El
mundo de la ciencia ficción es realmente infinito ya que no depende de
fronteras ni de espacios, depende de la creatividad e imaginación de unos
afortunados. Con todo, y como espectadores y/o lectores, tenemos que abrir
nuestras mentes y pensar que la ciencia ficción no es solo naves espaciales,
robots y luchas con armas avanzadísimas (vaya, Star Wars, Marvel, etc.), la
ciencia ficción permite una hibridación perfecta con muchos otros géneros.
Uno de
estos géneros que se pueden mezclar perfectamente bien con la ciencia ficción,
es el del suspense o terror (no hace falta que sea de sangre e higadillos, el
terror psicológico también sirve), y tenemos muchas pruebas de ello, por
ejemplo “El hoyo”, “Alien”, “Poltergeist” o incluso “It”.
Hoy en
este pequeño rincón os queremos traer nuestra reseña de una película que
podríamos incluir en este grupo, estrenada en 1997 ganando premios en los
festivales de Toronto (mejor director) y en Sitges (mejor película y mejor
guion), sí, hoy os hablaremos de la cinta canadiense “Cube” (“El cubo”).
“Cube”
empieza fuerte, marcando en una sola escena lo que nos deparará a lo largo de
su metraje, sí, en esta escena vemos a un hombre vestido con un mono abriendo
una compuerta que hay en la pared de donde está, después de observar, cruza por
la compuerta a una sala con cuatro paredes, aunque a la que da un paso, una
malla metálica afilada lo mata cortándolo a cubos.
Una
vez visto esto, uno a uno, “Cube” va presentando a sus auténticos
protagonistas, todos ellos despertando vestidos con un mono con su nombre
grabado. Así nos encontramos con Quentin (Maurice Dean Wint) un policía
afroamericano, el escapista de cárceles Rennes (Wayne Robson), una doctora de
mediana edad llamada Holloway (Nicky Guadagni), Worth (David Hewlett) un
arquitecto y la estudiante de matemáticas Leaven (Nicole de Boer).
Después
de superar un gran desconcierto ya que, ninguno de ellos se explica que hace
dentro de un cubo de color con una compuerta en cada pared (suelo y techo
incluidos), ni como han llegado hasta allí. Después de un rato inútil de
especulaciones, el grupo decide que únicamente tiene un camino, moverse e
intentar buscar una salida, aunque ello conlleva un gran riesgo ya que tienen
la certeza de que hay trampas en alguno de los cubos que hay tras las
compuertas.
Aunque
inicialmente piensan en que las trampas están en los colores de los cubos,
pronto un rudimentario método ideado por Rennes les hace descubrir que no. El
método es lanzar una bota para ver si dispara algún sensor / trampa.
Descartados los colores Rennes les a sus compañeros algunos consejos, el más
importante es que “ellos deben encontrar su propio” método.
Como
si fuera premonitorio, pocos cubos más allá, la técnica del zapato falla, y
Rennes es rociado en la cara con un ácido que, literalmente, le funde la cara
matándolo. Demostrado que el sistema de la bota puede fallar, Leaven cuenta al
grupo que, unas cajas atrás, ha descubierto en las trampillas combinaciones de
3 números (entre 0 y 999 cada uno) y proponer descubrir su valor.
En
base a la observación, Leaven descubre que los cubos con trampa, uno de los
números es primo, por tanto, el grupo decide avanzar a las cajas cuya
combinación de números no tenga ningún número primo. El sistema parece
funcionar, y pueden pasar a otros cubos, en uno de ellos, aparece un nuevo
personaje, un joven autista llamado Kazan, el cual, con su comportamiento
desata los nervios y agresividad de Quentin.
A
partir de este punto, la agresividad, los nervios y los nuevos descubrimientos
en su avance hacia una posible salida se mezclan entre trampas y muertes de
algunos personajes, pero ¿consigue alguien salir del cubo? Como ya os podéis
imaginar, nosotros lo sabemos, pero como también os podéis imaginar, no os lo
contaremos.
Lo que
sí que os contaremos es nuestra visión sobre “Cube” una película de esas que
dicen mucho y a la vez dejan mucho a la imaginación de cada espectador.
Argumentalmente
ya veis que “Cube” parte de una idea tremendamente fácil, seis personas
encerradas en una estructura de cubos, conectados entre sí por cada lado, en
los que, cada uno puede o no contener trampas mortales que ponen a prueba los
nervios y la destreza de seis personas encerradas sin más recursos que su
propia inteligencia.
Técnicamente
estamos ante una película realmente sencilla, con un cubo con paredes de color
que se junta con otros cubos de otros colores y seis personajes moviéndose por
ellos, pero la angustia y la tensión se respira en cada uno de los escasos 90
minutos de metraje de “Cube”, sin lugar a dudas, uno de los grandes aciertos de
la película.
En el
apartado interpretativo nos encontramos con 6 desconocidos, los cuales se adueñas
de sus respectivos personajes para fundirse con ellos consiguiendo una dinámica
de grupo donde las particularidades (intelectuales, físicas y de definición del
personaje) están plenamente definidas e integradas en la trama de “Cube”.
Como
ya os podéis imaginar, “Cube” no es una película para todos los públicos,
aunque podríamos considerarla un muy buen exponente dentro del género de
ciencia ficción y terror. Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final
para “Cube” es de un 7 sobre 10.
Título original: “Cube” – 1997 – Canadá
Dirigida por: Vincenzo Natali
Duración: 92 minutos
Género: Ciencia Ficción, Terror, Thriller
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