lunes, 29 de julio de 2019

Dolor y gloria

Cartel de Dolor y gloria
No os vamos a engañar, cuando vimos anunciada la, por el momento, última película del director manchego Pedro Almodóvar, nos llamó la atención entre poco y nada, pues le consideramos un director excesivamente sobrevalorado, un tanto engreído en sus declaraciones y por si fuera poco, muy encasillado en sus temas de siempre.

Al final han tenido que pasar cuatro meses para que nos decidiéramos a darle una oportunidad a “Dolor y gloria”, y lo hemos hecho después de leer, en su mayoría, unas críticas excelentes sobre ella. Así pues, una de estas últimas y sofocantes veladas de este caluroso verano tomamos asiento en nuestro sofá y le dimos al play.

“Dolor y gloria” empieza presentándonos a Salvador Mallo (a quien da vida Antonio Banderas), un director de cine español de mucho éxito en el pasado, pero viviendo un acelerado y precipitado ocaso profesional y personal. Salvador vive aquejado por un sinfín de dolencias físicas (migrañas, pitidos, problemas de espalda, etc.) y anímicas que le dejan, la mayor parte de su tiempo al borde de la depresión.

Un día, la Filmoteca de Madrid, después de restaurar “Sabor”, uno de los primeros éxitos que tuvo hace nada más y nada menos que 32 años, le invita al coloquio de presentación de dicha restauración. Para ello, Salvador se pone en contacto con Alberto Crespo (interpretado por Asier Etxeandia), el intérprete protagonista de “Sabor” y a quien tampoco ve desde el rodaje de dicha cinta.

Volverse a encontrar con el pasado lleva a Salvador, a modo de flashback en “Dolor y gloria”, a recordar su infancia cuando él y Jacinta (Penélope Cruz), su madre, llegan durante los años 60 a Paterna (Valencia) para instalarse en una casa cueva junto a su padre. Salvador recordará de esa época su paso por el colegio, la adecuación de su casa cueva, sus clases de lectura y escritura con Alberto, un albañil analfabeto del pueblo, el descubrimiento de su primer deseo, etc…

En la actualidad, su reencuentro con Alberto Crespo le supone a Salvador un duro choque, ya que, además de reencontrarse con las diferencias que había entre ambos desde la época de “Sabor”, descubre también un remedio alternativo al combinado de medicamentos que toma para aliviar sus dolencias: la heroína, a la cual casi se engancha.

Después de su fallido coloquio de presentación de la restaurada “Sabor”, Salvador se siente totalmente en deuda con Alberto y para compensarle, le cede una obra que este ha encontrado en casa de Salvador, “La adicción”.

“La adicción” narra la historia de un director de cine durante los años de la movida madrileña, un hombre que se enamora de otro hombre con quien acaba conviviendo más de tres años, y de una adicción de este último que, a la postre, acabará separando a la pareja. Casualidades de la vida, durante una de las primeras representaciones, en la sala está Federico (Leonardo Sbaraglia) el hombre del que se enamoró el autor de “La adicción”.

Como os podéis imaginar, Federico contactará con Salvador, aflorando nuevos recuerdos y viejas enseñanzas que, como también os podéis imaginar, no encontraréis en esta crítica, aunque lo que sí que encontraréis es nuestra particular valoración de “Dolor y gloria”.

Técnicamente, “Dolor y gloria” nos ha sorprendido y mucho, pues para nada imaginábamos una película tan personal y emotiva de un director que, como os hemos contado al comienzo de esta crítica, para nada teníamos entre nuestros favoritos. Es más que evidente que “Dolor y gloria” es una ficción, pero con unos vínculos casi biográficos con su director, quien ha puesto, creemos, mucho más en esta cinta que en anteriores. El drama, la emoción y una ambientación fantásticamente trabajada se mezclan durante todo el metraje de la cinta, provocando que poco a poco, nos vayamos implicando en los dolores, el pasado y los deseos de Salvador.

