Cuando
uno habla de viajar, se imagina siempre viajando de un lugar a otro en su
presente, o planificando dicho viaje para realizarlo en un futuro (visto en el
día de dicha planificación), pero en el mundo de física cuántica se ha
planteado en varias ocasiones la posibilidad de viajar en el tiempo, es decir,
en vez de movernos de un lugar a otro, movernos de un tiempo a otro, algo que,
de momento, no se ha podido.
Pese a
la imposibilidad de realizarse, en el mundo de la imaginación y de la ciencia
ficción, los viajes en el tiempo se han explorado ya en diferentes ocasiones,
por ejemplo, en la magistral trilogía de “Regreso al Futuro”, en “Doce monos”,
en la gran “Interestelar”, o incluso en varios de los capítulos de la mítica
serie “Star Trek”.
Con todo,
una de las cosas que más ríos de tinta (u horas de metraje) han hecho correr en
los viajes en el tiempo, es la posibilidad de crear las conocidas “paradojas de
tiempo” (la posibilidad de crear realidades alternativas), porque claro, ¿qué
pasaría si viajas a tu pasado y haces que tus padres no se conozcan?
¿Existirías en tu presente cuando volvieras? En este sentido, hay una película
que demuestra este punto de forma brillante, “El efecto mariposa”.
Dentro
de este punto, en marzo de 2022 llegó a al catálogo de la plataforma de
streaming Netflix una película original protagonizada por Ryan Reynolds y
dirigida por Shawn Levy titulada “El proyecto Adam” que es precisamente, la
película que os queremos comentar en esta entrada.
“El
proyecto Adam” empieza situándonos en un futuro más o menos cercano, en 2050,
donde nos encontramos con Adam Reed (interpretado por Ryan Reynolds), un piloto
de combate quien a media acción crea un agujero de gusano y escapa hacia el
pasado, concretamente hasta 2022, aunque su intención original era llegar a
2018.
En su
accidentado aterrizaje en 2022 Adam se encuentra con su yo de 12 años (Walker
Scobell), un chico preadolescente que está, todavía luchando para superar la
reciente muerte de su padre. Después de aceptarse el uno al otro, y visto que
el Adam adulto no puede conducir la nave con la que ha llegado pues, al estar
herido, ni le reconoce, este le cuenta a su otro yo que tiene que viajar a 2018
para reencontrarse con su mujer Laura (Zoe Zaldaña) quien está en ese año en una
misión.
Con
todo, hay un pequeño problema, desde 2050 llega también a 2022 un equipo de
persecución formado por Maya Sorian y Christos, ambos dispuestos a capturar a
Adam y llevarlo de regreso a su tiempo. Cuando ambos Adam están a punto de caer,
son rescatados por Laura quien se había quedado atrapada ese año tras descubrir
que Maya había hecho otros viajes para hacerse con la tecnología para controlar
los viajes en el tiempo descubierta por Louis Reed (Mark Ruffalo), el padre de
Adam.
Sin
tiempo que perder, los Adam escapan a 2018 con la última carga de energía para
saltar en el tiempo, justo en el momento que Maya mata a Laura. Ya en 2018, los
Adams se presentan ante su padre, un hombre que, por tener la llave del tiempo,
queda sumamente preocupado por los cambios que su hijo (en dos versiones)
puedan provocar en la línea del tiempo.
Adam adulto (Ryan Reynolds) y su yo niño |
Aunque
de entrada no quiera colaborar con los Adams, cuando ve que estos, ante la
aparición de la Maya Sorian de 2050 deciden destruir el primer acelerador de
particular, se une a ellos. Aunque, ¿conseguirán destruir la máquina? ¿Y podrán
volver sin ella a sus respectivas épocas? Estas y más preguntas se contestan en
el desenlace de “El proyecto Adam” que, obviamente, no os contaremos aquí.
Técnicamente,
“El proyecto Adam” podríamos definirla como un proyecto ambicioso (sólo hay que
ver el casting de la misma) y de cierta calidad, que busca explorar el
paradigma de los saltos en el tiempo con un regusto o “déjà vu” a las grandes
producciones del género. Con todo, y aun empezando por todo lo alto con una
persecución estelar, muy pronto cae en alguna decisiones controvertidas e
inexplicadas que, acaban lastrando la película.
En
cuanto al guion os diremos que la simplicidad es máxima. En “El proyecto Adam”
no encontraremos ninguna explicación técnica, ni en cuanto a los agujeros de
gusano, ni a los propios saltos, ni a sus consecuencias, nada, se salta y
punto. La simplicidad del guion continua en la previsibilidad de la aparición
de la mala, de las carreras gato-ratón, prescindiendo de cualquier tipo de giro
argumental y basándose en unos pocos gags o situaciones cómicas para dar
vidilla a la trama.
Interpretativamente
hablando, os diremos que “El proyecto Adam” tiene un poco de cal y un poco de
arena. En el lado positivo nos encontramos a dos actores solventes y que atraen
y mucho al espectador, Ryan Reynolds como gran protagonista y Zoe Saldaña
quien, por pequeño que sea su papel, gusta y acostumbra a acertar. En el lado
negativo, y más por falta de definición y papel de sus personajes, nos
encontramos con un grande, Mark Ruffalo haciendo un poco de triste figura y a
Catherine Keener dando vida a una mala que, apenas llegamos a conocer.
Con
todo esto, no os diremos que “El proyecto Adam” sea una obra maestra, porque no
lo es, pero en cambio sí que os diremos que, es un entretenimiento con acción y
ciertos toques de humor, por tanto, y por todo lo que os hemos contado, nuestra
nota final para “El proyecto Adam” es de un 6 sobre 10.
Título original: “The Adam Project” – USA – 2022
Dirigida por: Shawn Levy
Duración: 106 minutos
Género: Ciencia Ficción