Después de unos días
buscando hueco en nuestras agendas, el pasado domingo conseguimos encontrar las
más de dos horas necesarias para disfrutar del último gran éxito de Hollywood,
la meca del cine comercial, la taquillera y aclamada por la crítica “La la land”.
Así pues, ni cortos ni
perezosos, nos hicimos con nuestras entradas y nos dirigimos a la sala
correspondiente, comprobando que dos fines de semana después de su estreno, la
sala continuaba abarrotada.
Como reza el subtítulo
de “La la land”, la primera escena de la película nos traslada directamente a
“la ciudad de las estrellas” o, más concretamente, a uno de los gigantes nudos
de autopista que dan acceso a ella. Allí, un primer número musical nos mete de
lleno en lo que nos espera las próximas dos horas de metraje, presentándonos a
la vez los que serán los protagonistas de la historia, Mia (Emma Stone) y
Sebastian (Ryan Gosling).
Mia es una joven de
Nevada que lleva seis años en Los Ángeles intentando cumplir su sueño, ser
actriz en la meca del cine. Mientras busca su camino hacia el éxito en
múltiples audiciones, gasta su vida en un piso compartido con otras jóvenes y
sirve cafés en el bar de unos estudios de Hollywood.
Sebastian, el otro
protagonista, es un joven y virtuoso pianista en busca de su sueño personal, consistente
en convertirse en el dueño de un club donde él y otros músicos puedan rendir
tributo al jazz más puro. Mientras lo consigue, lucha por subsistir y hacer escuchar
su música en clubs de segunda.
Un día, nuestros
protagonistas se cruzan accidentalmente despertando en Mia una extraña
atracción por Sebastian. Entre cafés y audiciones por un lado y conciertos de
jazz por el otro, poco a poco van haciendo por coincidir y avanzar en su
relación.
Con el paso de los días
y meses, Mia y Sebastian acaban compartiendo piso y motivando el uno al otro
para que, cada uno, cumpla con sus respectivos sueños. No obstante, los
problemas aparecen tan pronto como van encontrando el camino hacia esos sueños,
aunque claro, de eso poco os hablaremos en esta crítica, si queréis saber de
ellos y del desenlace de la historia, os tocará ver “La La Land”.
Interpretativamente,
“La La Land. La ciudad de las estrellas” tiene en sus dos protagonistas principales,
Emma Stone y Ryan Gosling, a dos grandes estrellas y, aunque Emma Stone es más
expresiva (de hecho, en algunos momentos parece que Ryan no sabe cambiar su
inexpresividad facial), ambos bordan sus papeles tanto en los números de baile
como en los de canto, así como en los momentos más dramáticos de la historia.
Técnicamente, Damien
Chazelle (el director de la cinta) ha conseguido, como se puede comprobar tanto
con las críticas profesionales como en las entradas de nuestros cines, un
producto que gusta a todo el mundo, utilizando para ello un género como el
musical que, a día de hoy, dista mucho de estar de moda.
Sin lugar a dudas, una
de las cosas que más nos gustó de “La La Land” fue su sorprendente BSO (Banda
Sonora Original), la cual es capaz de transmitir en cada baile lo que sucede en
pantalla así como las sensaciones de sus protagonistas, además de que sus
canciones son retenidas por los espectadores muy a menudo, tal y como ocurre
con “City of stars”, una auténtica delicia de canción que uno retiene nota tras
nota.
Una gran parte de la
crítica profesional habla de “La La Land” como de una auténtica obra maestra.
No obstante, los miembros de este equipo no somos tan espléndidos en nuestra
valoración ya que, aunque esta cinta nos ha gustado mucho, para nosotros queda
lejos de ser una película excelente. Así pues, nosotros la valoramos con un 8
sobre 10 y, eso sí, os recomendamos verla.
Título original: “La La
Land” – USA – 2016
Dirigida por: Damien
Chazelle
Duración: 127 minutos.
Género: Drama, Musical, Romántica