De todas formas, hay otro apartado donde “Dolor y gloria” sobresale y mucho, y este es el interpretativo, donde nos encontramos con dos brillantes interpretaciones de dos monstruos consagrados del cine español, Antonio Banderas y Penélope Cruz. El primero hace, quizá, el mejor papel de su carrera dando vida a Salvador, y la madrileña, aunque no es santo de nuestra devoción, vuelve a hacer un grandísimo papel. En cuanto al resto, nos encontramos con un Asier Etxeandia brutal (su escena del monólogo de “La adicción” es para quitarse el sombrero), un más que solvente Sbaraglia dando vida al ex de Salvador (ojo al apasionante beso que se dan ambos), y a dos novatos que han llegado pisando muy fuerte, César Vicente y el pequeño Asier Flores. Nuestro aplauso a todo el elenco.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Dolor y gloria” es de un 8 sobre 10, y os la recomendamos, sobre todo si os gusta Almodóvar, Cruz o Banderas.





Título original: “Dolor y gloria” – España – 2019
Dirigida por: Pedro Almodóvar
Duración: 108 minutos
Género: Drama, Drogas, Homosexualidad


lunes, 22 de julio de 2019

Un golpe con estilo

Un Golpe con Estilo Cartel
Hay momentos en los que a uno le apetece sentarse en sofá y disfrutar de una comedia sencilla y diferente, alejada al máximo de las típicas comedias de tópicos y risas enlatadas que hacemos en este país y de las comedias absurdas de adolescentes americanos. No os vamos a engañar, a veces cuestan de encontrar.

Por suerte, hace unos días y aprovechando una de esas veladas de bochorno en las que se está mejor en casa que en la calle, los del equipo nos encontramos, en el catálogo de Amazon Prime, con una cinta de 2017 que, pese a que pasó muy desapercibida cuando se estrenó, nos llamó poderosamente la atención: “Un golpe con estilo” y hoy os contaremos lo que nos pareció.

Un golpe con estilo” empieza presentándonos a Joe (Michael Caine), un jubilado que entra en su banco de toda la vida para intentar solucionar el primer aviso de desahucio que pende sobre su casa. Durante la fría y distante charla de Joe con su gestor, el banco en atracado por tres hombres encapuchados que acaban llevándose más de millón y medio de dólares.

A la vuelta a su casa se lo cuenta a sus amigos y excompañeros de trabajo, Willie (Morgan Freeman) y Albert (Alan Arkin) quienes están en una situación económica más o menos parecida a la de Joe, pudiendo llegar justo a fin de mes ya que su pensión hace unos meses que no les llega con regularidad.

Días después, Joe, Willie y Albert son citados a una asamblea junto al resto de jubilados y trabajadores de su ex empresa. En dicha reunión les cuentan que debido a la grave situación que pasa la empresa, esta se ha vendido a otro grupo con lo que, todo el dinero de que disponen, incluidos los planes de pensiones pasarán a usarse para reestructurar la deuda de dicha empresa. Por mucho que protesten, nuestro trío protagonista de encuentra de la noche a la mañana sin ingresos.

A la vuelta a casa, dos noticias sacuden a Joe y a Willie respectivamente. Por un lado, Joe se encuentra la carta de desahucio definitivo, dándole un mes para solucionar el problema antes de verse él, su hija y su nieta en la indigencia, y por el otro, Willie descubre que está gravemente enfermo y que necesita un trasplante de riñón. Después de pensárselo mucho y de descubrir que es su propio banco quien ha comprado su ex empresa, los tres amigos deciden llevar a cabo un plan de lo más loco, robar su propio banco.

Después de un divertido pero a la vez intento fallido de robo en un supermercado, nuestros tres protagonistas deciden buscar ayuda y formación antes de lanzarse al gran robo. El día escogido, Joe, Willie y Albert, armados con pistolas de fogueo y disfrazados con caretas de goma llevan a cabo el gran robo, consiguiendo un botón de casi dos millones y medio de dólares.

