miércoles, 22 de diciembre de 2021

Yo soy David

Yo soy David / La fuerza del Valor
No nos vamos a engañar, el drama de los campos de concentración se ha llevado, tanto a la literatura como a la gran pantalla en un sinfín de ocasiones. A veces, para retratar la barbarie que allí se vivía (“La Lista de Schindler”), a veces para demostrarnos cómo vivían en ellos, los más pequeños (desde la inocencia “El chico del pijama de rayas” hasta el desconocimiento “La vida es bella”).

En 2003 se estrenó una película que, basada la novela homónima de Anne Holm (la cual se publicó en un lejano ya 1963), narra el proceso de huida de un campo de concentración y posterior viaje de aprendizaje vital de un niño de 12 años a través de media Europa, os estamos hablando de “I am David” (estrenada en España como “La fuerza del valor”).

La acción de “I am David” se sitúa en la Europa de unos 7 años después de la finalización de Segunda Guerra Mundial, concretamente entre las verjas de un campo de concentración de la antigua Bulgaria. Allí, nos encontramos con el pequeño David (interpretado por Ben Tibber) y a su amigo, profesor y mentor en el campo, Johannes (Jim Caviezel).

David, quien lleva media vida en el campo desde que fue apresado y separado de su madre, es formado por Johannes para que, algún día, pueda escapar del lugar. Al poco, y para proteger al pequeño, Johannes es asesinado por un guardia, desencadenando el proceso de huida de David, ayudado inicialmente por un guardia quien le indica al pequeño donde encontrará un kit de supervivencia y le marca lo que debe hacer: huir hasta Grecia donde tomará un barco hacia Italia para, desde allí ir hacia Dinamarca, donde entregará un sobre que él, nunca deberá abrir.

El kit de supervivencia que encuentra es una bolsa con un trozo de hogaza de pan, un cuchillo plegable, una brújula y un sobre sellado. Con un alarde de fuerza y la confianza que le da ser libre por primera vez en casi media vida, emprende rumbo hacia Grecia siguiendo los consejos que una y otra vez recuerda de su mentor, el principal… no fiarse de nadie, aunque claro, para un niño que apenas ha vivido libre, el contacto social es más que atractivo.

Durante el primer tramo del viaje, hasta Grecia, el pequeño David aprende a moverse de noche, escondiéndose de la gente y orientándose con la brújula. Totalmente perdido y sin conocer nada, David se da cuenta que tiene un gran as escondido en la manga, es políglota, por tanto, al poco de escuchar los lugareños les entiende y puede hablar con ellos.

En Grecia, David se mete de polizón en un barco carguero, donde, más o menos a media travesía, es descubierto por un trabajador quien le ofrece ayudarle a cambio de todo lo que lleva encima. Al final, el hombre resulta ser bueno, y se conforma con el cuchillo y dejándole al pequeño la brújula para que oriente. Antes de llegar al puerto, David salta por la borda ayudado por el marino y nada hasta la costa.

Ya en Italia, David descubre que, para la mayoría de cosas que ve (bollería, pan, frutas, etc.) necesita pagar y claro, no sabe ni lo que es el dinero ni el valor del mismo ni donde conseguirlo. Así pues, a regañadientes, tiene que ir entrando en contacto con la gente, y descubriendo si le quieren bien o mal.

Siendo su única referencia de como llegara Dinamarca, el cartel publicitario de un circo donde el país ni aparece, David llega al norte de Italia donde se encuentra con Sophie (Joan Plowright) una señora jubilada que se dedica a pintar para pasar el tiempo. Con Sophie, David aprende lo que es el cariño y la confianza.


David con Sophie
David aprendiendo lo que es el cariño con Sophie


¿Llegará David a Dinamarca? ¿Cómo? Y lo más importante ¿qué debe encontrar allí que esté relacionado con el sobre que lleva? Evidentemente muchas preguntas, que, aunque sabemos su respuesta, nos guardaremos celosamente.

