jueves, 4 de agosto de 2011

Noche en el museo

Noche en el Museo - Cartel
Debemos asumirlo, la mayoría de cosas tienen un comienzo y un final, y en nuestro caso, cinematográficamente hablando, como equipo nacimos una tarde de enero del 2007 ante la proyección de “Noche en el museo”. ¿Que podríamos haber escogido otra? Pues seguro, pero seguramente nos habríamos divertido menos.

Bueno, la cuestión es que no hace mucho, TVE nos ofreció la posibilidad de rememorar nuestro origen cinematográfico en pantalla pequeña, y claro, ni se nos pasó por la cabeza la posibilidad de rehusarla, y ahí estuvimos, tumbados en el sofá, con una bolsa de patatas fritas en la mano mientras disfrutábamos de esta comedia.

“Noche en el museo” nos narra la historia de Larry Daley (al que da vida Ben Stiller), el típico soñador americano que, de desastre en desastre, consigue destruir su matrimonio y la imagen que tiene de él su hijo. Por su pequeño, deja aparcados sus sueños de grandeza y acepta un trabajo de guardián nocturno en el Museo de Historia Natural de Nueva York.

Un trabajo rutinario y aburrido, alejado de todo lo que Larry anhela, o por lo menos, eso es lo que piensa en un primer momento, porque pocos minutos después que los antiguos vigilantes le dejen en el museo, llaves en mano, se dará cuenta que de este trabajo no será especialmente rutinario que digamos.

Un crujido, una sombra que se mueve y sin quererlo ni beberlo, desaparece el Tyranosauro Rex que preside el Hall del museo. El la idea del robo pronto es descartada por Larry, pues nadie lo ha robado… También descarta las ideas segunda y tercera... hasta que se da cuenta de que, misteriosamente, Rex ha cobrado vida y lo persigue por los pasillos del Museo.


En plena persecución Larry se da cuenta que Rex no es el único que ha tomado vida en el museo, pues los cowboys se están enfrentando a guerra abierta con los gladiadores romanos, los animales de la sala del Amazonas campan a sus anchas y por si fuera poco, Hannibal el Huno anda sembrando el caos fuera de su sala.

Controlar lo que pasa en el museo es demasiado para nuestro protagonista, aunque cuente con algún que otro soporte, como el de Teddy Roosevelt (magistralmente interpretado por Robin Williams), así que, al finalizar su primera noche de trabajo decide abandonarlo, aunque al final se echa atrás para no decepcionar de nuevo a su hijo.

Precisamente con este objetivo invita a este a pasar una noche con él en el museo, para demostrarle así lo especial que es su trabajo. Lo que no se espera Larry es que tendrá que desplegar todo su ingenio para solucionar un pequeño (o gran) contratiempo que vivirán padre e hijo esa misma noche.

Larry (Stiller) y Roosevelt (Williams) montando a caballo
Larry (Stiller) y Roosevelt (Williams) montando a caballo


No os creáis, ya que aunque por lo que os hemos contado puede parecer una película profunda, o una moralina sobre lo divertidos que pueden ser los museos, realmente se trata de una buena comedia ligera con divertidos gags (el juego de Rex en el vestíbulo, el mono cabroncete, y los “temibles” cowboys y su caballo de hierro) y diálogos (sobre todo entre nuestro protagonista y Roosevelt).

La verdad es que le tenemos cariño a esta película, quizá es porque fue la primera que vimos juntos, pero nos gustó y nos divirtió, y no solo la primera vez, la segunda también, así que, os la recomendamos, sobre todo si queréis disfrutar de una tarde (o velada) sin más pretensiones que divertiros un rato. Por nuestra parte, y unánimemente, le ponemos un 7 sobre 10.




Título original: "Night at the Museum" - USA - 2006 Dirigida por: Shawn Levy Duración: 108 minutos Género: Comedia, Fantástico

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