Con todo, el FBI pronto les pone cerco y les detiene, aunque, como ya os podéis imaginar, no os contaremos como acaba “Un golpe con estilo”, por tanto si queréis saberlo, os tocará verla y disfrutarla. Con todo, lo que sí que os contaremos es nuestra visión más técnica sobre esta película.

En el apartado interpretativo es donde encontramos el principal as de “Un golpe con estilo” ya que con Michael Caine, Morgan Freeman y Alan Arkin dando vida al trio protagonista han acertado completamente. Los tres se hacen dueños y señores no solo de sus personajes sino que también de todo el peso de “Un golpe con estilo” y lo hacen además con solvencia y brillantez. En definitiva, bajo nuestro punto de vista, haberlos escogido fue todo un acierto.

Técnicamente “Un golpe con estilo” tiene algunas lagunas, la primera de ellas, es su ritmo narrativo ya que no es hasta bien entrada la segunda parte del metraje que uno se queda pillado ante la pantalla. Otra laguna está, sin ningún género de duda, en un guion que abusa en exceso de tópicos graciosos y de situaciones absurdamente cómicas que no encajan demasiado con la cinta ni con su temática.

Por todo lo que os hemos dicho, nuestra nota final para “Un golpe con estilo” es de un 6 sobre 10, aunque os la recomendamos totalmente para una tarde o velada de cine ligero y con sentido.





Título original: “Going in style” – USA – 2017
Dirigida por: Zach Braff
Duración: 96 minutos
Género: Comedia, Policiaca


lunes, 15 de julio de 2019

Good Omens

Good Omens Cartel
Sin lugar a dudas, una de las grandes preocupaciones de la parte de nuestra sociedad que aún dedica parte de su tiempo a pensar, es la destrucción de nuestro mundo tal y como lo conocemos, y no os estamos hablando metafóricamente, os estamos hablando de que entre todos, estamos destruyendo nuestro planeta y el de nuestros descendientes.

Quizá por eso, cuando a comienzos de mayo de este 2019 llegó al catálogo de la plataforma de streaming “Amazon Prime” una nueva miniserie en clave de comedia sobre la llegada del Armagedón o fin del mundo, en el equipo decidimos ponerla en nuestra lista para verla, os estamos hablando de la miniserie británica: “Good Omens”.

Poco a poco, fuimos descubriendo pequeñas perlas y detalles de su hilo argumental lo cual provocó que le hiciéramos, rápidamente, un hueco en nuestra agenda, y hoy, os daremos nuestra visión sobre ella.

“Good Omens” empieza desplazándonos unos 6000 años atrás para llevarnos directamente al Edén, allí nos encontramos con los dos protagonistas principales de la serie, Azirafel (a quien da vida Michael Sheen) el ángel guardián de las puertas del Edén, y a Crowley (interpretado por David Tennant) el demonio que de buenas a primeras toma la forma de la serpiente que tentó a Eva con la manzana. Azirafel y Crowley son algo así como los representantes del cielo y el infierno en la tierra.

Ya a mediados de la primera década de los 2000, Crowley recibe el encargo de entregar un recién nacido, el anticristo, en un hospital regentado por una curiosa orden religiosa de monjas satánicas. Después de una divertida situación, el anticristo acaba en la familia equivocada y tanto cielo como infierno le pierden el rastro al pequeño.

Once años más tarde, y con la fecha del Armagedón puesta en el calendario, dos nuevos personajes entran en escena, la ocultista Anathema Device (descendiente de la bruja que escribió “Las buenas y acertadas profecías de Agnes Nutter”) quien siguiendo las profecías de Agnes se desplaza a Tadfield, el pueblo donde empezará el fin del mundo, y un mensajero que empieza a repartir su arma a cada uno de los 4 jinetes del apocalipsis (Guerra, Hambre, Polución y Muerte).

Con toda la maquinaria en marcha, Azirafel y Crowley deciden juntar sus fuerzas para intentar encontrar al anticristo y parar el Apocalipsis para así, continuar viviendo como simples mortales con los placeres terrenales de estos, y todo, obviamente sin el consentimiento ni el conocimiento de sus respectivos jefes.

