jueves, 23 de enero de 2025

Diecisiete

Diecisiete - Poster
Hay películas que, desgraciadamente, tienen una corta vida en las salas de cine, si con suerte llegan a ellas gracias a cines que, dejando de lado las grandes producciones de Hollywood y la posibilidad de vender cantidades ingentes de palomitas, prefieren apostar por el cine de autor o película que, aunque tienen una calidad excelente, no tienen hueco en las carteleras por su temática.

En 2019 le pasó esto mismo a una producción española dirigida por Daniel Sánchez Arévalo, un drama ambientado en Cantabria que, después de dos semanas en los cines pasó directamente al catálogo de la cadena de streaming Netflix. Os estamos hablando de la cinta: “Diecisiete”.

“Diecisiete” empieza presentándonos al joven Héctor, un chico adolescente que se mete en una gran superficie comercial con la intención de quedarse dentro una vez cierre al público y, de madrugada, sorteando al vigilante de seguridad robar un calefactor. Todo le sale casi bien, y decimos casi porque al salir del centro con el calefactor perseguido por el vigilante, este acaba cayendo al suelo quedando gravemente herido.

Días después nos encontramos con Héctor delante de la juez. No es la primera vez que pasa este trámite con la excusa que robó el calefactor para su abuela, por reiteración, no convence a la juez quien le condena a internamiento en un centro de menores hasta que cumpla la mayoría de edad.

Durante su estancia en el centro de menores, Héctor se muestra asocial y arisco tanto con monitores como con el resto de los internos, únicamente tiene dos aficiones, leer el código penal que le dio la juez para que evitara cualquier delito que allí se mencionara y saltar la valla del centro para ver cuán lejos es capaz de llegar hasta que los vigilantes lo pillen.

Un día, llega al centro una furgoneta cargada con perros de un refugio cercano con la idea que, algunos alumnos aprendan a cuidarlos y se responsabilicen de ellos. Un poco a regañadientes Héctor se interesa por la actividad, aunque se tiene que quedar con el último que les queda, un animal acabado de recoger que es tan arisco como Héctor.

El perro, bautizado por Héctor como Oveja, evoluciona al mismo ritmo que el chico. Al poco, el vínculo entre ambos es total. Con todo, al poco tiempo, Oveja deja de llegar en la furgoneta ya que ha sido adoptado por una familia, algo que, Héctor es incapaz de aceptar y aunque está a escasos dos meses de finalizar su internamiento, decide fugarse e ir a buscar a Oveja.

Ya fuera del internado, y aunque la última vez que se vieron fue traicionado (fue entregado a la juez) por Ismael, su hermano, decide hacer un trato con él, si le ayuda a encontrar a Oveja, él volverá al internado para cumplir el tiempo que le queda.


Héctor y Oveja, los protagonistas de "Diecisiete"
Héctor y Oveja, los protagonistas de "Diecisiete"

Lleno de remordimiento por lo que hizo, Ismael acepta y se lleva a Héctor y a su moribunda abuela, en un viaje vital por Cantabria en su autocaravana. La primera parada del viaje es en el refugio de amínales donde Ismael acaba robando el libro de adopciones para saber dónde puede estar Oveja, y Héctor sin pedir permiso se lleva a un perro con tres patas para cambiarlo por Oveja cuando le encuentre.

Siguiendo el libro de registro, Héctor y Ismael van a recorrer Cantabria para ver 3 posibles adoptantes de Oveja. Después de dos visitas se dan cuenta que la abuela está mucho peor, por tanto deciden ir su pueblo donde podrá morir y ser enterrada junto a su marido, aunque allí, el párroco les da una mala noticia, como no han pagado, el terreno en el cementerio donde estaba enterrado el abuelo, ha sido liberado y entregado al nuevo comprador, su primo Ignacio con quien no se llevan demasiado bien.

¿Conseguirán algún terreno en el cementerio para la abuela o antes encontrarán a Oveja? Aunque lo más importante, después de tantas aventuras, ¿ambos hermanos harán las paces antes de volver al internado, si es que Héctor vuelve? La verdad, muchas preguntas, aunque todas tienen respuesta antes de finalizar “Diecisiete”.