Técnicamente no os diremos que “Yo soy David” / “La fuerza del valor” sea una película memorable, es más, bajo nuestro modesto punto de vista, os diremos que tiene un montaje y una estructura tan convencional que, por momentos se hace ciertamente lenta pese a que el tema que nos cuenta está perfectamente trazado, como también está muy bien tratada, la ambientación y recreación de la Italia de los pasados años 60.

Quizá, el punto más destacable de “Yo soy David”, es la propia historia, como os hemos indicado inicialmente, basada en la novela homónima de Anne Holm, en la que, sin prisa, pero sin pausa nos relata el valor de la esperanza, del valor, de la responsabilidad y, sobre todo, del aprender a confiar en la gente, aunque a veces, esta te traicione.

Interpretativamente, remarcaremos el trabajo de dos de los actores de “Yo soy David”, el primero de ellos, el del joven Ben Tibber, el actor que da vida casi impecablemente a David, el pequeño protagonista de la historia, un actor, desgraciadamente fugaz (este fue su último papel en el cine, pese a encontrarse en su adolescencia) que nos hizo vibrar y sufrir con su interpretación. El segundo de los trabajos a remarcar, es el de la veterana Joan Plowright, quien, con su excelente actuación, llena el tramo final de la película.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para esta “Yo soy David” / “La fuerza del valor”, es de un 6 sobre 10.



Título original: “I am David” – 2003 – USA
Dirigida por: Paul Feig
Duración: 95 minutos
Género: Drama

 

 

lunes, 20 de diciembre de 2021

Imperdonable

Imperdonable - Poster
A veces parece que la vida nos va preparando pequeñas (o grandes) trampas que tenemos que ir sorteando y que, en un gran número de ocasiones, nos marcan sin miramientos. En ocasiones estas marcas son simples rasguños, en otras, el impacto es tan fuerte que necesitamos de amigos y familiares para llevarlo, y en las que menos, por suerte, las marcas que nos llevamos se convierten en traumas vitales que nunca se superan.

La mayoría estos traumas vitales vienen cuando, por un motivo y otro, afecta y de mala manera a la vida de otros, sobre todo cuando estos afectados son seres queridos. No os vamos a engañar, en estas ocasiones, a veces, ni con la ayuda de profesionales se superan las heridas.

Partiendo de uno de estos casos de superación de un trauma vital, a finales de noviembre de 2021 llegó al catálogo de Netflix el drama protagonizado por la actriz estadounidense Sandra Bullock (la primera desde “A ciegas” de 2018) titulado: “Imperdonable”.

“Imperdonable” empieza presentándonos a Ruth Slater (a quien da vida Sandra Bullock), una mujer que accede a la libertad condicional tras haber pasado 20 años encerrada en una prisión tras cometer un asesinato.

A su salida del correccional, su agente de la condicional le es muy claro, además de darle algunas direcciones donde encontrar trabajo, le indica dos normas básicas: no puede contactar con ningún otro convicto y no puede acercarse ni entrar en contacto con su hermana Katie, y de hacerlo, reingresará en prisión.

De nuevo en la calle, Ruth debe enfrentarse a varios problemas, el primero de ellos, encontrar un trabajo que le guste (al final debe acceder al que le proponía su agente de la condicional, en una fábrica de pescados), el segundo superar un recuerdo que le lleva 20 años atormentando y que “Imperdonable” nos cuesta a cuentagotas mediante varios flashbacks, la muerte de un disparo del Sheriff que le iba a desahuciar de su casa junto a su hermana.

Si esto no fuera poco, las reticencias de una sociedad que no olvida (ni quiere hacerlo) y la aparición de Keith y Steve, los hijos del sheriff buscando venganza, no facilitarán las cosas a una Ruth que, además de sobrevivir, querrá entrar en contacto con su hermana Katie.

La única forma que Ruth encontrará para intentar ver a Katie sin violar su condicional pasa por contratar a John Ingram un abogado que aceptará ayudarla en contra de la opinión de casi todo el mundo.


Ruth Slater (Sandra Bullock) en "Imperdonable"
Ruth Slater (Sandra Bullock) en "Imperdonable"


¿Conseguirá Ruth llegar hasta su hermana Katie? O por el contrario ¿los hermanos Keith y Steve conseguirán vengar la muerte de su padre? Como ya os podéis imaginar, nosotros conocemos la respuesta a estas preguntas, pero, como también bien sabéis, no os lo contaremos aquí.

