viernes, 1 de octubre de 2021

Cube


Cube (1997) - Poster


El mundo de la ciencia ficción es realmente infinito ya que no depende de fronteras ni de espacios, depende de la creatividad e imaginación de unos afortunados. Con todo, y como espectadores y/o lectores, tenemos que abrir nuestras mentes y pensar que la ciencia ficción no es solo naves espaciales, robots y luchas con armas avanzadísimas (vaya, Star Wars, Marvel, etc.), la ciencia ficción permite una hibridación perfecta con muchos otros géneros.

Uno de estos géneros que se pueden mezclar perfectamente bien con la ciencia ficción, es el del suspense o terror (no hace falta que sea de sangre e higadillos, el terror psicológico también sirve), y tenemos muchas pruebas de ello, por ejemplo “El hoyo”, “Alien”, “Poltergeist” o incluso “It”.

Hoy en este pequeño rincón os queremos traer nuestra reseña de una película que podríamos incluir en este grupo, estrenada en 1997 ganando premios en los festivales de Toronto (mejor director) y en Sitges (mejor película y mejor guion), sí, hoy os hablaremos de la cinta canadiense “Cube” (“El cubo”).

“Cube” empieza fuerte, marcando en una sola escena lo que nos deparará a lo largo de su metraje, sí, en esta escena vemos a un hombre vestido con un mono abriendo una compuerta que hay en la pared de donde está, después de observar, cruza por la compuerta a una sala con cuatro paredes, aunque a la que da un paso, una malla metálica afilada lo mata cortándolo a cubos.

Una vez visto esto, uno a uno, “Cube” va presentando a sus auténticos protagonistas, todos ellos despertando vestidos con un mono con su nombre grabado. Así nos encontramos con Quentin (Maurice Dean Wint) un policía afroamericano, el escapista de cárceles Rennes (Wayne Robson), una doctora de mediana edad llamada Holloway (Nicky Guadagni), Worth (David Hewlett) un arquitecto y la estudiante de matemáticas Leaven (Nicole de Boer).

Después de superar un gran desconcierto ya que, ninguno de ellos se explica que hace dentro de un cubo de color con una compuerta en cada pared (suelo y techo incluidos), ni como han llegado hasta allí. Después de un rato inútil de especulaciones, el grupo decide que únicamente tiene un camino, moverse e intentar buscar una salida, aunque ello conlleva un gran riesgo ya que tienen la certeza de que hay trampas en alguno de los cubos que hay tras las compuertas.

Aunque inicialmente piensan en que las trampas están en los colores de los cubos, pronto un rudimentario método ideado por Rennes les hace descubrir que no. El método es lanzar una bota para ver si dispara algún sensor / trampa. Descartados los colores Rennes les a sus compañeros algunos consejos, el más importante es que “ellos deben encontrar su propio” método.

Como si fuera premonitorio, pocos cubos más allá, la técnica del zapato falla, y Rennes es rociado en la cara con un ácido que, literalmente, le funde la cara matándolo. Demostrado que el sistema de la bota puede fallar, Leaven cuenta al grupo que, unas cajas atrás, ha descubierto en las trampillas combinaciones de 3 números (entre 0 y 999 cada uno) y proponer descubrir su valor.

En base a la observación, Leaven descubre que los cubos con trampa, uno de los números es primo, por tanto, el grupo decide avanzar a las cajas cuya combinación de números no tenga ningún número primo. El sistema parece funcionar, y pueden pasar a otros cubos, en uno de ellos, aparece un nuevo personaje, un joven autista llamado Kazan, el cual, con su comportamiento desata los nervios y agresividad de Quentin.


Uno de los cubos en "Cube"
Un cubo, 6 puertas, la crueldad y un destino



A partir de este punto, la agresividad, los nervios y los nuevos descubrimientos en su avance hacia una posible salida se mezclan entre trampas y muertes de algunos personajes, pero ¿consigue alguien salir del cubo? Como ya os podéis imaginar, nosotros lo sabemos, pero como también os podéis imaginar, no os lo contaremos.

Lo que sí que os contaremos es nuestra visión sobre “Cube” una película de esas que dicen mucho y a la vez dejan mucho a la imaginación de cada espectador.

Argumentalmente ya veis que “Cube” parte de una idea tremendamente fácil, seis personas encerradas en una estructura de cubos, conectados entre sí por cada lado, en los que, cada uno puede o no contener trampas mortales que ponen a prueba los nervios y la destreza de seis personas encerradas sin más recursos que su propia inteligencia.

Técnicamente estamos ante una película realmente sencilla, con un cubo con paredes de color que se junta con otros cubos de otros colores y seis personajes moviéndose por ellos, pero la angustia y la tensión se respira en cada uno de los escasos 90 minutos de metraje de “Cube”, sin lugar a dudas, uno de los grandes aciertos de la película.

En el apartado interpretativo nos encontramos con 6 desconocidos, los cuales se adueñas de sus respectivos personajes para fundirse con ellos consiguiendo una dinámica de grupo donde las particularidades (intelectuales, físicas y de definición del personaje) están plenamente definidas e integradas en la trama de “Cube”.

Como ya os podéis imaginar, “Cube” no es una película para todos los públicos, aunque podríamos considerarla un muy buen exponente dentro del género de ciencia ficción y terror. Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Cube” es de un 7 sobre 10.



Título original: “Cube” – 1997 – Canadá
Dirigida por: Vincenzo Natali
Duración: 92 minutos
Género: Ciencia Ficción, Terror, Thriller

 

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