Cinematográficamente
hablando, la pasada década de los 80 del pasado siglo XX fue, una década dorada
para la industria del cine. Esos años, Hollywood dispuso de toda una cantera de
genios (fogueados durante década anterior): Steven Spielberg, George Lucas,
Coppola, Scorsese…
Los
80’s fueron unos años donde el cine de aventuras, de magia y de fantasía
tuvieron su esplendor, marcando la infancia de muchísimos de sus espectadores o
si no, pensad ¿quién no se acuerda de E.T., de los ”cazafantasmas”, de los
“Gremlins” o incluso del intrépido Indiana Jones?
Son
personajes que sí o sí, forman parte de nuestras vidas y para muchos de
aquellos que han venido atrás, consiguiendo por sus historias (gráficamente
sufren bastante más) mantenerse más que sólidas, aunque la mayoría tengan más
de 30 años.
Hoy en
este pequeño rincón os hablaremos de una de esas películas, producida por el
equipo de un Spielberg en estado de gracia, en 1984 llegó a nuestras pantallas
una cinta con un personaje entrañable, “Gremlins”.
“Gremlins”
empieza presentándonos a Randall Peltzer, un inventor con una gran imaginación,
aunque con escaso éxito (y talento con las manos). Randall, intentando vender
uno de sus productos acaba sumergiéndose en lo más profundo del Chinatown
neoyorquino.
En la
tienda del Sr. Wing, Randall descubre una criatura curiosa, un pequeño y
adorable ser peludo que canta. Preso de la emoción, intenta comprar la criatura
por una buena cantidad de dinero. Pese al rechazo inicial, finalmente consigue
comprar a Mogwai (así se llama el pequeño ser), no sin antes, eso sí, escuchar
tres normas que deberá cumplir:
- No mojar ni dar nunca agua a Mogwai.
- Nunca debe exponer a Mogwai a la luz del sol o luces brillantes.
- Y nunca, nunca, Mogwai debe comer pasada la medianoche.
Mogwai
se convierte en el regalo de navidad para su hijo Billy quien lo bautiza como
Gizmo. A las primeras de cambio Billy descubre que Gizmo es un ser con una gran
inteligencia. Todo va como la seda hasta que Pete, un amigo de Billy, le echa
accidentalmente agua al pequeño, saliendo de él cinco bolas peludas que, a los
pocos segundos se convierten en Mogwai.
Gizmo viendo en que se convierten los Gremlins |
A
diferencia de Gizmo, las nuevas criaturas muestran enseguida agresividad, tanta
que, capitaneados por un Mogwai con un mechón de pelo blanco (al que Billy
bautiza como Stripe), rompen el reloj a Billy y le convencen para comer pasada
la medianoche. El resultado resulta ser una conversión de los Mogwai en una
especie de monstruos que arrasan con todo, los Gremlins (criaturas de
naturaleza maligna).
Por
suerte, entre Billy y su madre matan a todos los Mogwai convertidos menos a
Stripe, el cual escapa para refugiarse en un polideportivo donde, sin
planteárselo dos veces, se lanza la piscina creando un auténtico ejercito de
Gremlins.
¿Conseguirá
Billy deshacerse del ejército de Gremlins antes de que acaben con la ciudad?
Como ya sabéis, aunque lo sabemos, nos quedaremos la respuesta a esta pregunta
y algunas más.
Para
empezar con nuestra visión más técnica, nos gustaría remarcar el gran trabajo
realizado tanto por el equipo de guionistas como del propio director (Joe
Dante) ya que, entre todos consiguieron con esta película que, lo que hubiese
podido ser una película de terror bastante gamberra, se convirtiera en una
película familiar que gusta tanto a los que buscar elementos achuchables como a
los más salvajes.
También
cometeríamos una injusticia si no remarcáramos el gran trabajo del equipo de
efectos especiales de “Gremlins” ya que, sin los recursos de animación actuales
se consiguió dar vida a cientos de asquerosos (aunque ciertamente graciosos)
bichos con un alto poder destructivo. Lo consiguieron con una tecnología muy
común en la época (Spielberg era un auténtico maestro en ella) llamada animatrónica
(una mezcla entre robótica y marionetas para dar sensación de realidad). Es
evidente que, vista ahora, el tiempo no ha pasado en balde, pero el esfuerzo
está allí.
En
cuanto al apartado interpretativo os diremos que, pese a no disponer de un
casting malo, tampoco es lo que más luce en “Gremlins”, aunque no dejaremos
esta crítica sin destacar el buen trabajo de diseño de los personajes ya que,
acabamos la cinta conociendo y queriendo tanto al inventor fallido Randall
Peltzer como a su sufrido hijo Billy que lucha, codo con codo, con su novia
contra los Gremlins así como también el conspiranoico señor Futterman.
No nos
vamos a extender mucho más, “Gremlins” es casi una película de culto, una de
esas cintas que, tarde o temprano hay que ver y porque no decirlo, disfrutar,
como mínimo una vez en la vida.
Por
todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Gremlins” es de un 7.5 sobre 10.
Título poriginal: “Gremlins” – USA – 1984
Dirigida
por: Joe Dante
Duración:
111 minutos
Género: Fantástico, Comedia, Terror
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