Técnicamente, no os vamos a engañar, esperábamos bastante más de “Imperdonable”, una película que cuenta con una idea argumental potente que, bien desarrollada sería capaz de, no solo hacerte sentir empatía por Ruth, si no también compartir su lucha, sus miedos y sus traumas, pero que, desgraciadamente no consigue su objetivo.

Bajo nuestro punto de vista, “Imperdonable” tiene algunos problemas que enturbian el resultado, el principal de ellos, el abuso de unos flashbacks muy recurrentes para contarnos lo que pasó hace 20 años que, apenas aportan nada salvo uno de ellos, en el que nos cuenta todo, tampoco ayuda en nada la aparición de unos personajes secundarios totalmente desdibujados, sin contenido que únicamente lían al espectador. Tampoco funcionan los giros de guion ya que, en la mayoría de veces se resuelven de forma inesperada o de forma totalmente previsible.

No os vamos a engañar, “Imperdonable” arranca bien, con buenas dosis de drama, frases potentes y cierto nivel de intriga que provocan que uno espere encontrarse ante un buen thriller, pero muy rápidamente todo se desmorona perdiendo gas y provocando cierta desafección al espectador.

Interpretativamente “Imperdonable” se sustenta casi en exclusiva en el notable trabajo de Sandra Bullock dando vida a la ex convicta Ruth Slater, y lo hace con realismo mostrando su lucha por sobrevivir en un mundo que no perdona. También están a buen nivel secundarios como Viola Davis, Vincent D’Onofrio, etc. Aunque ni unos ni otros hacen que sus papeles sean memorables.

En definitiva, “Imperdonable” hace honor a su título, ya que, de una forma u otra, es imperdonable lo desaprovechada que ha resultado ser, tanto la cinta como la buena interpretación de Bullock.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Imperdonable” es de un 5.5 sobre 10.



Título original: “The Unforgivable” – Reino Unido – 2021
Dirigida por: Nora Fingscheidt
Duración: 113 minutos
Género: Drama
lunes, 13 de diciembre de 2021

Cobra Kai - Temporada 3

Cobra Kai - Temporada 3 Poster

Como se dice habitualmente, no hay dos sin tres, y en esta ocasión era más que esperable ya que, cuando en 2018 el gigante de streaming Netflix compro a Youtube su exitosa serie “Cobra Kai” (secuela del clásico de los ochenta “Karate Kid”), era evidente que no se limitaría a exhibir las dos primeras temporadas, y menos cuando estas tenían ya, más éxito del esperado.

A comienzos de 2021 llegó a la cartelera de Netflix, la tercera temporada de “Cobra Kai” y lo hizo con los mismos intérpretes de las temporadas previas, Ralph Macchio, Xolo Maridueña, William Zabka y Tanner Buchanan.

La tercera temporada de “Cobra Kai” empieza justamente donde acabó la segunda temporada, tras la fatídica lucha entre dojos que tuvo lugar en los pasillos del Instituto Grand Valley en la que, en un lance de la misma, Robby Keene (Tanner Buchanan) deja en coma y al borde de la muerte a Miguel (Xolo Maridueña).

En estos primeros capítulos vemos las consecuencias de dicha pelea. Mientras por un lado la comunidad está totalmente conmocionada, un hundido Johnny Lawrence intenta lo que sea para poder acceder al hospital a visitar a su discípulo, por el otro, Robby ha desaparecido de la faz de la tierra después de, como descubre Daniel, robarle un coche del concesionario.

Tras este descubrimiento, y por primera vez en muchos años, Lawrence y Daniel unen sus fuerzas para intentar encontrar a Robby, aunque lo único que consiguen es encontrar y ajusticiar a los ladrones que le han robado el coche al chico. Finalmente, Daniel lo encuentra y hace que la policía lo detenga.

