jueves, 25 de febrero de 2010

Shutter Island

Shutter Island - Cartel
Hay películas en que todos los miembros del equipo estamos de acuerdo en ver, otras, como “Avatar” en su momento teníamos incluso marcado el día en que iríamos a la sala a verla, otras en cambio, como “Shutter Island”, las vemos por insistencia o encaprichamiento de una parte del equipo.

Bueno, sea por el motivo que sea, el pasado fin de semana, el de su estreno además, fuimos unos más entre los miles de espectadores que por primera vez en 10 semanas lograron desbancar “Avatar” de su primer puesto en las películas más vistas de la semana. Tampoco es raro, pues llegaba con el aura de tres nombres sobradamente conocidos: Martin Scorsese, Leonardo DiCaprio y Ben Kingsley.

La cuestión es que, sin el convencimiento pleno, optamos por darle una oportunidad a la última creación de Scorsese, “Shutter Island”, y ya os avanzamos que, pese a que el resultado no fue decepcionante, si que os podemos avanzar que esperábamos mucho más, pero bueno, por ahora, al tajo...

La acción transcurre en un viejo sanatorio mental (“Ashecliffe”) situado en una remota isla. Allí, en el transcurso de 1954, son enviados en misión oficial dos agentes federales, el atormentado Teddy (Leonardo DiCaprio) y el novato Chuck (Mark Ruffalo), con una única misión: investigar la desaparición de una peligrosa interna.

El sanatorio, está organizado en tres módulos, el de mujeres, el de hombres y de los internos peligrosos, y su funcionamiento se asemeja más al de una cárcel de alta seguridad que al de una institución mental.

A su llegada al sanatorio, nuestros protagonistas inician sin dilación su investigación, guiados en todo momento por el director del centro, el doctor John Cawley (Ben Kingsley). Todo parece avanzar correctamente hasta que a los pocos días de su llegada, quedan aislados en el sanatorio, ya que la isla es atacada por una terrible tormenta tropical que deja el sanatorio en un lamentable estado, dejando acceso libre a nuestros protagonistas al módulo de enfermos peligrosos, donde además de los motivos de los problemas de Teddy, descubrirán que nada en el sanatorio es lo que a primera vista parece.

¿Os podríamos contar más? Pues claro, la hemos visto enterita, pero como no nos gusta desvelar los pormenores de las películas ni mucho menos su final, solo os decimos que, si os interesa el tema, ya podéis ir corriendo al cine, que es donde mejor descubriréis que pasa en el sanatorio y a sus protagonistas.

Y hablando de protagonistas: que lejos está el Leonardo DiCaprio de “Shutter Island” de ese adolescente que parecía destinado a hacer películas para el lucimiento de su cara bonita y que tanto gustaba a l@s adolescentes de la época, en esta película está soberbio dando vida a un Teddy complicado. Ben Kingsley, dando vida al doctor John Cawley está más que correcto, como el resto de intérpretes (tanto principales como secundarios).

En cuanto a la labor de Martin Scorsese, debemos reconocerle un mérito grande: la ambientación está tan bien lograda que uno teme que en uno de los giros argumentales, se encuentre metido en el sanatorio, sin poder escapar.

Pese a lo dicho hasta ahora, debemos reconocer que no es una película apta para todos los públicos ni mucho menos, ya que se trata de un thriler psicológico en toda regla, donde las personas sufridoras lo pasarán realmente mal. Por cierto, para estos últimos, para los sufridores, no os dejéis engañar por la catalogación de NR-13, pues creemos sin lugar a dudas, que una NR-18 no le vendría pequeña, ya que, aunque ni se recrea en la sangre ni en la escabrosidad, si consigue meterte en la película y hacerte sufrir por la integridad de los personajes.

Nuestras valoraciones, en esta ocasión son dispares, pues para J se merece un 5 y por la interpretación de los personajes no porque le gustara la trama argumental, para el otro J, un 8, por tanto, lo dejamos con un 7 sobre 10.







