Para parte de los
miembros de este equipo, hablar de Freddie Mercury es hablar de un auténtico
mito, de una leyenda del rock. El inigualable vocalista de Queen pasó por
nuestras vidas con su portentosa voz con tanta fuerza que aún hoy, más de 27
años después de su fallecimiento, continuamos escuchándolo en casa, tanto o más
de lo que hacíamos a finales de los 80.
Con todo, han tenido que
pasar más de dos meses desde el estreno en España (se estrenó el último fin de
semana de octubre de 2018) de “Bohemian Rhapsody”, el biopic de Freddie
Mercury, para que pudiéramos disfrutarla como debe ser, en una sala de cine.
Por suerte el día llegó, casi como regalo de reyes.
“Bohemian Rhapsody”
empieza presentándonos a un Freddie Mercury (a quien da vida Rami Malek)
llegando a las puertas del mítico estadio de Wembley en 1985. En este punto y a
modo de flash-back la trama se desplaza quince años atrás para encontrarnos con
un joven Freddie (quien en esos años aún se llama Farrokh Busara) dirigiéndose al
concierto de "Smile", una banda local, después de haber completado su jornada laboral
descargando maletas de aviones en el aeropuerto de Heathrow.
Después del concierto,
Farrokh busca a los miembros de la banda. Al encontrarlos y ver que se han
quedado sin vocalista, se ofrece a ocupar su puesto. Después de una brevísima demostración
de voz, el guitarrista Brian May (Gwilym Lee) y el batería Roger Taylor (Ben
Hardy) le aceptan en “Smile”.
Después de varios
conciertos donde el estilo de Farrokh sorprende y fascina a todos, la banda
incorpora un nuevo miembro, el bajista John Deacon (Joe Mazzello) llevándoles a
abandonar el nombre de “Smile” para pasar a llamarse “Queen”. Con el nuevo
nombre y un disco editado con la venta de su vieja furgoneta, el horizonte se
expande para “Queen”.
La fuerza y la talentosa
voz de Freddie (primero abandona el nombre de Farrokh y poco después cambia el
apellido familiar Bulsara por Mercury), llama la atención de un cazatalentos de
la EMI, quien después de un breve contacto les ofrece un contrato y les lanza a
nivel mundial. Todo va viento en popa para “Queen” y para Freddie quien además empieza
una relación con su mejor amiga Mary Austin (Lucy Boynton).
Pocos años después, en
1975 y a raíz de una gira, inicialmente por Estados Unidos y después a nivel
mundial, empiezan los primeros choques, tanto con la propia discográfica (se
niegan a publicar como single el tema “Bohemian Rhapsody” por excesivamente
largo), como con la propia identidad de Freddie, quien empieza a sentirse atraído
por los hombres.
Ya en los 80, y después explicarle
a Mary su bisexualidad, Freddie se pone en las manos de su asistente Paul
Prenter (Allen Leech) quien sin miramientos le sumerge en los peligrosos submundos
de la fama (las fiestas, el alcohol, las drogas, las orgías, etc.) alejándolo
cada vez más de May, Taylor, Deacon y de la realidad.
Como ya os podéis
imaginar, “Bohemian Rhapsody” debe llegar hasta el punto donde empezó, el
mítico concierto benéfico “Live Aid” de 1985 en el estadio de Wembley, aunque ya
os avanzamos que nosotros nos guardaremos esta parte en el tintero, recomendándoos
eso sí, que si aún no la habéis visto, lo hagáis.
Desde el punto de vista
más técnico, de “Bohemian Rhapsody” nos encantaría remarcar, como no podría ser
de otra manera, su maravillosa BSO grabada íntegramente por “Queen” y en parte
correspondiente al mítico concierto de Wembley de 1985. Con todo, también nos
gustaría destacar el buen trabajo de montaje, ya que se consigue explicar la
compleja vida de Mercury y la historia de Queen enlazándolo con sus canciones,
consiguiendo además, hacer cortos los 134 minutos de metraje de la cinta.
Interpretativamente
queremos remarcar el trabajo, en especial de Rami Malek. Rami para nosotros ha
sido una auténtica sorpresa, ya que pese a sus diferencias físicas con Freddie,
ha conseguido engancharnos totalmente con su trabajo, su portento físico en los
escenarios te hacen ver a Mercury y sufrir, a la vez, con sus miradas de
desolación, de soledad, de cariño y de abandono. Sin lugar a dudas, un acierto
total. El resto de casting, totalmente correcto y acertado, incluyendo a Allen
Leech dando vida al personaje más odioso de la cinta.
No os vamos a engañar, “Bohemian
Rhapsody” contiene varios errores, sobretodo en cuanto a la cronología de los
hechos (cuando contrae el SIDA, cuando lo cuenta a Queen, etc.) e incluso en
cuanto a las fechas de publicación de algunas canciones, pero para nosotros,
estos errores no enturbian este biopic del mítico Freddie Mercury.
Por todo lo que os hemos
contado, nuestra nota final para “Bohemian Rhapsody” es de un 9 sobre 10, y os
recomendamos verla y disfrutarla sin buscarle errores, tanto para aquellos que,
como quien escribe es fan de Freddie, como para aquellos que no le conocen pero
les gusta la música en mayúsculas.
Título original: “Bohemian
Rhapsody” – Reino Unido – 2018
Dirigida por: Bryan
Singer
Duración: 134 minutos
Género: Drama, Musical,
Biográfica
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