Como los problemas nunca vienen solos, mientras Johnny intenta por todos los medios recaudar dinero para una operación de Miguel, Daniel tiene que viajar a Japón para reunirse con los distribuidores de sus coches antes de que le quiten la representación de los mismos. Durante su viaje, además de luchar por su negocio deberá enfrentarse a su pasado al visitar Okinawa (la ciudad natal del Sr Miyagi) y contactar con un viejo enemigo.

Mientras tanto, en el Cobra Kai, los cambios se suceden, pues el sensei Kreese (Martin Kove) acaba imponiendo su violenta forma de enseñar el Karate, enfrentando a sus propios alumnos y, trayendo otros violentos personajes. Este cambio, además de perturbar a Lawrence provoca que este se acaba enfrentando a Kreese y marchándose junto a sus alumnos más fieles del Cobra Kai hacia una nueva aventura.


LaRusso y Lawrence uniendo fuerzas
LaRusso y Lawrence uniendo fuerzas


No os vamos a engañar, esta tercera temporada de “Cobra Kai”, primera creada bajo el paraguas de Netflix, nos ha sorprendido positivamente. La verdad es que la empezamos a ver con mucho respeto ya que, la segunda temporada, pese a intentarlo, se notó un pequeño bajón respecto a la original y en esta tercera, la verdad, pese a no llegar al nivel de la primera, sí que supera con creces a su predecesora.

En esta tercera temporada, quizá algo más seria que las dos primeras, se acentúa y mucho lo que podríamos llamar el “eje del bien” y el “eje del mal”, ya que, si bien el personaje malo malísimo de la serie queda totalmente emparejado al Kreese de Martin Kove, el que creíamos malo hasta ahora, Johnny Lawrence se demuestra que no es más que un chulito con bastante corazón, y el que creíamos buenazo, Daniel LaRusso, tiene su lado malo, poco fiable y muy, pero que muy rencoroso.

Una de las cosas que menos nos han gustado de esta tercera temporada, son los flashbacks de la guerra de Vietman, explicándonos la historia de Kreese. ¿Nos querían demostrar el origen de la maldad de Kreese? No sé, realmente, son innecesarios y no aportan nada a la historia de “Cobra Kai”.

Aunque haya perdido algo del humor negro de la primera temporada, lo que sí le agradecemos, sobre todo, los que venimos de la época de “Karate Kid”, es que mantiene ese toque de nostalgia dentro de lo actual que es “Cobra Kai”, sin lugar a dudas esparemos que se mantenga.

Interpretativamente hablando nos continuamos quedando con el gran trabajo de William Zabka dando vida a su Johnny Lawrence, con sus momentos divertidos, su lucha entre mantener su imagen de chulito duro y a la vez, dejando ver que no es más que una coraza para transmitir sus enseñanzas. El resto, pues la verdad, se mantienen, tanto Ralph Macchio navegado entre sus problemas de rencor, sus complejos y sus miserias como Martin Kove dando vida al odioso, violento y malvado Kreese.

La verdad, no sabemos si desearle larga vida a “Cobra Kai”, pero sí que, como mínimo, las próximas dos temporadas (ya confirmadas) deseamos que mantenga el nivel de esta, si no puede subirlo.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para esta tercera temporada de “Cobra Kai” es de un 7.5 sobre 10.



Título original: “Cobra Kai” - 2021 – USA
Año de creación: 2018
Año de finalización: 2021 (tercera temporada)
Duración: 30 capítulos (de unos 30 minutos cada uno)
Género: Acción, Artes Marciales, Drama,

 

lunes, 6 de diciembre de 2021

Tick, tick, … ¡boom!

Tick, tick, … ¡boom!
Estos últimos años, hablar de Andrew Garfield es hablar, de una forma u otra, de Spiderman, una especie de encasillamiento en que, tanto gran parte del público como la propia industria del cine quieren encasillar al californiano de Los Ángeles. Por suerte para él, y para todos los amantes del cine, Garfield es un profesional con tablas y cuando puede, demuestra que su carrera va mucho más allá de las mallas del hombre araña.

A mediados de noviembre de 2021, y después de alguna que otra interrupción por culpa de la pandemia del covid_19, llegó al catálogo de la plataforma de streaming Netflix y a cines muy señalados la última obra de Garfield, obra del debutante Lin-Manuel Miranda. Os hablamos, de la cinta: “Tick, tick, … boom!”.