Totalmente a contrarreloj, las situaciones divertidas y anécdotas no dejan de sucederse, ya que podemos ver desde el resurgimiento del continente perdido de la Atlántida, hasta la aparición de aliens ecologistas pasando por la aparición de un Kraken protegiendo fondos marinos y como no, descubriremos las más alocadas (y acertadas) profecías de Agnes.


Azirafel y Crowley, los dos protagonistas de "Good Omens"
Azirafel y Crowley, los dos protagonistas de "Good Omens"


Os preguntaréis ¿consiguen Azirafel y Crowley parar el Armagedón, o la lucha entre el cielo y el infierno acabará destruyendo la tierra? Cómo ya os podéis imaginar nosotros ya lo sabemos, pero, no os lo contaremos en este rincón. Lo que sí que os contaremos es nuestra visión sobre “Good Omens”.

Técnicamente, “Good Omens” nos ha parecido una serie brillante, una de esas pequeñas joyas que muy rara vez llegan a nuestras pantallas. “Good Omens” es una parodia de comienzo a final, pero una parodia inteligente que no se limita al chiste fácil o las risas enlatadas, en “Good Omens” se recoge toda la simbología bíblica y se mezcla con situaciones de lo más absurdas, con la sátira social y el inteligente humor británico personificado en unos personajes tremendamente bien definidos, y todo, sin olvidar un original montaje y un metraje perfectamente calculado.

En el apartado interpretativo, en “Good Omens” encontramos otro de sus grandes aciertos, y lo hacemos por partida doble ya que tanto Sheen como Tennant están especialmente brillantes desprendiendo una magia que se extiende más allá de sus bien trabajados personajes, a la par que dejan muy claro que la amistad está por encima del bien y del mal. Sin lugar a dudas todo un acierto para el equipo de casting, ya que seguramente el resultado final de “Good Omens” sin el tándem Sheen-Tennant habría sido muy distinto.

A los miembros de este equipo, “Good Omens” nos ha divertido, nos ha hecho pensar y en definitiva, nos ha encantado, por tanto, y por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para ella es de un 8.5 sobre 10, y eso sí, os recomendamos encarecidamente verla.




Título original: “Good Omens” – Reino Unido
Género: Comedia
Año de creación: 2019
Capítulos: 6 (en una única temporada)


lunes, 8 de julio de 2019

Mi nombre es Harvey Milk


Mi nombre es Harvey Milk Cartel
En la vida de todo ser humano hay hechos o hitos que marcan su forma de pensar, de actuar y en definitiva, de vivir. En la sociedad pasa exactamente lo mismo ya que, aunque se intenten cambiar las cosas, muchas veces hace falta un acto o una acción para hacernos reaccionar.

Este año se han cumplido los 50 años de los disturbios de Stonewall, donde los miembros del colectivo LGTB decidieron salir a la calle en manifestaciones espontáneas protestando por las redadas y linchamientos que sufrían. Fue el origen de lo que actualmente conocemos como las “marchas del orgullo LGTB”. Pocos años más tarde y al otro lado del país, se alzaba una nueva voz en defensa del colectivo, la de Harvey Milk.

Hoy en este pequeño rincón os traemos nuestra crítica de una cinta de Gus Van Sant que llegó a nuestras carteleras en 2008. Su título es: “Mi nombre es Harvey Milk” y narra la historia del político y activista Marvey Milk.

La historia empieza en 1978, con un Harvey Milk (a quien da vida Sean Penn) grabando lo que parece ser su testamento vital o su historia contada por él mismo. Para hacerlo, la acción nos lleva ocho años atrás durante la víspera de su 40 cumpleaños, cuando conoce accidentalmente al que será su pareja durante muchos años, el joven Scott (James Franco).

Dos años después, y cansados de la vida que llevan, Milk y Scott se desplazan a San Francisco donde además de instalarse, abren un pequeño negocio de fotografía y revelados en el corazón del barrio de Castro. Molesto por la homofobia y oposición que se encuentra, Harvey se convierte enseguida en activista gay.

