Si en
el cine hay una frase que nos pone los pelos como escarpias, esta es “De los
creadores de …”, reconocemos que puede llegar a vender muy bien, pero muy a
menudo esta frase comercial es preludio de un pequeño o gran desastre en
pantalla que, lo único que pretende es aprovecharse de un éxito pasado para
sacar rendimiento de una obra bastante menor a aquella.
Hasta
hace muy poco, esta frase solo estaba presente en marquesinas o posters de
nuevas producciones cinematográficas, después llegó a la televisión para
anunciar la emisión de series o películas y ahora, tenemos un ejemplo claro en
las plataformas de streaming (concretamente en Netflix). No os vamos a engañar,
en la última, hasta el momento, que hemos visto, hemos picado, se trata de
“Alguien tiene que morir”.
“Alguien
tiene que morir” es, hasta el momento, último trabajo del mexicano Manolo Caro,
el para algunos (nosotros no lo creemos) Pedro Almodóvar mexicano y creador de
uno de los grandes éxitos recientes de Netflix, “La casa de las flores” cosa
que, como es evidente ha sido usado para lanzar este último trabajo suyo.
En
esta ocasión “Alguien tiene que morir”, en vez de estar ambientada en México,
lo está en España, concretamente en las cercanías del Madrid de 1954,
en pleno régimen franquista.
La
historia empieza con la llegada a su hogar de Gabino (Alejandro Speitzer)
después de haber estado 10 años viviendo en México. Por sorpresa para todos,
Gabino llega acompañado de Lázaro (Isaac Hernández) un bailarín de danza
clásica. Aunque la idea de ambos jóvenes es estar sólo de pasada para acabar
recalando en París, las cosas muy pronto se les tuercen.
Como
era muy típico en la época para familias acaudaladas, la matriarca del clan y
abuela de Gabino, Amparo (Carmen Maura) y su padre Gregorio (Ernesto Alterio)
quieren que se case con Cayetana (Esther Expósito) la hija de un industrial del
calzado, su madre Mina (Cecilia Cruz) entiende perfectamente al chico.
Por si
fuera poco, no tarda en aparecer un nuevo personaje, Alonso (Carlos Cuevas), el
hermano de Cayetana y con quien parece, Gabino tiene algo pendiente desde antes
de que este se fuera a México y todo esto mezclado en los tejemanejes del
elitista club donde hacen vida social todos los protagonistas, un club de tiro
al pichón.
Ante
la negativa de Gabino de casarse y siendo pública su buena relación y
complicidad con Lázaro, pronto empieza a correr el rumor de que ambos son
homosexuales, un flagrante delito en la época, a lo cual, instigado por Amparo,
Gregorio, que además de padre de Gabino es cargo intermedio de la Dirección
General de Seguridad del Régimen, procede a detenerlo y enviarlo a la cárcel
por homosexual.
Desde
este punto, torturas, represión, violencia y varios de los oscuros secretos de
la familia de Gabino salen a luz hasta el sorprendente final que, como ya os
podéis imaginar, nos reservaremos bajo llave.
Alonso (Carlos Cuevas) practicando tiro |
No os
vamos a engañar, los miembros de este equipo nos hemos llevado un buen chasco
con “Alguien tiene que morir” y nos lo hemos llevado principalmente debido a
dos puntos, el guion y propio montaje de esta miniserie. Bajo nuestro punto de
vista, el principal problema de “Alguien tiene que morir” radica en la
construcción de los propios personajes y en sus diálogos, en ambos casos,
demasiado estereotipados, demasiado teatralizados que hace casi imposible una
empatía con ellos. Tampoco el desarrollo argumental funciona, desaprovechando
por completo la posibilidad explotar la represión homosexual durante el
franquismo gracias a la superficialidad en la que se mueve esta miniserie.
En el
apartado interpretativo, en “Alguien tiene que morir” nos encontramos con algo
realmente curioso, ya que tenemos un elenco realmente espectacular con
grandísimos nombres: Ernesto Alterio, Carmen Maura, Cecilia Cruz y grandes
promesas como Carlos Cuevas, Alejandro Speitzer e Isaac Hernández, pero ninguno
de ellos, pese a que ponen toda la carne en el asador consigue hacer un trabajo
memorable ni dar brillo a una serie de la que, esperábamos mucho más.
Posiblemente el problema no esté en la capacidad de los interpretes si no en la
escasa profundidad de un guion y unos personajes demasiado exagerada.
No os
vamos a engañar, nos hemos llegado una decepción con esta miniserie, por tanto,
y por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Alguien tiene que
morir” es de un 5 sobre 10.
Título original: “Alguien tiene que morir” – 2020 – México
Dirigida por: Manolo Caro
Duración: 3 capítulos (más o menos una hora cada uno)
Género:
Drama, Thriller, LGTBI
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