Bajo este particular título de “Tick, tick, … ¡boom!” nos encontramos con el biopic u obra biográfica del creador teatral Jonathan Larson.

La trama argumental de “Tick, tick, … ¡boom!” empieza presentándonos a Jonathan Larson (a quien da vida Andrew Garfield), un joven de 29 años, a punto de cumplir los 30 que, lleva casi ocho años de su vida creando lo que espera que sea todo un hit en el teatro musical y en Broadway, la futurista obra “Superbia”.

Larson vive sus últimos días en su década de los 20 sumergido en una profunda crisis existencial pues, ve que su vida se ha quedado totalmente estancada mientras que, las de sus amigos han evolucionado con éxito. Uno de estos amigos es, su amigo de la infancia Michael (Robin de Jesús), quien después de dejar el teatro de aficionados se ha convertido en un comercial de éxito en la Gran Manzana, mientras él, continúa trabajando de camarero en un bar de desayunos para poder llegar a fin de mes.

Durante la primera parte de la cinta, además de presentarnos los problemas personales de Larson, se nos cuenta también los avances y problemas en la finalización de su obra “Superbia” para la cual, ha conseguido un taller (una especie de prueba) en Broadway, aunque le falta un tema musical para darla como finalizada, y muy pocos días para hacerlo.

Por si fuera poco, y además de tener que dedicarse en cuerpo y alma a componer la última pieza y a escoger los cantantes que actuarán en su taller, Larson tiene que priorizar entre su vida y su carrera ya que, su novia tiene una importante oferta laboral lejos.

Finalmente consigue el tema que le falta, y aunque el taller acaba resultando un éxito de asistencia, sobre todo por parte de amigos y conocidos, muy pronto la primera mala noticia llega a Larson, aunque ha gustado, no es una obra para Broadway y “Superbia” debe finalizar su recorrido.

Larson (Garfield) intentando su vida
Larson (Garfield) intentando su vida



Esta noticia no hace más que profundizar en su profunda crisis personal de verse en los 30 sin nada en la vida. Con el fracaso de su ópera prima, Larson decide tirar la toalla e irle a pedir a su amigo Michael trabajo en su empresa, pero allí recibe un nuevo mazazo que lo devuelve a la cruda realidad, Michael tiene el VIH y, desgraciadamente, no tiene ni idea de cómo le irá en la vida.

Sorprendentemente está esta noticia llena a Larson de preguntas y la vez de inspiración y realidad poniéndose a componer una nueva obra “Tick, tick, … ¡boom!” y dejándonos entrever entre flash forwards que hará otra “Rent” en Broadway, pero, nosotros dejaremos aquí nuestro resumen argumental.

Técnicamente, en esta “Tick, tick, … ¡boom!” tenemos un poco de mezcla entre cal y arena ya que, si bien, por un lado, la historia transcurre sin chispa y sin asumir ni un solo riego en su primera parte, esto mismo le transfiere un ritmo creciente y fuerza en su segunda (donde muchas películas flaquean). Quizá es buscando ya que, en esto, el paralelismo con la obra de Larson es grande, aunque desgraciadamente lastra un poco la experiencia. Por el lado contrario, la inclusión de múltiples temas sociales, presentes tanto en la actualidad como en los 90, quedan perfectamente integrados en la trama: el drama de la pandemia del VIH, el fracaso social y vital, etc.

Donde “Tick, tick, … ¡boom!” arrasa y lo hace brillando, es en el trabajo de Andrew Garfield. Para nosotros es quizá, hasta el momento mejor trabajo de Garfield dando vida a un Jonathan Larson lleno de contradicciones, de problemas, de luchas internas y hace, sin trampas, sin efectos especiales ni disfraces, pero comiéndose todas y cada una de las escenas. Sin lugar a dudas, un trabajo excelente.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Tick, tick, … ¡boom!” es de un 7 sobre 10.



Título original: “Tick, tick, … ¡boom!” – USA – 2021
Dirigida por: Lin-Manuel Miranda
Duración: 115 minutos
Género: Musical, Drama, Biográfico