Después de algunos parlamentos y marchas, Harvey decide dar un paso más y da el salto a la política para intentar convertirse en el primer hombre abiertamente homosexual en ser elegido en unas elecciones para ostentar un cargo público. Ayudado por el fiel Scott como director de campaña y sus discípulos Cleve Jones y Danny Nicoletta intenta, por tres veces, conseguir el cargo de supervisor de San Francisco, aunque en ningún caso lo consigue, como tampoco consigue ser nombrado senador por California.

Harvey vive totalmente volcado en su carrera de activista y de político, tanto que ni reacciona cuando Scott le deja al imponer su carrera a su relación. En 1977 y con Anne Kronenberg como directora de campaña, Milk consigue el cargo de Supervisor y empieza desde dentro a mover las cosas para garantizar los derechos de los homosexuales.

En un primer intento Milk intenta conseguir el apoyo de Dan White un supervisor conservador, pero pronto, y pese a una incipiente amistad entre ambos, acabarán chocando frontalmente, incluso cuando Milk consigue derogar la “Proposición 6”, un proyecto de Ley que podía suponer el despido de todos los profesores homosexuales y de quienes les apoyaran.

Harvey Milk


Finalmente y como ya sabéis, Harvey Milk fue asesinado en 1978, aunque como bien sabéis también los que nos seguís, no os vamos a contar aquí, ni como, ni cuándo ni en manos de quien, aunque lo que sí os contaremos es nuestra opinión sobre “Mi nombre es Harvey Milk”.

Lo primero que nos gustaría remarcar de “Mi nombre es Harvey Milk”, es el sublime trabajo de Sean Penn dando vida a Harvey Milk. Penn consigue desde el primer momento fusionarse con su personaje, dotándole de la personalidad que tenía el propio Milk, mostrándonos su lucha, su capacidad de enamorarse, de querer, de sacrificarse. Sin lugar a dudas, su elección fue un acierto total. En cuanto al resto de personajes, muy poco que decir, aunque eso sí, todos cumplen y lo hacen a la perfección.

Técnicamente nos gustaría remarcar el trabajo del, para nosotros, controvertido Gus Van Sant, quien en “Mi nombre es Harvey Milk” consigue encarar y superar los tabús que, aún a día de hoy, sufren los activistas por los derechos del colectivo LGTB y lo hace implicándose con un guion que pone los pelos de punta para hacernos llegar el mensaje que marcó la vida de Milk eso sí, sin caer en el encumbramiento del mismo.

Tras dos horas de metraje, con imágenes reales de 1978 y de grandes frases de Milk, uno acaba conociendo un poco más la figura de este, para muchos, desconocido luchador. Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Mi nombre es Harvey Milk” es de un 8.5 sobre 10.






Título original: “Milk” – USA – 2008
Dirigida por: Gus Van Sant
Duración: 128 minutos
Género: Drama, Biográfico, Homosexualidad


martes, 2 de julio de 2019

Atrápame si puedes

Atrápame si puedes Cartel
Si hay un director de cine en Hollywood que ha probado prácticamente todos los géneros y, salvo en los últimos años, lo ha hecho con un apabullante éxito de público y de crítica (tanto profesional como de aficionados), este ha sido el maestro Steven Spielberg, un hombre que bajo su máxima de “hago las películas que querría ver como espectador”, reaccionó a las duras críticas de ser incapaz de hacer cine adulto con una obra de arte llamada “La Lista de Schindler”, o a las de fallar en el género de la comedia con el lanzamiento de títulos como “Atrápame si puedes”, el cual os vamos a comentar hoy.

Atrápame si puedes” llegó a nuestras pantallas a mediados de enero de 2003 para contarnos la sorprendente historia de Frank Abagnale Jr. (a quien da vida un gran Leonardo DiCaprio), el joven quien tras fugarse de su casa llega a convertirse en uno de los falsificadores de cheques más buscado de su país durante parte de la década de los 60.