Técnicamente la estructura de “Diecisiete” nos recuerda a la típica “road movie”, aunque en este caso con una idea y desarrollo realmente sencillo y para todos los públicos, con toques de comedia y sin profundizar en demasiados temas. Eso sí, todo contado y montando con extrema sencillez y mucha cercanía, tanta que a veces se queda corta para el espectador.

En todo momento y mientras se va construyendo la historia, Sánchez Arévalo, el director y coguionista nos deja muy clara la fábula que nos quiere contar que no es otra que "para saber ganar primero hay que saber perder", encajándola en el viaje vital que realizan dos hermanos, a priori, enfrentados.

Interpretativamente hablando, en “Diecisiete” nos encontramos con dos actores casi desconocidos, por un lado tenemos a un joven a punto de cumplir los 18 con problemas severos de comunicación y al que le cuesta reconocer los límites del bien y del mal (aunque para nada es malo), realmente brillante, y por el otro lado Nacho Sánchez interpretando a Ismael, el hermano mayor de Héctor, un hombre incapaz de ayudar a nadie, ni siquiera a si mismo quien, poco a poco aprenderá ambas cosas. Sin lugar a duda, un gran acierto haberles escogido.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Diecisiete” es de un 6.5 sobre 10.

 

 

 

Título original: “Diecisiete” – España – 2019

Dirigida por: Daniel Sánchez Arévalo

Duración: 100 minutos

Género: Drama, comedia, Road movie

 

 

 

 

lunes, 13 de enero de 2025

El Gran Hotel Budapest

El gran Hotel Budapest - Poster
Hay películas que se quedan en nuestra memoria por tiempo, y no siempre se corresponde con aquellas películas con grandes presupuestos, o con grandísimos actores que copan por sí mismos todas y cada una de las escenas con frases, más o menos rimbombantes o célebres. No, hay películas que se quedan grabadas a fuego en nuestra memoria por su estética, otras por su banda sonora, y otras simplemente porque llegan a tu vida en el momento adecuado.

En 2014 llegaron a nuestras salas de cine grandes películas como “La teoría del todo”, la original “Birdman” o incluso el drama más largo, “Boyhood”, todas ellas grandísimas películas, difíciles de olvidar. Con todo, hay una película que, en su momento, los miembros de este equipo no pudimos ver en pantalla grande, arrastrando durante tiempo esta particular deuda, se trata de la comedia “El Gran Hotel Budapest”.

Pues bien, no hace mucho, tuvimos la oportunidad de pasar una velada disfrutando de ella y os diremos que, aunque de entrada puede parecer una película rara, es de esas que uno recuerda cuando acaba de verla. Y ya, sin más dilación, pasamos a nuestra crítica de “El Gran Hotel Budapest”.

“El Gran Hotel Budapest” empieza desplazándonos a finales de la década de los 60 del pasado siglo, cuando un joven escritor llega al decadente “Gran Hotel Budapest”, un inmenso hotel casi vacío ubicado en una región azotada por la guerra y la pobreza. La noche de la llegada al hotel, el joven conoce al Zero Moustafa, el propietario del hotel, quien durante una cena le cuenta como se hizo cargo del hotel y por qué no quiere cerrarlo.

Para contarlo, la historia de desplaza treinta años atrás, hasta 1932 durante los días de gran gloria del hotel. Allí nos encontramos con Gustave (interpretado por Ralph Fiennes), el conserje y alma mater del hotel. Gustave se pasa el día con la adinerada clientela y enseñando al nuevo ayudante de la conserjería, Zero (Tony Revolori). Por la noche, aprovecha a dar un servicio más personal a las clientas más adinerada y envejecidas.

Una de estas clientas, Madame D., a los pocos días de partir, muere en extrañas circunstancias. Cuando se entera, Gustave y Zero inician un viaje hacia la mansión de ella donde se enteran de que les dejó en testamento una valiosa pintura molestando así, al hijo de la difunta, Dmitri (Adrien Brody). Con todo, Gustave y Zero, se hacen con la pintura y se la llevan al hotel.

