Disponer de
un buen actor en su género y de una buena idea argumental puede no ser
suficiente para conseguir una buena cinta, aunque si a ello le unes una lista
interminable de celebridades dispuestas a hacer un cameo, como mínimo se está
en disposición de hacer una buena taquilla. Sin lugar a dudas, esto último es
lo que sucedió con la comedia objeto de nuestra particular crítica de hoy:
“Zoolander”.
La cinta
llegó a nuestras carteleras en un ya lejano 2001 causando bastante buena
impresión tanto entre la crítica profesional como entre la gente que en su
momento se arriesgó a disfrutarla en el cine, ya que, sin demasiado esfuerzo,
consiguió recaudar el triple de su coste de realización, lo cual obviamente le
sirvió para garantizarse, años después, su correspondiente secuela. Pero bueno,
hoy nos centraremos en la primera parte.
La historia empieza
con una reunión clandestina donde se planifica el asesinato del primer
mandatario de Malasia, el cual pretende prohibir la explotación infantil. A
muchos kilómetros de allí, el tres veces ganador de la corona al mejor modelo
masculino del año, Derek Zoolander (Ben Stiller), se está preparando para su
cuarto asalto a la corona practicando sus gestos ganadores.
Como no puede
ser de otra forma, durante la gala de “modelo del año”, Derek y su inteligencia
quedarán en entredicho ante la irrupción de un nuevo modelo, el rubio Hansel
(Owen Wilson), quien al estar mucho más en onda con la juventud, le arrebata a
nuestro protagonista, su deseada cuarta corona.
Preocupado
por lo que ha pasado y por su imagen, Derek decide bajarse de las pasarelas y
abandonar el mundo que tanta fama le ha dado, aunque no cuenta con un pequeño
detalle, su perfil intelectual y su imagen mundial le han convertido en la
piedra angular para eliminar al máximo mandatario malasio, pero ¿podrá nuestro
torpe y presuntuoso Zoolander cumplir con su objetivo? O, simplemente, ¿podrá enterarse
de cuál es su finalidad? Nosotros, evidentemente lo sabemos, pero guardaremos
celosamente el secreto…
Interpretativamente,
dos actores llevan totalmente el peso de “Zoolander”, sus protagonistas Ben
Stiller y Owen Wilson, marcándose ambos dos buenas interpretaciones para
tratarse de una comedia. Pese a todo, en ningún momento consiguen que nos
lleguemos a implicar con sus estrafalarios personajes ni en sus desventuras,
más allá de conseguir que esperemos el ‘gag desternillante’ que en pocas
ocasiones llega. Lo que sí llega, y lo hace en exceso, es el overbooking de
cameos en su hora y media justa de metraje, ya que, nos encontramos desde Vicky
Beckham hasta Paris Hilton, pasando por Tommy Hilfiger, David Bowie, Karl Lagerfeld,
y un largo etc.
A los del
equipo tampoco nos enganchó el particular sentido del humor de “Zoolander”, ya
que combina situaciones cómicas de lo más simplón con gags de humor sofisticado
e inteligente que, en ocasiones, cuestan demasiado de entender en una película
que busca la diversión fácil.
Somos
conscientes que nuestra valoración no será al gusto de todo el mundo, pero pese
a haberle dado varias oportunidades, para nosotros “Zoolander” no deja de ser
un intento fallido de hacer una comedia fresca sobre el mundo de la moda. Ni
nos ha gustado, ni nos ha enganchado y ni mucho menos nos hemos divertido con
ella, por tanto nuestra nota es un 3 sobre 10.
Título
original: “Zoolander” – 2001 – USA
Duración: 105
minutos
Dirigida por:
Ben Stiller
Género:
Comedia