Estos
últimos años, hablar de Andrew Garfield es hablar, de una forma u otra, de
Spiderman, una especie de encasillamiento en que, tanto gran parte del público
como la propia industria del cine quieren encasillar al californiano de Los
Ángeles. Por suerte para él, y para todos los amantes del cine, Garfield es un
profesional con tablas y cuando puede, demuestra que su carrera va mucho más
allá de las mallas del hombre araña.
A
mediados de noviembre de 2021, y después de alguna que otra interrupción por culpa
de la pandemia del covid_19, llegó al catálogo de la plataforma de streaming
Netflix y a cines muy señalados la última obra de Garfield, obra del debutante
Lin-Manuel Miranda. Os hablamos, de la cinta: “Tick, tick, … boom!”.
Bajo
este particular título de “Tick, tick, … ¡boom!” nos encontramos con el biopic
u obra biográfica del creador teatral Jonathan Larson.
La
trama argumental de “Tick, tick, … ¡boom!” empieza presentándonos a Jonathan
Larson (a quien da vida Andrew Garfield), un joven de 29 años, a punto de
cumplir los 30 que, lleva casi ocho años de su vida creando lo que espera que
sea todo un hit en el teatro musical y en Broadway, la futurista obra
“Superbia”.
Larson
vive sus últimos días en su década de los 20 sumergido en una profunda crisis
existencial pues, ve que su vida se ha quedado totalmente estancada mientras
que, las de sus amigos han evolucionado con éxito. Uno de estos amigos es, su
amigo de la infancia Michael (Robin de Jesús), quien después de dejar el teatro
de aficionados se ha convertido en un comercial de éxito en la Gran Manzana,
mientras él, continúa trabajando de camarero en un bar de desayunos para poder
llegar a fin de mes.
Durante
la primera parte de la cinta, además de presentarnos los problemas personales
de Larson, se nos cuenta también los avances y problemas en la finalización de
su obra “Superbia” para la cual, ha conseguido un taller (una especie de
prueba) en Broadway, aunque le falta un tema musical para darla como
finalizada, y muy pocos días para hacerlo.
Por si
fuera poco, y además de tener que dedicarse en cuerpo y alma a componer la
última pieza y a escoger los cantantes que actuarán en su taller, Larson tiene
que priorizar entre su vida y su carrera ya que, su novia tiene una importante
oferta laboral lejos.
Finalmente
consigue el tema que le falta, y aunque el taller acaba resultando un éxito de
asistencia, sobre todo por parte de amigos y conocidos, muy pronto la primera
mala noticia llega a Larson, aunque ha gustado, no es una obra para Broadway y
“Superbia” debe finalizar su recorrido.
Esta
noticia no hace más que profundizar en su profunda crisis personal de verse en
los 30 sin nada en la vida. Con el fracaso de su ópera prima, Larson decide
tirar la toalla e irle a pedir a su amigo Michael trabajo en su empresa, pero
allí recibe un nuevo mazazo que lo devuelve a la cruda realidad, Michael tiene
el VIH y, desgraciadamente, no tiene ni idea de cómo le irá en la vida.
Sorprendentemente
está esta noticia llena a Larson de preguntas y la vez de inspiración y
realidad poniéndose a componer una nueva obra “Tick, tick, … ¡boom!” y
dejándonos entrever entre flash forwards que hará otra “Rent” en Broadway,
pero, nosotros dejaremos aquí nuestro resumen argumental.
Técnicamente,
en esta “Tick, tick, … ¡boom!” tenemos un poco de mezcla entre cal y arena ya
que, si bien, por un lado, la historia transcurre sin chispa y sin asumir ni un
solo riego en su primera parte, esto mismo le transfiere un ritmo creciente y
fuerza en su segunda (donde muchas películas flaquean). Quizá es buscando ya
que, en esto, el paralelismo con la obra de Larson es grande, aunque
desgraciadamente lastra un poco la experiencia. Por el lado contrario, la
inclusión de múltiples temas sociales, presentes tanto en la actualidad como en
los 90, quedan perfectamente integrados en la trama: el drama de la pandemia
del VIH, el fracaso social y vital, etc.
Donde
“Tick, tick, … ¡boom!” arrasa y lo hace brillando, es en el trabajo de Andrew
Garfield. Para nosotros es quizá, hasta el momento mejor trabajo de Garfield
dando vida a un Jonathan Larson lleno de contradicciones, de problemas, de
luchas internas y hace, sin trampas, sin efectos especiales ni disfraces, pero
comiéndose todas y cada una de las escenas. Sin lugar a dudas, un trabajo
excelente.
Por
todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Tick, tick, … ¡boom!” es
de un 7 sobre 10.
Título original: “Tick, tick, … ¡boom!” – USA – 2021
Dirigida
por: Lin-Manuel Miranda
Duración:
115 minutos
Género:
Musical, Drama, Biográfico
un excelente actor
ResponderEliminar