Título original: “Shutter Island” – 2010 – USA
Dirigida por: Martin Scorsese
Género: Thriller psicológico
Duración: 138 minutos
miércoles, 10 de febrero de 2010

Tiana y el sapo

Tiana y el Sapo - Cartel
Sí, como podéis observar, el fin de semana pasado dio para mucho cinematográficamente hablando. Por tanto, supongo que este no volveremos a repetir la hazaña de acudir dos veces al cine, pero, nunca se sabe…

Después de ver una película como “Up in the air”, la cual nos dejó un muy buen sabor de boca, decidimos acudir al cine a ver otra de esas películas con varias nominaciones a los Oscar (c) y que, además, teníamos muchas ganas de ver. Sí, os estamos hablando de “Tiana y el Sapo”. ¿Qué por qué nos hacía ilusión ver esta película? Pues fácil, por el hecho de tratarse la primera película en mucho tiempo realizada directamente por la factoría Disney, y que, además, según sus creadores, está llamada a convertirse en un nuevo clásico (nosotros más bien apostamos en que acaba convirtiéndose en un título más en su colección de “Clásicos”, lo cual no es exactamente lo mismo). De todas formas, sabíamos que todo esto venía dictado desde la crítica profesional, y como no comulgamos con ella pues, nos fuimos a la sala a ver lo que suponíamos una bonita historia de amor y música.

La historia gira en torno a Tiana, una joven sureña perteneciente a una familia obrera (la madre trabaja como modista para el rico padre de su amiga, Charlote, mientras que el padre realiza diversos trabajos que le ocupan todo el día). Su padre, cuenta con un talento especial para la cocina, el cual le es transmitido a nuestra protagonista en forma de una ilusión: abrir un restaurante de lujo en el edificio de la antigua azucarera de la ciudad.  Como de ilusión no se come, ni se pagan locales, Tiana trabajará durante todo el día con el objetivo de conseguir los fondos necesarios para llevar a cabo su máxima ilusión.

Por otro lado, tenemos al príncipe Naveen, un joven vividor, despreocupado e inmaduro que llega a la ciudad con el objetivo de casarse con una rica heredera para poder vivir sin trabajar el resto de su vida, y así resarcirse de la pérdida de su fortuna, retirada por sus padres por su forma de comportarse. De todas formas, y como en todas partes, el mal acecha también al príncipe, y en un descuido es convertido en sapo por culpa de una maldición. Sin quererlo ni beberlo Naveen-sapo se cruza con Tiana y esta le besa para que recupere su forma normal, aunque extrañamente ocurre el efecto contrario, comenzando aquí toda la aventura para nuestros dos protagonistas.

Siendo sinceros, debemos reconocer que la película nos decepcionó, y mucho, considerando que no merece estar entre los nuevos clásicos de la factoría de Walt Disney. Y es que, si bien es cierto que la película es entretenida, no se exprime el gancho diferenciador de su argumento, quedando como una historia de princesas que creen que besando ranas conseguirán a su príncipe ideal. Por otro lado, el dibujo no estuvo a la altura en muchos momentos, recordando algunas de las escenas a la portada del mítico juego de mesa “Party & Co.”

También, consideramos que la acción no se desarrolla de manera correcta en más de una ocasión, puesto que, a pesar de contar la película con una duración considerable, se ha perdido demasiado tiempo en aspectos poco importantes de la acción, restándoselos a otros que sí tienen una influencia en el desarrollo final.

Entre los aspectos positivos, debemos destacar que, a pesar de todo, la película resulta entretenida, no haciéndose larga, intentando, además, dar la vuelta a la típica historia de sapos y princesas, a la par que se ha rescatado la animación tradicional, que buena falta hacía, por otra parte.

En cuanto a las puntuaciones, la media es un 5,5. Puntuación que, por cierto, sale del 6 y el 5 que le hemos adjudicado cada una de las partes J del equipo. 




