Las
personas que convivimos con perros lo tenemos muy claro, su amistad y lealtad
hacia nosotros es totalmente inquebrantable. Siempre están a nuestro lado,
entendiendo nuestros estados de ánimo, buscándonos para que les toquemos y nos
tranquilicemos si estamos nerviosos, haciéndonos jugar, etc.
Y
esto es solo la punta del iceberg que me lleva a pensar, desgraciadamente
demasiadas veces, sobre el tipo de sociedad que estamos construyendo cuando en
pleno Siglo XXI aún hay gente que maltrata a los perros, los hace pasar hambre,
les abandona e incluso, les mata fríamente si “no sirven” para colmar sus
hobbies.
Entendemos
que haya gente que no quiera compartir su vida con ellos o que no quiera asumir
la responsabilidad de darles de comer, pasearlos haga sol o nieve, llevarlos al
veterinario, etc., y nosotros les respetaremos, mientras nos respeten a
nosotros y sobre todo, a los peludos.
En
el cine hemos podido ver decenas de películas con perros de protagonista
contándonos historias de familia (“Una pareja de tres”), de lealtad (“Hachiko, siempre a tu lado”) pasando por la mítica “Beethoven” o incluso películas de
terror como “Cujo”.
Hoy
en este pequeño rincón os hablaremos de una película que ha llegado con fuerza
al catálogo de Netflix. Basada en la novela de Pauls Toutonghi “Dog Gone: A
lost pet’s Extraordinary Journey and the family who brought him home” lleva por
título: “Perro perdido”.
“Perro
perdido” empieza presentándonos a Fielding Marshall (interpretado por Johnny
Berchtold), un joven en los últimos años de universidad que, pese a que está
acabando la misma, no tiene ni idea de qué hacer con su vida. Con muy pocos
amigos y después de ser rechazado por una chica decide adoptar a un cachorro.
Un
día, con su mejor amigo va a una perrera y se queda enamorado de un cachorro de
labrador adoptándolo pese a las reticencias de su amigo (es muy claro, le dice:
“¿cómo le vas a cuidar si no sabes cuidarte tú mismo?”). Desde ese día, Gonker,
que así llama Fielding al perro, se convertirá en su compañero inseparable al
final de su carrera.
Al
finalizar la carrera, como Fielding no sabe qué hacer con su vida, vuelve a
casa de sus padres, John (a quien da vida Rob Lowe) y Ginny. Los primeros días
en casa son realmente complicados ya que Ginny, traumatizada por algo que le
paso hace años no quiere acercarse mucho a Gonker y John, no sabe cómo hacerlo
Con
el paso de los días, Gonker va ganándose el corazón de todos convirtiéndose en
uno más de la familia hasta que, un día Gonker tiene que ir al veterinario al
no poder ni moverse, es diagnosticado de la enfermedad de Adison teniéndose de
medicar una vez al mes de por vida.
Ben y su familia llegando al funeral |
Pasado
el susto, un día junto a su mejor amigo, Fielding y Gonker salen por la montaña
a pasear cuando de repente, Gonker sale en persecución de un lobo. Pasado un
tiempo y cuando comprueban que no regresa, los amigos inician una infructuosa
búsqueda. Al final del día y preso del pánico, Fielding regresa a casa donde
pide ayuda a sus padres.
Sin
pensarlo dos veces, montan un operativo de búsqueda con Fielding y su padre
John recorriendo el bosque donde se ha perdido, un camino que recorre una
cordillera entera, y su madre buscando la máxima difusión de su búsqueda y
atendiendo el teléfono.
Los
días pasan sin noticias fiables de Gonker y la fecha de la toma de su
medicación, necesaria para sobrevivir, se acerca y por si fuera poco Fielding
está cada vez más enfermo, aunque aguanta largas jornadas de búsqueda sin
apenas poder comer nada.
¿Conseguirán
encontrar a Gonker antes de que la enfermedad de Fielding se manifieste, o será
demasiado tarde para los dos? Nosotros sabemos la respuesta a estas preguntas,
pero nos las guardaremos celosamente.
Técnicamente
en “Perro perdido” nos narra, simultáneamente, tres historias de pérdida y
lucha por el reencuentro. La primera de ellas, la de Fielding con su propia
vida ya que no sabe ni donde va ni que caminos debe escoger, la segunda es la
del propio Fielding con su padre con una relación inexistente que se irá
forjando con el paso de los días y la tercera, la que da nombre a la película,
la de la pérdida de Gonker.
Las
tres historias se irán entrelazando entre largas rutas por el monte buscando a
Gonker, colaboraciones entre padres e hijo y el esfuerzo de una madre por
superar sus problemas del pasado con un perro al que quiso mucho (esto nos lo
van contando en base a flashbacks), y todo con un ritmo regular, sin apenas
giros argumentales y el desenlace, no nos engañemos, esperado por todos.
En
el lado más negativo, en “Perro perdido” encontramos varias cosas, la primera
de ellas, la frialdad del propio título (totalmente explicativo, pero poco más),
la segunda hace referencia al propio protagonista canino, el animal que da vida
a Gonker queda un poco lejos de los otros perros actores que todos recordamos (quizá
han querido darle naturalidad, pero se ha quedado, por momentos, poco integrado
en la propia historia), y por último, no os engañaremos, a veces parece una
película que quiere llegar demasiado y por la previsibilidad del argumento, se
queda en ello, en mera intención.
Interpretativamente
os diremos que tanto Rob Lowe dando vida a John, como Johnny Berchtold interpretando a Fielding como Kimberly Williams-Paisley dando vida a Ginny, están correctos, sin estridencias, pero como mínimo consiguen hacernos creer unos personajes que, podrían estar mucho mejor definidos.
Por
todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Perro Perdido” es de un 6 sobre 10.
Título original: “Dog Gone” – USA – 2023
Dirigida por: Stephen Herek
Duración: 95 minutos
Género: drama
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