Ya en el hotel, y presionado por Dmitri, Gustave es detenido y enviado a la cárcel acusado de haber asesinado a Madame D. En prisión Gustave entabla amistad con los presos más duros, quienes traman un plan de fuga al cual colabora Zero introduciendo herramientas a la cárcel dentro de los pasteles que prepara su novia.

Ya fuera de la cárcel, Gustave debe recurrir a la ayuda de los otros conserjes de grandes hoteles, quienes sin dudarlo, le ayudan a llegar hasta el mayordomo de la difunta, aunque de poco les sirve porque es asesinado por un sicario contratado por Dmitri quien también quiere acabar con ellos.


Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Revolori) en "El Gran Hotel Budapest"
Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Revolori) en "El Gran Hotel Budapest"



Ya de nuevo en el hotel, y con este tomado por el ejército por el estallido de la guerra, descubren algo realmente particular, hay un segundo testamento, aunque eso, y ni que nos persigáis, lo contaremos en este rincón. Lo que sí os contaremos es nuestra opinión particular sobre “El Gran Hotel Budapest”.

Técnicamente, “El Gran Hotel Budapest” es una película sorprendente, donde cada escena está calculada hasta el más mínimo detalle, la luz, el encuadre de la escena, la velocidad. Por momentos, uno parece que está viendo una película en cine mudo (vaya que además de estar ambientada en los años 30 parece que la película sea de esos años), y todo para resaltar lo surrealista e improbable de toda la historia. Realmente excepcional.

Otro de los grandes puntos de “El Gran Hotel Budapest” es su montaje. "El Gran Hotel Budapest” es como un puzle de cinco partes con una historia dentro de cada una de ellas que, aunque tienen elementos básicos del cine (robos, asesinatos, huidas, y malos malísimos) encajan como la relojería suiza provocando que, aunque lo que nos cuentan pueda ser triste, uno tenga siempre la sonrisa en la cara.

Desde el punto de vista interpretativo os diremos que “El Gran Hotel Budapest” cuenta con un gran casting aunque de él, resalta especialmente el trabajo de sus dos actores principales, Ralph Fiennes dando vida a Gustave y Tony Revolori interpretando a Zero. Fiennes está soberbio poniéndose en la piel de un personaje complicado a la vez que elegante y Revolori lo borda interpretando al joven y leal botones, eclipsando por momentos a otras estrellas del casting.

Por todo lo que os hemos contado, y aunque quizá “El Gran Hotel Budapest” no es una película que comprenda todo el mundo, nuestra nota final es un 8 sobre 10.

 

 

 

Título original: “The Grand Budapest Hotel” – 2014 – USA

Dirigida por: Wes Anderson

Duración: 99 minutos

Género: Comedia

miércoles, 8 de enero de 2025

El padre

El Padre - Poster
Todos, como seres humanos, tenemos nuestros propios miedos, algunos a la oscuridad, otros a determinados bichos, etc. Con todo, estamos seguros de que uno de los miedos más recurrentes tiene que ver con la salud o incluso con la muerte y, sobre todo, en como esta llegará a nuestras vidas. Muchos temen sufrir una enfermedad tan cruel y dura como el cáncer, una enfermedad que, pese a los avances en su tratamiento, augura una lucha sin cuartel contra ella.

Con el paso de los años, otro grupo de enfermedades aparecen en nuestras vidas, son un grupo de enfermedades quizá, más crueles si cabe, que el cáncer, os hablamos de las demencias (un grupo de enfermedades que afectan sobre todo a la memoria, el pensamiento y a la capacidad para realizar acciones o actividades cotidianas). Podríamos decir que son enfermedades silenciosas ya que no producen deterioros físicos evidentes ni acortan la vida tan rápidamente como un cáncer, pero por el contrario, causan, poco a poco, la perdida de los recuerdos y la capacidad de obrar, para finalmente, causar el olvido de uno mismo.

En el mundo del cine, las demencias han tenido muy poco protagonismo, entendemos que, sobre todo, por la tremenda dificultad que lleva reflejarlas fielmente. Con todo, algún personaje si podemos encontrar que sufre de Alzheimer, como por ejemplo en el famoso drama romántico “El diario de Noa”.

