Con casi total seguridad
si, desde este pequeño rincón, os pedimos cuales son los principales problemas
que tiene la sociedad que estamos montando entre todos, estamos seguros que, a
parte de la corrupción, de la contaminación y de la falta de trabajo, en los
primeros puestos de la lista aparecería la drogadicción.
Sin lugar a dudas la
adicción a las drogas es una de las grandes lacras con las que nos está tocando
lidiar. Todos hemos conocido casos de drogadicción (ya sea por televisión o más
cercanos), aunque quizá pocas veces nos hemos puesto a empatizar con los otros
sufridores de esos casos, los familiares del drogadicto.
En 2018 llegó a nuestras
carteleras “Beautiful boy: siempre serás mi hijo” una película que, basada en
dos libros publicados en 2008, escritos por David Sheff y su hijo Nic, narra la
historia del propio David en relación a la adicción de su hijo Nic.
“Beautiful boy” empieza
presentándonos a David Sheff (a quien da vida Steve Carell), un periodista de
San Francisco acudiendo a un especialista para que le cuente todo lo que pueda
sobre las drogas y las reacciones que provocan. David asume al doctor que no va
a escribir ningún artículo, que lo necesita para saber por lo que está pasando
su hijo Nic (Timothée Chalamet) un joven adicto a la metanfetamina y a otras
drogas.
A partir de este momento,
y en base a múltiples flashbacks, “Beautiful boy” empieza a narrarnos los años de
infancia de Nic. En esa época, David y su esposa se separaron forzando al
pequeño Nic a hacer viajes regulares a Nueva York para estar con su madre. Poco
después, David se casa de nuevo ampliando la familia con dos nuevos hijos. Pese
a todos estos cambios, Nic los acepta completamente manteniendo a la vez, una
fuerte relación con su padre.
Años más tarde, y con Nic
ya adolescente, la vida de este sufre un nuevo vuelco ya que, el pequeño alegre
y querido por todos deja paso a un joven introvertido, hostil por momentos y
con algunas dificultades de comunicación. Un día, Nic desaparece de su casa
preocupando y mucho a su padre. En plena desesperación, David empieza a buscar
entre las cosas de su hijo descubriendo algunas ilustraciones y textos casi sin
sentido para él.
Nic regresa de esta
desaparición totalmente cambiado, ha probado las drogas y sin remedio, se ha
convertido en un adicto. A partir de este punto, y teniendo en cuenta los
conocimientos que va adquiriendo David, intenta a toda costa hacer reaccionar a
su hijo para sacarlo del pozo donde se ha metido.
En pleno camino de
autodestrucción personal e impulsado por su padre, Nic empieza no una, sino
varias terapias de desintoxicación. Desgraciadamente, parece que cada paso en su
camino de curación es un escalón más de caída personal, una caída donde por
momentos parece que incluso puede arrastrar a su sufrido padre.
¿Consigue David Sheff
hacer reaccionar a su hijo? Como ya os podéis imaginar, y aunque “Beautiful
boy: siempre serás mi hijo” se trate de una película basada en hechos reales,
nosotros dejaremos aquí su desglose argumental para centrarnos más en su
análisis más técnico.
Técnicamente “Beautiful
boy: siempre serás mi hijo” nos ha sorprendido, aunque no exclusivamente por
buenas razones. Si por un lado le agradecemos que, en ningún caso haya caído en
el amarillismo ni en el morbo fácil de las múltiples escenas en que Nic se
droga, tenemos que criticarle tanto el excesivo metraje (de casi 2 horas) como
la decisión de montar el desarrollo argumental y el guion en torno a saltos
tanto espaciales como temporales, a todas luces excesivos para la historia que
se quiere contar, provocando por momentos, que el espectador se pierda en la
historia y en lo que, tan repetidamente nos quiere contar, el drama de la lucha
de un padre para salvar a su hijo.
Desde el punto de vista
interpretativo es donde encontramos la principal baza de “Beautiful boy” ya que
tanto Steve Carell como Timothée Chalamet están realmente brillantes. Steve
Carell se entrega totalmente a dar vida a ese padre torturado que intenta
salvar a su hijo del infierno de las drogas, mientras que un Chalamet en
auténtico estado de gracia consigue bordar su actuación dando vida al
politoxicómano Nic, y todo sin obviar la química que hay entre ambos.
Por todo lo que os hemos
contado, y aunque “Beautiful boy: siempre serás mi hijo” se queda excesivamente
corta o demasiado políticamente correcta en algunos casos, nuestra nota final
para ella es de un 7.5 sobre 10.
Título original: “Beautiful
boy” – USA – 2018
Dirigida por: Felix Van
Groeningen
Duración: 111 minutos
Género: drama,
adolescencia, drogas
La peli es tremenda. Vuestra reseña muy bien realizada. Hay una escena que lo dice todo. Esa cuando están el chico y la chica a punto de drogarse junto a una mesa y el panorama es desolador. También cuando el es consciente de lo que le que sucede y la impotencia que siente. La interpretaciones sobresalientes, estoy de acuerdo.
ResponderEliminarSaludos y buena semana de cine!!
Totalmente la película es tremenda, y además es de esas que, por una o por varias escenas, se queda grabada en tu cabeza.
EliminarMuchísimas gracias por comentar!!
Hola. No he visto la película y después de leer esta reseña estoy impaciente por verla. Tomo nota y mil gracias.
ResponderEliminarSaludos y ya me tenéis siguiendo el blog.
Hola Carmen. La verdad, no es una película fácil, pero te hace pensar y mucho en una perspectiva de la drogadicción de la que se habla muy poco.
EliminarSaludos!
Bueno, veo que le has dado un buen notable. vale, vale.. me la anoto. Aunque cada día me cuesta más encontrar huecos para dramones. Y cuando se relaciona con hijos se me coge un pellizco en la barriga que para que contarte.
ResponderEliminarBesotes
La verdad es que te entiendo perfectamente. De hecho en esta ocasión, lo que me llamó la atención es que el peso y tiene el padre (¿cómo se siente el padre en esa situación?).
EliminarEn cuanto a la nota, es que es muy buena pese a los fallos.
Muchas gracias por pasarte y comentar.
Besos de vuelta!!
La apunto como pendiente
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