La última vez que se la
dimos antes de esta, fue con la decepcionante “Vicky Cristina Barcelona”, y ya
en esa ocasión nos dijimos: “una y no más, hasta aquí hemos llegado”.
Suponemos que os
preguntaréis qué cable se nos ha cruzado para ir al cine a ver el último
trabajo (por el momento) de Woody Allen, “A Roma con amor”. La verdad, nadie
del equipo quería ir, pues ni nos gusta Allen ni soportamos a Penélope Cruz
(una de las protagonistas de la historia), lo único que nos unía con esta
película, era la ciudad donde sucede la acción, Roma, la ciudad eterna. El solo
aliciente de ver Roma, nos sirvió para hacernos con unas entradas y ser
puntuales al estreno de “A Roma con amor”.
Los primeros minutos nos
tranquilizamos, las imágenes de Roma y su tráfico caótico se sucede hasta que
llega el momento de presentarnos a los protagonistas de esta aventura en 4
partes.
La primera de estas
historias está protagonizada por una pareja americana formada por Jerry (Woody
Allen), un director de orquesta retirado, y por Phyllis (Judy Davis) su esposa.
Jerry y Phyllis viajan a Roma para conocer al prometido de su hija y a su familia,
lo cual no dejará de ser un choque debido a la profesión del padre del chico,
empresario de pompas fúnebres que cuenta con la facultad de ser un estupendo
tenor.
La segunda historia,
protagonizada por Roberto Benigni, nos deja ver el trastorno que le supone a un
hombre la calle, en este caso Leopoldo (Benigni), un administrativo romano que
es confundido con una celebridad de la ciudad. Su vida da un vuelco total,
pasando de ciudadano anónimo a personaje público del que interesa cualquier
detalle, por minúsculo que este sea.
En la tercera historia
se nos presenta a John, un arquitecto maduro (interpretado por Alec Baldwin)
que viaja a Roma y rememora sus años de juventud junto a Jack (Jesse
Eisenberg), un joven arquitecto americano que se empeña en cometer los mismos
errores que John.
En la última historia,
los protagonistas son Antonio (Alessando Tiberi) y Milly (Alessandra Mastronardi)
una pareja provinciana de recién casados en viaje de novios a Roma, donde
posiblemente se instalaran, si prospera la entrevista de trabajo que va a
realizar, aunque por un error, Anna (Penélope Cruz) aparece en la vida de
Antonio, metiéndole en algún que otro problemilla.
¿Milly? ¿O Anna? Interesante dilema. |
Aunque os hayamos
contado que la historia se estructura en cuatro partes, éstas se mezclan en el
desarrollo de la trama, no es como en ‘Manuale d’amore’, que una se enlazaba
con otra al final, no, en ‘A Roma con amor’ todo sucede la vez, con el
trasfondo de la bella Roma.
Los del equipo salimos
del cine con un sabor agridulce en la boca, pues aunque la película mantiene un
buen ritmo a base de chistes más o menos inteligentes, nos cargó de sobremanera
el personaje histriónico de Jerry (Woody Allen) y nos perdimos mucho en la
historia protagonizada por John (Alec Baldwin), para nuestro gusto, demasiado surrealista.
En cuanto a los actores,
os destacaremos dos caras y dos cruces. Por el lado positivo, y aunque suene
raro en nosotros: Penélope Cruz: la mujer borda su personaje de prostituta
barriobajera en un ambiente de élite. También nos gustó mucho el papel y la
interpretación de Roberto Benigni, sin lugar a dudas un crack de la comedia.
Por el lado de la cruz, Woody Allen con su cargante Jerry, nos quedamos con las
ganas de darle un par de bofetones. Tampoco nos gustó para nada el trabajo de
Jesse Eissenberg, pues en ningún momento llegó a trasmitirnos lo más mínimo.
Poco más os diremos,
quizá simplemente que Roma aparece guapísima en sus escenas de postal, y que
nos hubiese gustado que se hubiese dado más protagonismo a los personajes
interpretados por los actores italianos, o que éstos hubiesen sido más (en
número).
Con todo, nuestra
valoración es de un 5 sobre 10. No nos gustó y no la recomendamos, pero tampoco
la aborrecimos.
Título original: “To Rome with love” – 2012 – USA
Dirigida por: Woody
Allen
Duración: 102 minutos
Género: Comedia
Romántica