viernes, 18 de diciembre de 2020

Capitán América: El primer vengador

Todo en esta vida tiene un origen, desde los propios humanos hasta los virus que nos machacan (sí, hablamos de ti, maldito COVID19) y nos cambian nuestra forma de vivir. Los superhéroes, en este sentido, no son distintos, ya que, aunque su origen está en la mente de sus creadores, cuando estos vislumbran un atisbo de fama y de opciones de llenar sus arcas, pronto se la luz para sacarse de la manga una historia con estos orígenes.

Un poco esto es lo que pasó durante los primeros años del presente siglo XXI, cuando Marvel Entertainment empezó a urdir un proyecto para crear el Universo Marvel. Dicho proyecto pasaba por presentarnos, en pantalla grande, a los superhéroes de Marvel Comics, “Iron man”, “El increíble Hulk”, “Thor” y el “Capitán América”. Hoy en este rincón, os vamos a hablar de la presentación del “Capitán América” en el cine, corría 2011 cuando se estrenó: “Capitán América: El primer vengador”.

“Capitán América: El primer vengador” nos desplaza directamente al Ártico, donde un grupo de científicos encuentran una gran nave que alberga en su interior un objeto que les llama poderosamente la atención, un objeto circular de color rojo, blanco y azul con una estrella en medio.

En este momento, la trama se desplaza casi 70 años atrás, concretamente en 1942 cuando en Estados Unidos se estaban realizando listas de reclutamiento para la Segunda Guerra Mundial. En uno de estos de reclutamiento nos encontramos a Steve Rogers (a quien da vida Chris Evans), un joven de familia pobre, con múltiples problemas de salud que es rechazado por cuarta vez.

Mientras esto pasa, en Europa nos encontramos con el oficial nazi Schmidt (Hugo Weaving) robando una reliquia que le puede aportar poderes extraordinarios, un Tesaracto. Pieza que, junto con el doctor Zola servirá para crear las más potentes armas destructivas del mundo.

En Estados Unidos, Rogers realiza un nuevo intento de alistarse despertando la curiosidad del Dr. Erskine quien enseguida piensa en Rogers para su programa de “súper soldado”, gracias a esto, Rogers cumple su sueño de alistarse en el ejército. Pronto, su débil condición física sale a relucir, aunque poco importa vista la determinación y valor mostrado. Steve Rogers es el elegido por Erskine para suministrarle un suero especial (que también recibió hace tiempo el oficial Schmidt). Una vez superado el tratamiento, Rogers despierta convertido en un nuevo hombre, más musculoso, más fuerte…


El Capitán América después de tomarse el suero
Y el suero del super soldado surte efecto


Poco tiempo después de esto, Erskine es asesinado por un enviado de Schmidt impidiendo que la fórmula definitiva del suero del “súper soldado” pudiera ser transcrito y aplicado a más soldados. Para aprovechar al nuevo súper soldado, el Gobierno envía a Rogers un colorido disfraz y es bautizado como “Capitán América” y le envía de ruta para recaudar fondos.

Un tiempo más tarde, una unidad con amigos de Rogers desaparece durante una acción y este decide lanzarse al rescate, para ello Howard Stark (el padre de Tony) le ofrece un escudo casi indestructible hecho de vibranium. Con ello y un equipo, el Capitán y su equipo destrozan varias fábricas de Hydra, la organización de Schmidt hasta llegar a él, aunque como ya os podéis imaginar, ese enfrentamiento nos lo guardaremos para nosotros.

Técnicamente, en “Capitán América: El primer vengador” estamos ante una película de superhéroes un tanto distinta ya que, cuando uno empieza a verla, espera encontrarse con un sinfín de escenas de lucha espectaculares, de grandes efectos especiales y lo que se encuentra es con una trama dividida en dos partes bien claras, una de presentación de Steve Rogers (ese hombre débil, enclenque, aunque terriblemente patriota) y una segunda de acción, aunque esta, es más bien a la antigua usanza, quizá para encajarla más en los tiempos que se ambienta la cinta (años 40 del pasado siglo).

