En el
cine, hablar del primer amor es algo que se ha hecho ya cientos de veces, quizá
tantas como hablar del crecimiento personal. Con todo, parece que todavía hay
camino para hablar de ello, sorprender y hacerlo con una película que guste
tanto a la gran crítica como al público.
Uno de
los últimos grandes ejemplos que nos hablan de estos temas en un mismo título y
que además causó tanta sensación en la crítica profesional que llegó a la final
de los premios Oscar de la Academia de Hollywood con, nada más y nada menos
que, tres nominaciones (aunque al final no se llevó ninguna), tomó como título
el nombre de una vieja cadena de tiendas de discos californiana, “Licorice
Pizza” y se estrenó a mediados de 2020, en medio de la pandemia de Covid-19.
“Licorice
Pizza” empieza presentándonos a sus dos protagonistas, Gary Valentine
(interpretado por el novel, Cooper Hoffman) un joven adolescente que está en
los últimos cursos de secundaria que es donde conocer a una chica mayor que él,
Alana Kane (a quien da vida Alana Haim), la ayudante de un fotógrafo.
Ya desde
el primer momento, Gary se siente terriblemente atraído y embrujado por Alana
y, sin ni siquiera pensárselo, se lanza a desplegar toda su labia y poder de
convicción para conseguir una cita con ella. De buenas a primeras, Gary se
aprovecha de que ha hecho un par o tres de pequeños papeles para el cine y la
televisión para convencer a Alana, cosa que, acaba consiguiendo.
Después
de una curiosa cena en un restaurante donde es bastante asiduo Gary, la amistad
entre los jóvenes empieza a estrechar lazos y hacerse más fuerte, tanto que, a
los pocos días, Gary tiene que ir a Los Ángeles a hacer la presentación de un
anuncio y le pide a Alana que le acompañe, lo cual ella acepta, aunque para
nada espera vivir lo que allí vive.
A su
vuelta, Gary descubre una nueva forma de hacer dinero, vendiendo colchones de
agua, y él, su madre, unos amigos y Alana se lanzan a ello mientras su amistad
continúa a prueba de casi todo.
La verdad
es que, el negocio le va viento en popa, tanto por teléfono como en la tienda
que llegan a montar, aunque allí pronto algo inesperado pondrá a prueba a
nuestros amigos, la aparición de una chica que conseguirá lo que inicialmente
no quería Alana y al final deseaba, el corazón y el amor de Gary.
A partir
de este punto, la vida de ambos se separa por momentos, ya que Alana decide
volar por su cuenta, enfocando su vida a unos objetivos más claros que los de
Gary, mientras que este continuará probando nuevos negocios sin apartarse mucho
de Alana.
Gary y Alana en un pasaje de "Licorice Pizza" |
Alana ve
futuro en la irrupción de un personaje político, Joel Wachs, poniéndose a
trabajar en su oficina electoral. De esta
experiencia, Gary, obtiene una información privilegiada que le servirá para
montar un nuevo negocio ya que la crisis del petróleo de los 70, hizo añicos su
próspero negocio de colchones (sin petróleo, además de largas colas en las
gasolineras, desabastecimiento, etc., tampoco hay vinilo para hacer los
colchones), el nuevo negocio, se aprovechará de la legalización del pinball
para montar un salón recreativo, un templo de la diversión juvenil.
Pero la
gran pregunta es, ¿Gary y Alana volverán a estar juntos? O, mejor dicho,
¿dejarán de ser amigos para ser algo más? Evidentemente, nosotros sabemos la
respuesta, pero no os la contaremos por aquí, lo que sí os contaremos, es nuestra
visión sobre “Licorice Pizza”.
Técnicamente
“Licorice Pizza” es una película que nos ha dejado algo fríos ya que, aunque su
primera parte es realmente maravillosa, hay un momento que, todo se desmonta o
pierde la magia. Para que, cuando los protagonistas deciden seguir sus caminos,
la película no aguante o pierda su magia, manteniendo eso sí, el buen hacer
cinéfilo, aunque flaquee en lo emocional.
Una de
las grandes virtudes de “Licorice Pizza” es que, pese a desarrollarse en plena
crisis del petróleo de los años 70, es una cinta que nos transmite positivismo con un gran mensaje de lucha y superación, de amistad y de deseo de
crecimiento personal.
Interpretativamente
os diremos que nos ha encantado el trabajo de sus dos protagonistas, Cooper
Hoffman (el hijo del malogrado Philip Seymour Hoffman) y Alana Haim, dos
debutantes que han aguantado y levantado el nivel de “Licorice Pizza” cuando
han estado juntos demostrando una química inigualable. Sin lugar a duda, su
elección, todo un acierto, y esperamos verlos pronto en más producciones.
Por todo
lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Licorice Pizza” es de un 7 sobre 10.
Título original: “Licorice Pizza” – USA – 2021
Dirigida por: Paul Thomas Anderson
Duración: 133 minutos
Género: Drama, comedia
Qué bueno... a mí me gustó la peli...
ResponderEliminarAquí te dejo la crítica que escribí en su día.
https://luisalbertoserrano.wordpress.com/2022/03/07/critica-pelicula-licorice-pizza/
Abrazooooo
Una buena película, diferente, bien ambientada y con actores 'noveles'
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