Pocos días después de haber visto la primera parte de la saga “The Fast and the Furious”,
decidimos que había llegado el momento de continuar con la misma, así
que, hicimos acopio de nuestra gasolina particular (galletas, frutos
secos, gominolas, etc), y nos acomodamos en el sofá para ver “2 Fast 2 Furious”
(por aquí: “A todo gas 2”).
La historia
se sitúa un tiempo después de que Brian O’Conner (Paul Walker) dejara escapar a
su amigo Dominic Toretto (Vin Diesel) tras una larga investigación y una
espectacular persecución en coche, es decir, desde el punto donde acabó “The Fast and The Furious”.
En el tiempo
que ha transcurrido, la vida de Brian ha cambiado totalmente, ya que, tras
dejar escapar a Toretto, perdió el trabajo y le fue retirada la placa, teniendo
que desplazarse a Miami para intentar rehacer su vida, eso sí, como corredor
callejero profesional al volante de un espectacular Nissan Skyline
convenientemente tuneado.
Después de
una carrera por las calles de Miami, Brian es neutralizado (mediante un
inhabilitador de los sistemas electrónicos del coche) y arrestado por el FBI
que lo lleva a sus dependencias para ofrecerle un trato curioso: que continúe
de corredor callejero y les ayude a desenmascarar al narcotraficante Verone
(Cole Hauser) a cambio de limpiar sus antecedentes.
Como no
puede hacerlo solo y el agente que le ofrece el FBI como corredor no dan la
talla, O’Conner exige como colaborador a Roman (Tyrese Gibson), un
antiguo amigo que actualmente está cumpliendo condena. Roman acusa a Brian
de su situación, aunque, pese a todo y a regañadientes, acaba aceptando la
misión.
Superadas
las reticencias iniciales de Roman, ambos protagonistas toman parte de una
peculiar carrera que tiene como premio el ganarse la confianza de Verone y
de su novia Mónica (Eva Mendes), algo totalmente indispensable para poder
llevar a cabo su objetivo.
O'Conner y Roman, después de superar una prueba |
¿Consiguen
nuestros protagonistas echar la red sobre Verone? ¿Conseguirán solucionar todos
los problemas personales que tanto separan a Roman de Brian?
Evidentemente, todas estas preguntas se responden entre los frenazos y
acelerones de “2 Fast 2 Furious”, y nosotros las sabemos, pero no os lo
contaremos aquí.
Lo que sí os
contaremos es nuestra particular visión sobre esta segunda parte de la saga, la
cual, técnicamente mejora y bastante respecto a la primera (se notan tanto el
incremento de presupuesto, como los avances técnicos de los 3 años que separan
una película de otra).
En cuanto a
las interpretaciones, los del equipo os diremos que, pese al buen trabajo de
Tyrese Gibson (en su interpretación de Roman), echamos de menos a Dominic
Toretto, un personaje que, para nosotros, es casi imprescindible en esta saga.
Quien no solo mantiene el nivel, sino que consigue incluso fusionarse aún más
con su personaje, es Paul Walker.
“2 Fast 2 Furious” no es una película genial, pero tampoco es una mala segunda parte, y
todo esto es gracias al ritmo incremental que mantiene para desarrollar su
argumento, haciéndote vibrar en cada secuencia. Los del equipo la consideramos
una buena película de acción, aunque peca de lo mismo que la primera entrega:
está demasiado pensada para adolescentes ansiosos de ver cuerpos cuidados,
amantes del tunning y de la velocidad. Con todo, nuestra valoración es, como la
primera parte de la saga, de un 5 sobre 10.
Título
original: “2 Fast 2 Furious” – USA – 2003
Duración:
100 minutos
Dirigida
por: John Singleton
Género:
Automovilismo, Acción
Otras partes de la saga:
"A todo gas 1" - 2001
"A todo gas 3: Tokyo Race" - 2006
"A todo gas 4: Aún más rápido" - 2009
"A todo gas 5: Fast Five" - 2011
"A todo gas 6" - 2013
"Fast & Furious 7" - 2015
"Fast & Furious 8" - 2017
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