Ambientada durante los años 60 del pasado siglo, “Atrápame si puedes” se desarrolla completamente a modo de flashback con Frank Abagnale contándole al agente del FBI Carl Hanratty (Tom Hanks) sus actos como falsificador.

Todo se desencadena en 1963, cuando Frank y sus padres Frank (Christopher Walken) y Paula (Nathalie Baye) deben abandonar la suntuosa casa familiar donde viven al serle negado al padre un préstamo, ya que está siendo investigado por evasión de impuestos. La nueva casa familiar (un piso mucho más pequeño y austero que el anterior), el nuevo barrio, la nueva escuela y el nuevo estatus social se hacen difíciles de soportar para la familia Abagnale.

Al poco de este cambio, Frank y Paula inician sus trámites de divorcio provocando una terrible decepción a nuestro protagonista quien, pese a tener únicamente 16 años huye de la casa y de su familia sin pensárselo dos veces.

Cuando al poco de su huida, el poco dinero que llevaba se le acaba, Frank agudiza su ingenio falsificando cheques de poco valor a la par que utiliza sus encantos de seductor para cobrarlos. La búsqueda de dinero fácil y a base de pequeños engaños, Frank acaba convirtiéndose en Frank Taylor, un copiloto de la Pan Am, lo cual además de permitirle viajar a cualquier parte del mundo de forma totalmente gratuita le permite perfeccionar su sistema de falsificación de cheques y el cobro de los mismos.

Pronto, la aparición de cheques falsos en varios estados del país pone en alerta a la unidad de fraudes del FBI con el agente Carl Hanratty al frente, quien sin demasiados recursos y poca ayuda de sus superiores, va estrechando el lazo en torno al escurridizo Frank.


Frank Abagnale haciéndose pasar por copiloto de la Pan Am


Huyendo de Carl, Frank abandona su personaje de copiloto en la Pan Am para convertirse en el doctor Frank Conners, un médico pediatra al que también abandonará meses después de ejercer sin título, ante posibilidad de poner en riesgo la vida de sus pacientes. Finalmente, y estando totalmente enamorado de Brenda (Amy Adams), la hija de un importante fiscal, Frank se convierte en abogado, aunque tiene que huir de esta vida cuando Carl se presenta en su fiesta de compromiso.

Y como os decimos siempre, hasta aquí lo que os podemos contar del argumento de “Atrápame si puedes”.

Técnicamente, en “Atrápame si puedes” encontramos una mezcla de varios géneros.  Aunque de entrada la podríamos catalogar como el biopic de Frank Abagnale Jr, Steven Spielberg logra sacarla del biopic convencional dotándola de grandes dosis de thriller, de un ritmo de roadmovie totalmente trepidante y de un sentido del humor que ya querrían muchas comedias. Todos estos géneros mezclados y aderezados con la música del maestro John Williams consiguen que “Atrápame si puedes”, de casi dos horas y media de metraje, la podamos disfrutar casi sin pestañear.

Desde el punto de vista interpretativo, para los miembros de este equipo, “Atrápame si puedes” tiene dos brillantes interpretaciones, la de sus dos actores principales, Leonardo DiCaprio y Tom Hanks. Sin lugar a dudas DiCaprio está formidable dando vida y fundiéndose con Frank Abagnale Jr, un personaje complejo y profundo, al alcance de muy pocos. Lo mismo pasa con el complicado personaje de Carl Hanratty el cual borda sin pestañear el bueno de Hanks. Nuestro aplauso para ellos, y como no, para Christopher Walken dando vida al patético personaje de Frank Abagnale padre.

Por todo lo que os hemos contado, y aunque no aparece en los rankings de mejores películas de la historia, nuestra nota final para “Atrápame si puedes” es de un 8 sobre 10 y os recomendamos encarecidamente que la veáis si queréis disfrutar de una entretenida sesión de cine.





Título original: “Catch me if you can” – USA – 2002
Dirigida por: Steven Spielberg
Duración: 140 minutos
Género: Thriller, comedia, drama, biográfica