo Chip, un conjunto de artículos de menaje que, a la vez, ejercen de sirvientes de Bestia.

Mientras tanto en la aldea, el malvado Gastón decide organizar un grupo de rescate destinado a secuestrar a la Bestia y acabar con su vida, cueste lo que cueste.

Aunque es evidente que casi todos conocemos el final de la historia de “La Bella y la Bestia”, nos permitiréis que nos lo guardemos para nosotros, ya que, aunque se trate de un auténtico clásico, siempre quedará por ahí alguien que no sepa cómo acaba la historia, y evidentemente no es nuestro objetivo romper la magia del secreto.

No os vamos a engañar, “La Bella y la Bestia” fue sin lugar a dudas la mejor película de los estudios Disney hasta la llegada de Pixar y su posterior pérdida de rumbo. Con esta película lograron juntar y elevar al máximo todos los rasgos que convirtieron a la productora en un auténtico gigante: una banda sonora perfecta (por la que ganaron los Oscar de mejor BSO y mejor canción), una historia repleta de amor, fantasía y humor en metraje ideal.

En cuanto a los personajes, todos ellos son totalmente inolvidables, desde Bella con su fuerza e inocencia, hasta el villano Gastón (tan guapo como primitivo y arrogante) pasando por Chip, Lumière o Din Don, artificies de la parte más divertida de “La Bella y la Bestia”.

Por su belleza, técnica, personajes y banda sonora, nuestra nota final es un 9 sobre 10, y con ella nuestra recomendación más absoluta de verla y disfrutarla como mínimo una vez en la vida.



Título original: “Beauty and the Beast” – USA – 1991
Dirigida por: Gary Trousdale
Duración: 85 minutos
Género: Animación
domingo, 4 de octubre de 2015

Paul


Paul - Cartel
Os debemos reconocer que en el equipo no nos consideramos para nada fans del cine de ciencia ficción protagonizado por extraterrestres (salvo si hablamos del pequeño y entrañable “E.T.”, claro), pero estos días hemos tenido la oportunidad de desempolvar una cinta de 2011 protagonizada por el deslenguado, dicharachero e irreverente Paul, un extraterrestre que da nombre, además, de a él mismo, a la propia cinta de la que hoy os hablamos.

Como ya os hemos dicho, no es nuestro género preferido, pero de vez en cuando buscamos alguna cinta que cumpla con una máxima: entretener y si es posible, hacernos sonreír, siendo eso por lo que escogimos “Paul”.

La historia empieza presentándonos a Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost), dos freaks británicos que han cruzado el charco para asistir a la convención “Comic-Con” de San Diego y aprovechar a la vez su gran viaje para sumergirse en el corazón de la América alienígena pasando por los puntos más remarcables de avistamientos hasta llegar a la célebre “Zona 51”, donde hace más de 60 años se estrelló un ovni.

Una vez han conocido a su ídolo Adam Shadowchild, Grame y Clive inician en su autocaravana su ruta alienígena hasta llegar a las inmediaciones de la “Zona 51”, donde sufren un extraño accidente de circulación con un coche en el que, aparentemente, no viaja nadie, y decimos que aparentemente porqué al regresar a su autocaravana aparece Paul.

Os debemos reconocer que, como persona, Paul sería una de aquellas que todos querríamos tener muy lejos de nosotros, ya que fuma, bebe, come pájaros vivos, es un cachondo mental de cuidado y suelta más tacos que un personaje de Seth MacFarlane, aunque, al revés de estos, pronto se hace querer y muestra su buen fondo.

Quizá es por este motivoque nuestros dos protagonistas deciden ayudar a Paul en su objetivo de llegar sano y salvo a un punto de encuentro con los suyos para regresar a su mundo. Para ello, se deberán enfrentar a un duro e incansable agente de inteligencia secundado por dos agentes idiotas integrales, además de escapar también de un ultra religioso violento.

Todos estos ingredientes conforman la base utilizada para conformar las tramas argumentales con las que se ha cocinado “Paul” para llegar a un desenlace que, aunque totalmente previsible, no tenemos ninguna intención de contaros en este pequeño rincón.

Interpretativamente “Paul” es, siendo muy generosos, muy mediocre, ya que, aunque entre Pegg y Frost hay buena química, en ningún momento sus personajes freaks llegan a trasmitir nada, como tampoco lo hacen el resto de personajes secundarios. El único que sorprende es el propio Paul, que para ser un personaje animado, supera al resto del casting sin demasiados problemas.

Argumental y técnicamente “Paul” tampoco es mucho mejor, aunque nos gustaría remarcar que como “road movie” la película funciona bien, con un montaje dinámico y entretenido, a pesar de que después haga aguas en su vertiente más técnica, abusando de guiños a otras cintas del género (el agente de inteligencia parece una parodia de “Men in black”, el propio Paul y los suyos copian demasiado al propio “E.T”, etc.), olvidándose de ser una comedia durante la totalidad de sus 103 minutos de metraje al recurrir a tal efecto a gags puntuales.

Con todo, nuestra valoración final es de un 5 sobre 10 porque, aunque no es una gran comedia ni una gran cinta de ciencia ficción, sí que consigue entretener y eso, hoy en día, ya es un gran mérito.



Título original: “Paul” – USA – 2011
Dirigida por: Greg Mottola
Duración: 103 minutos
Género: Comedia, ciencia ficción