Para los miembros de este equipo nos gustaría remarcar el hecho que, al contrario que con otras producciones de Marvel, en esta “Capitán América: El primer vengador” tenemos una historia clara, sin demasiados personajes que aparecen, desaparecen y a la postre, lían a los no fans.

Interpretativamente hablando, en el “Capitán América: El primer vengador” con un gran protagonista, Chris Evans dando vida al Capi, en un trabajo más que correcto implicándose y fundiéndose con el personaje que, indisolublemente lleva su hombre. En cuanto al resto del elenco: Tommy Lee Jones, Stanley Tucci (el Dr. Erskine), Dominic Cooper (Howard Stark), etc., están también, más que correctos en sus papeles.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Capitán América: El primer vengador” es de un 6.5 sobre 10, recomendándoosla si os gusta la acción y la ficción con un buen argumento.

 

Título original: “Captain America: The first avenger” – 2011 – USA
Dirigida por: Joe Johnston
Duración: 125 minutos
Género: Acción, Fantástico, Superhéroes
jueves, 10 de diciembre de 2020

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)

¿Os habéis preguntado alguna vez cuales son vuestros personajes favoritos del cine mudo? Seguramente los más jóvenes os quedaréis con el más grande, con Charles Chaplin, básicamente porque es quizá, el único que de vez en cuando alguna plataforma digital recupera sus películas, pero había bastantes más que, con su trabajo hicieron grande el séptimo arte.

Este que os escribe que, ya cuida más canas que cabello de su color, recuerda con cariño las tardes de fin de semana de su infancia cuando descubrió, gracias a la televisión, a los grandes del cine mudo, Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd, los Hermanos Marx y una extraña pareja, tan divertida como simpática, El Gordo y el Flaco (en original, “Stan & Ollie”). La mayoría de ellos grandes actores que nos hacían sentir sin los recursos técnicos que actualmente dispone la industria del cine.

Hace un tiempo, y en plena oleada de biopics (ya sabéis, de películas que nos cuentan la biografía de algún personaje) vimos, en nuestro cine de referencia un cartel que nos hizo marcar una sonrisa de cariño en nuestras caras, el que anunciaba: “El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)”.

Por motivos de agenda no pudimos verla en pantalla grande, así pues, esperamos que alguna de las plataformas que tenemos apostara por ella, cosa que ha sucedido recientemente y hoy, nosotros os contaremos nuestras sensaciones al verla.

La historia de “Stan and Ollie” empieza desplazándonos a un lejano ya 1937, donde nos encontramos con los dos consagrados actores, Stan Laurel (Steve Coogan) y Oliver Hardy (John C. Reilly) acudiendo a la grabación de una de sus películas. La situación es complicada pues Stan finaliza contrato, mientras que el de Oliver continua. Stan se siente menospreciado ya que entiende que no se le quiere reconocer su fama así que, se planta y exige un contrato a la altura con el compromiso de su compañero de apoyarle. Finalmente, eso no sucede y la pareja se acaba rompiendo.

Dieciséis años más tarde, en 1953 nos volvemos a encontrar con Stan y Ollie, en esta ocasión alejados de los estudios de cine, ambos actores embarcándose en una larga gira teatral por el Reino Unido e Irlanda donde, a primera de cambio deben enfrentarse a teatros de poco renombre y a la postre, casi vacíos. A la vez que se dedican a la dicha gira, intentan en la distancia conseguir una nueva película en Hollywood, una adaptación cómica de la historia de Robin Hood.

Poco a poco, y gracias a las apariciones de los cómicos en público, su éxito en los teatros va aumentando, realizando algunos plenos. Justo cuando el dúo llega a Londres, Stan (quien escribe el guion de una película) descubre que dicho proyecto se ha cancelado por falta de presupuesto, aunque para evitar el hundimiento de Ollie, se lo esconde.


Stan Laurel y Oliver Hardy
Stan Laurel y Oliver Hardy


Estando en Londres, Ida y Lucille, las esposas de Stan y Ollie llegan al hotel donde estos se hospedan con la intención de acompañarles en su cada vez más exitosa gira. Desgraciadamente, el carácter de ambas mujeres pronto hace reaparecer las diferencias entre Stan y Ollie y las heridas de un pasado no curado provocando un duro golpe en su amistad.