Título original: “The Princess and the Frog” – USA – 2009
Dirigida por:  John Musker y Ron Clements
Género:  Animación
Duración: 97 minutos

martes, 9 de febrero de 2010

Up in the air

Up in the air - Cartel

La verdad es que todo esto resulta muy duro de comprender. A ninguno de los dos miembros del equipo nos entra en la cabeza (la actual situación de desempleo, donde día a día la destrucción de empleo es cada vez mayor, al mismo ritmo que la ineptitud de quienes deberían corregirlo… pero ejem… eso…) De todas formas, lo que menos nos entra en la cabeza es ver que, para el empresario, el trabajador, sea del tipo que sea (industrial, oficina, etc.) no deja de ser una simple herramienta (o carnaza) que se deshecha en el momento en que lo considere oportuno, o vea peligrar sus suculentos dividendos.

Aunque esta introducción puede chocaros un poco, hemos considerado que es la más oportuna para comenzar la crítica de esta pequeña sorpresa llamada “Up in the air”. La película nos cuenta la historia de Ryan Bingham (George Clooney), un hombre que trabaja para una empresa que le mantiene viajando por todo Estados Unidos durante prácticamente todo el año, desempeñando una extraña función: suplanta al departamento de RR.HH. de las empresas que lo precisen, para comunicar al personal de las mismas que están ante el primer día de su nueva vida… o sea: que están despedidos.

Este hecho provoca que no pase mucho tiempo en su casa, perdiendo casi íntegramente la relación con su familia provocando a la vez que su vida social sea inexistente. Todo ello no parece importar a nuestro protagonista, el cual espera con ansia obtener una exclusiva tarjeta de fidelización que acarrea una serie de privilegios que, piensa, le harán feliz.

De todas formas todo empieza a cambiar cuando conoce a Álex (Vera Farmiga), una ejecutiva que le atrae y a la que puede ver de vez en cuando en alguno de sus viajes, puesto que ambos pasan largas temporadas viajando. Pero, como se acostumbra a decir: los problemas no vienen solos, y es que todo esto comienza a peligrar en el momento en el cual su empresa de Ryan contrata a una joven psicóloga llamada Natalie (Anna Kendrick), que tiene como principal objetivo el introducir diversos cambios en el funcionamiento de la empresa, el principal de ellos es que el trabajo que realiza Ryan, se lleve a cabo mediante la utilización de las nuevas tecnologías.

Aunque el argumento os pueda parecer algo alejado de la realidad, esto es claramente un error, pues “Up in the air” nos muestra fielmente la actual situación de desempleo en la que vivimos desde el punto de vista de quien poco le importa (su único objetivo vital es conseguir la tarjeta platino de viajero… ejem) y además colabora en ello.

Con nosotros “Up in the air” logró cambiarnos varias veces de sentimientos, pasando por el enfado, la frustración, la ofensa y porqué no, logró también emocionarnos al hacernos ver que a veces, nos podemos marcar unos objetivos que básicamente nos pueden hacer desviar de nuestros verdaderos objetivos vitales.

A destacar el buen trabajo hecho por los guionistas (realmente todo esta muy bien encajado), mientras que, en el apartado interpretativo, todos los protagonistas brillan, haciéndolo especialmente George Clooney, el cual demuestra ser un gran actor. En el apartado femenino, consideramos que la interpretación de Anna Kendrick es la más brillante, aunque la de Vera Farmiga también ralla a muy buen nivel.

¿Las puntuaciones? Pues, por una de las partes J la película obtiene un 8, mientras que, por la otra parte J, la puntuación es de un  7,5 (N no vino al cine, ya que no tiene permitida la entrada, es lo que tiene ser un lindo gatito), por lo que la película se queda con un 7,75.








Título original: “Up in the air”USA – 2009
Dirigida por: Jason Reithman
Género: Drama
Duración: 109 minutos