miércoles, 17 de noviembre de 2021

Alguien tiene que morir

Alguien tiene que morir - Poster
Si en el cine hay una frase que nos pone los pelos como escarpias, esta es “De los creadores de …”, reconocemos que puede llegar a vender muy bien, pero muy a menudo esta frase comercial es preludio de un pequeño o gran desastre en pantalla que, lo único que pretende es aprovecharse de un éxito pasado para sacar rendimiento de una obra bastante menor a aquella.

Hasta hace muy poco, esta frase solo estaba presente en marquesinas o posters de nuevas producciones cinematográficas, después llegó a la televisión para anunciar la emisión de series o películas y ahora, tenemos un ejemplo claro en las plataformas de streaming (concretamente en Netflix). No os vamos a engañar, en la última, hasta el momento, que hemos visto, hemos picado, se trata de “Alguien tiene que morir”.

“Alguien tiene que morir” es, hasta el momento, último trabajo del mexicano Manolo Caro, el para algunos (nosotros no lo creemos) Pedro Almodóvar mexicano y creador de uno de los grandes éxitos recientes de Netflix, “La casa de las flores” cosa que, como es evidente ha sido usado para lanzar este último trabajo suyo.

En esta ocasión “Alguien tiene que morir”, en vez de estar ambientada en México, lo está en España, concretamente en las cercanías del Madrid de 1954, en pleno régimen franquista.

La historia empieza con la llegada a su hogar de Gabino (Alejandro Speitzer) después de haber estado 10 años viviendo en México. Por sorpresa para todos, Gabino llega acompañado de Lázaro (Isaac Hernández) un bailarín de danza clásica. Aunque la idea de ambos jóvenes es estar sólo de pasada para acabar recalando en París, las cosas muy pronto se les tuercen.

Como era muy típico en la época para familias acaudaladas, la matriarca del clan y abuela de Gabino, Amparo (Carmen Maura) y su padre Gregorio (Ernesto Alterio) quieren que se case con Cayetana (Esther Expósito) la hija de un industrial del calzado, su madre Mina (Cecilia Cruz) entiende perfectamente al chico.

Por si fuera poco, no tarda en aparecer un nuevo personaje, Alonso (Carlos Cuevas), el hermano de Cayetana y con quien parece, Gabino tiene algo pendiente desde antes de que este se fuera a México y todo esto mezclado en los tejemanejes del elitista club donde hacen vida social todos los protagonistas, un club de tiro al pichón.

Ante la negativa de Gabino de casarse y siendo pública su buena relación y complicidad con Lázaro, pronto empieza a correr el rumor de que ambos son homosexuales, un flagrante delito en la época, a lo cual, instigado por Amparo, Gregorio, que además de padre de Gabino es cargo intermedio de la Dirección General de Seguridad del Régimen, procede a detenerlo y enviarlo a la cárcel por homosexual.

Desde este punto, torturas, represión, violencia y varios de los oscuros secretos de la familia de Gabino salen a luz hasta el sorprendente final que, como ya os podéis imaginar, nos reservaremos bajo llave.


Alonso (Carlos Cuevas) practicando tiro
Alonso (Carlos Cuevas) practicando tiro


No os vamos a engañar, los miembros de este equipo nos hemos llevado un buen chasco con “Alguien tiene que morir” y nos lo hemos llevado principalmente debido a dos puntos, el guion y propio montaje de esta miniserie. Bajo nuestro punto de vista, el principal problema de “Alguien tiene que morir” radica en la construcción de los propios personajes y en sus diálogos, en ambos casos, demasiado estereotipados, demasiado teatralizados que hace casi imposible una empatía con ellos. Tampoco el desarrollo argumental funciona, desaprovechando por completo la posibilidad explotar la represión homosexual durante el franquismo gracias a la superficialidad en la que se mueve esta miniserie.

En el apartado interpretativo, en “Alguien tiene que morir” nos encontramos con algo realmente curioso, ya que tenemos un elenco realmente espectacular con grandísimos nombres: Ernesto Alterio, Carmen Maura, Cecilia Cruz y grandes promesas como Carlos Cuevas, Alejandro Speitzer e Isaac Hernández, pero ninguno de ellos, pese a que ponen toda la carne en el asador consigue hacer un trabajo memorable ni dar brillo a una serie de la que, esperábamos mucho más. Posiblemente el problema no esté en la capacidad de los interpretes si no en la escasa profundidad de un guion y unos personajes demasiado exagerada.

No os vamos a engañar, nos hemos llegado una decepción con esta miniserie, por tanto, y por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Alguien tiene que morir” es de un 5 sobre 10.
 



Título original: “Alguien tiene que morir” – 2020 – México
Dirigida por: Manolo Caro
Duración: 3 capítulos (más o menos una hora cada uno)
Género: Drama, Thriller, LGTBI

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