Poco tiempo después, y con su amistad tambaleándose, Ollie sufre un ataque al corazón justo cuando tiene que entregar el premio a la ganadora. Como es casi imposible que se recupere para la gira, el organizador de la misma le ofrece a Stan un cómico inglés como sustituto, pero cuando van a realizar su primera actuación Stan la suspende.

¿Volverán juntos Stan y Ollie a Estados Unidos? ¿Continuarán siendo amigos ambos cómicos? Y lo más importante de todo, ¿Se recuperará Ollie de su dolencia cardíaca? Nosotros evidentemente sabemos todas las respuestas, pero como ya os podéis imaginar, nos las guardaremos bien.

Técnicamente de “El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)” nos gustaría remarcar, básicamente, dos grandes puntos, el primero de ello el guion ya que, al revés de lo que podríamos pensar de un biopic, “Stan & Ollie” no se centra en los años más esplendorosos de la pareja de cómicos, sino que se centra en su declive, empezando muy acertadamente, por el acto que marcó su carrera (casi 20 años antes de la trama principal). El segundo punto a remarcar es la puesta en escena ya que consigue dar una gran naturalidad a la acción.

Desde el punto de vista interpretativo, hay que remarcar, sin paliativos el excelente trabajo de los dos actores protagonistas, John C. Reilly dando vida a Oliver Hardy y Steve Coogan a Stan Laurel, ambos motores de esta película ya que consiguen transferir a sus personajes vida y personalidad, o quizá, mejor podríamos decir, consiguen hacernos creer que ellos son los auténticos Stan Laurel y Oliver Hardy.

En definitiva, “Stan & Ollie” es una película que, pese a no ser una Obra Maestra, sí que es una obra que funciona y consigue implicar al espectador en el drama que marca la decadencia con el valor de la amistad de telón de fondo.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota para “El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)” es de un 7.5 sobre 10.

 

Título original: “Stan and Ollie” – 2018 – Reino Unido
Dirigida por: Jon S. Baird
Duración: 97 minutos
Género: Drama, Biopic

martes, 1 de diciembre de 2020

Emily in Paris - Temporada 1

Emily in Paris
Si pusiéramos sobre un mapamundi los tópicos que afectan a cada país precisaríamos de una gran superficie para contenerlos todos, pero sí queremos profundizar a regiones o ciudades cada vez nos sería más imposible, si no, pensad vosotros mismos cuantos tópicos conocéis de las zonas cercanas a vuestra casa, luego a vuestra comunidad y después incluso, por países.

Que una zona geográfica tenga una determinada costumbre o tradición que marque diferencia con el resto, no es para nada malo, el problema está cuando convertimos los tópicos en armas arrojadizas o incluso llegamos a estigmatizar. Quizá por esto último, y aunque sabemos que “están ahí”, los miembros de este equipo intentamos no hacer, en exceso, uso de ellos.

Tanto en la televisión, como en el cine (ahí tenemos “Ocho apellidos vascos”) el tema de los tópicos se ha explotado hasta el infinito y más allá. Con todo, no nos engañemos, los tópicos bien usados son un recurso cómico más que efectivo. Quizá por eso, cuando la gente de la plataforma de streming Netflix se planteó la serie “Emily in Paris”, pensó que sería todo un acierto comercial.

Sí, hoy en este pequeño rincón os queremos hablar de la última, por el momento, apuesta de Netflix este 2020, “Emily in Paris”.

“Emily in Paris” empieza desplazándonos a Chicago (Estados Unidos) donde nos encontramos con Emily (a quien da vida Lily Collins), una joven veinteañera que trabaja en una importante empresa de publicidad y márquetin online. Su empresa acaba de adquirir a otra empresa de publicidad francesa y para empezar a marcar la pauta de la misma, deciden enviar a París a la jefa de Emily, pero una indisposición de esta, le brinda la oportunidad a Emily de ocupar su puesto, instalándose en la capital de Francia.

Paris, una ciudad de postal, recibe a la americana recién llegada quien, al poco de pisar las primeras calles se crea una cuenta de Instagram, aunque lo más importante es que también se crea las primeras enemistades.