En 2020, el guionista y director francés Florian Zeller llevó a la gran pantalla la adaptación de su propia obra teatral “Le Père” cosechando un gran éxito de crítica y triunfando en grandes certámenes como el Festival de Cine de Sundance y los propios premios Óscar de ese año.

“El padre” empieza presentándonos a Anthony (interpretado por un brillante Sir Anthony Hopkins) un hombre a punto de cumplir 83 años que vive solo en su apartamento de Londres.

Anthony es un hombre orgulloso y con un peculiar sentido del humor quien recibe las atenciones, casi diarias, de su hija Anne (interpretada por una gran Olivia Colman).

Anne cada día está más preocupada por los constantes problemas de memoria de su padre. Para solucionarlo, intenta ponerle enfermeras particulares para que le cuiden y estén pendientes de él pero, no encuentra ninguna que cumpla con los mínimos exigidos por Anthony.

Un día, Anne le comenta a Anthony que debe tratar bien a la siguiente enfermera que le lleve a casa ya que, ella no le podrá cuidar diariamente porque pronto abandonará Londres para irse a vivir con su nuevo novio en París, lo cual sienta fatal a Anthony ya que cree que lo quiere hacer es abandonarle.

Anne escuchando lo que dice Anthony a su enfermera
Anne escuchando lo que dice Anthony a su enfermera

 


Poco después aparece en su apartamento un extraño que Anthony reconoce como el marido de Anne con quien lleva 10 años casado. Ahí Anthony se da cuenta que algo no anda bien, ya que, recuerda el comentario de Anne sobre su marca a París. Cuando intenta echarle del apartamento, Anthony descubre que el hombre no se irá, pues él no está viviendo en su apartamento, vive en la casa de Anne, lo cual aún le confunde aún más.

Los siguientes días, el caos se apodera de Anthony ya que por momentos, aparecen en la casa personas diferentes llegando a pensar que, quieren echarle de su apartamento para quedarse con él, pero ¿quién quiere hacerlo? Y otra cosa que le preocupa, ¿qué opinaría Lucy, su otra hija de lo que está pasando en su vida? Y lo que es peor, ¿Dónde está Lucy?

Cada día, la cabeza de Anthony está más perdida en un laberinto de preguntas sin respuesta, de personas que aparecen en el piso donde vive y que además es cambiante.

“El padre” es una de esas películas excepcionales que se quedan grabadas a fuego en nuestra mente, como mínimo mientras esta se mantenga sana. Parte de un idea tan sencilla como potente, plasmarnos de una manera gráfica el desmoronamiento del mundo y la memoria que sufre una persona con demencia.

No os vamos a engañar, técnicamente “El padre” es más sencilla que el mecanismo de un botijo ya que cuenta con, casi, un único escenario (el apartamento o piso donde vive Anthony), dos protagonistas y dos o tres secundarios que entran y salen de escena, a priori, sin demasiado sentido.

Argumentalmente hablando, “El padre” cuenta con algo realmente particular, una historia contada desde el punto de vista de una persona con demencia, es decir, cuenta con una línea temporal inconexa en la que entran en juego detalles sutiles de la escenografía mostrando a la perfección los vacíos en la mente de una persona enferma lo cual potencia, sin amarillismos, el tono de drama.

Interpretativamente os diremos que su dúo protagonista, Sir Anthony Hopkins y Olivia Colman, a cada cual, con un trabajo interpretativo más excepcional. Si Hopkins consigue hacernos sentir su desesperación por una situación que no sabe distinguir entre la realidad y su mente, Olivia Colman brinda con su personaje una oda al dolor que sufren los familiares de los enfermos, y lo hace tanto en sus diálogos como en sus miradas y silencios. Sin lugar a duda, dos interpretaciones magistrales.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “El Padre” es de un 8 sobre 10.

 

 

 

Título original: “The Father” – 2020 – Reino Unido

Duración: 97 minutos

Dirigida por: Florian Zeller

Género: Drama