Emily se instala en un piso de un viejo edificio de apartamentos donde después de confundirse de piso conoce a Gabriel (Lucas Bravo), su vecino y primer amigo en la ciudad. Después de hacerse el primer selfie para darse a conocer va a Savoir, la empresa de publicidad del grupo de la suya donde Emily trabajará los próximos meses.

La llegada de la chica a la oficina no puede ser más fría y desconcertante ya que, una de sus compañeras se levanta de la reunión donde se presenta y se va, dos más, hacen cuchicheos en voz baja y le ponen motes y su jefa, le muestra sin miramientos su rechazo, y todo, porque Emily no habla ni un ápice de francés.

Sin francés y, para colmo de Emily, con una carrera centrada en la farmacia y la geriatría cuando Savoir se dedica, casi exclusivamente, a marcas de moda hace que, su objetivo de “enseñarles a mejorar su alcance en redes sociales” y modernizarse sea tomado como un insulto por parte del personal de Savoir.


Emily y sus modelitos tomando un vino
Emily y sus modelitos tomando un vino


Poco a poco, y en base a pequeños éxitos, mucha suerte y a saber sacar provecho de estar en el sitio equivocado en el momento oportuno, Emily va metiéndose en la cartera de varios clientes importantes de Savoir mientras su cuenta de seguidores en Instagram crece rápidamente.

Aunque claro, no todo es trabajo en la vida de Emily, también encuentra en París una buena amistad con Mindy (una asiática de familia bien que trabaja de canguro) y, sobre todo, con Gabriel con quien respira magia cada vez que se encuentran (aunque descubra, un momento determinado, que tiene novia).

Y como ya os podéis imaginar, hasta aquí lo que os contaremos del argumento de “Emily in Paris”.

No os vamos a engañar, lo mejor que tiene “Emily in Paris”, es su fotografía ya que, cuando la acción transcurre fuera de la oficina, parece una auténtica postal de París, con su Torre Eiffel, su Quartier Latin, Le Sacre Couer, el Sena, los Jardines de Luxemburgo, etc. A parte de esto, pues, únicamente entretenimiento con una idea buena de fondo y una trama realmente ligera para unos capítulos de unos 30 minutos cada uno que se devoran realmente rápido.

Con todo, técnica y argumentalmente “Emily in Paris” es una serie realmente con muchísimas más sombras que luces ya que, abusa en excesos de los clichés y es que no cesa, ni un solo segundo de remarcarnos lo soberbios, anticuados, mandones, bordes, machistas (y la vez ligones) que son todos los franceses (¡ojo! Los franceses, no los parisinos) mientras la buena es la pobre Emily que tiene que soportarlos. Todo esto sin dejar de mencionar que:

        - Nadie, salvo Emily, se convierte en influencer de la noche a la mañana con 4 fotos.

       - Emily, con poco más de 20 años cruza el charco, sin conocer el idioma ni tener experiencia para enseñar a expertos. Perdonad que dudemos

      - Emily llega a París con una maleta y lo puesto, pero el primer día ya viste trajes de gala de primerísimas marcas de alta costura, con sus bolsos, etc. ¿de dónde los saca?

        - ¿Por qué la protagonista no aprende francés en toda la primera temporada, mientras en Savoir casi todos son bilingües?

Interpretativamente, pues nos quedamos con el trabajo de Lily Collins quien, pese a tener un personaje lleno de vaguedades, sí nos ha convencido dando vida a Emily, el resto, simplemente son buenos secundarios que ayudan cada uno, en los momentos de comedia y de drama que, se van sucediendo para hacer más o menos amena la serie.

Por todo lo que os hemos contado y aunque la serie es entretenida (podríamos llamarla, un pequeño placer culpable), nuestra nota final para “Emily in Paris” es de un 4 sobre 10.

 

Título original: “Emily in Paris” – USA - 2020
Dirigida por: Darren Star, Andrew Fleming
Año de creación: 2020
Año de finalización: 2020 (primera temporada)
Duración: 10 capítulos (de unos 30 minutos cada uno)
Género: Comedia