sábado, 24 de agosto de 2019

Mascotas 2

Hace pocos días llegó a nuestras pantallas la que, con casi toda la seguridad, será la película de animación de este agosto (con el permiso, obviamente, de “Angry Birds 2”), os estamos hablando de la cinta de los estudios “Illumination”, “Mascotas 2”, de la que obviamente, hablaremos en esta entrada. 

“Mascotas 2” llega a nuestras pantallas tres años después de su sorprendente primera entrega (“Mascotas”), y lo hace con todos sus protagonistas y con alguna que otra incorporación.  

Como en su primera entrega, “Mascotas 2” nos desplaza de nuevo a Nueva York, donde nos encontramos Max y al grandullón (y bonachón) Duke paseando con su dueña Kate justo en el momento en que se cruza por la vida de los tres Chuck, un chico del que se enamora perdidamente Kate.  

Nueve meses después, Kate y Chuck viven juntos en el apartamento de ella, se han casado y son padres del pequeño Liam. Aunque de entrada la llega de Liam no es muy bien recibida por Max, el pequeño pronto encuentra la manera de cómo ganarse a Max convirtiéndose ambos en inseparables y haciendo que Max pierda los nervios para protegerlo. 

Casi simultáneamente y no muy lejos del piso de Max, nos encontramos con el conejito Pompón convertido en una especie de superhéroe por su dueña. El Capitán Pompón quiere convertirse, en ausencia de su dueña, en el protector de los animales. 

A los pocos días, Kate y Chuck deciden llevarse a toda su familia de vacaciones a cada de la granja del abuelo. Como no se la puede llevar, Max deja Zumbi (su pelota con zumbador) al cuidado de Gidget, aunque pronto, la enamoradiza Gidget extraviará la pelota. 

Mientras Max y compañía viajan hacia la granja, Pompón recibe la visita de Daisy, una perrita que busca ayuda para rescatar a Hu, un tigre blanco que está prisionera en el circo de Sergei. Como no puede ser de otra forma, Pompón se lanza al rescate del tigre. 

Ya en la granja, un nuevo mundo se abre ante los ojos y los hocicos de Max y Duke, un nuevo mundo, peligrosísimo para Max. Por suerte para él, Gallo, el pastor alemán guardián de la granja le ayudará en una peligrosa misión de rescate a luchar y enfrentarse a sus miedos. 

Como bien veis, estas son las tres historias inconexas que conforman el argumento de “Mascotas 2”. Eso sí, inconexas, pero al final, las tres se juntan al regreso de Max y la familia a Nueva York, aunque claro, como ya os podéis imaginar, eso no os lo contaremos aquí. 

Ya os avanzamos que técnicamente esta “Mascotas 2” no pasará a los anales de la historia del cine de animación, ni por sus alardes tecnológicos, ni por la originalidad en el desarrollo de su trama, ni por nada parecido. Con todo, el equipo de “Mascotas 2” consigue hacer un film blanco, por momentos muy divertido, con bastante ritmo y sí, porqué engañarnos, fresco y entretenido, aunque eso sí, nada arriesgado, ya que repite casi todo lo que le funcionó en la primera parte. 

En cuanto a los personajes, en el equipo nos quedamos directamente con dos, ambos muy achuchables y esponjosos, sí, el primero de los personajes que nos quedamos es, al igual que en la primera parte, Pompón, ese súper héroe malote y duro que pide a gritos que le achuchen, y el segundo, en esta ocasión nos vamos a un secundario, la oronda gata Chloe con su peculiar forma de vivir, muy gatuno todo ello. 

No os vamos a engañar, “Mascotas 2” podía dar mucho más de lo que da, tanto por guion como por argumento, pero también os diremos que esta “Mascotas 2” ofrece algo que a veces es difícil de encontrar en nuestras carteleras, diversión y entretenimiento para toda la familia 

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Mascotas 2” es de un 5 sobre 10, aunque os la recomendamos, tanto si os gustan los animales como si queréis pasar un rato entretenido en una sala de cine. 





Título original: “The Secret Life of Pets 2” – 2019 – USA 
Dirigida por: Chris Renaud, Jonathan del Val 
Duración: 98 minutos 
Género: Animación  


lunes, 12 de agosto de 2019

El rey León

Cartel de El rey León
Desde hace unos años Disney ha tomado el relevo a Spielberg como el auténtico Rey Midas de Hollywood, ya que si bien desde bien entrada la década de los 90 del pasado siglo la compañía vivía básicamente de sus parques y de sus puntuales éxitos en el cine de animación, desde mediados del primer decenio del presente siglo, se puede decir que todo lo que toca se convierte en oro.

Con toda seguridad, uno de los puntos de inflexión en la historia de los californianos fue el lanzamiento en 1994 de la cinta de animación “El rey León” con la que ganaron, además del reconocimiento de público y crítica, dos premios Oscar y varios Globos de Oro.

Durante los últimos quince años, el cambio en Disney ha sigo radical, convirtiéndose en un potente entramado de empresas (entre las que encontramos: Pixar, Marvel, Lucasfilm, 20Th Century Fox, etc.) y en una máquina súper engrasada de generar y ganar dinero.

Dentro de esta dinámica de generar dinero, los últimos años Disney se ha especializado en re-explotar sus clásicos, pero en vez de remasterizarlos como se hacía antes, se sirve de la tecnología live-action (algunos ejemplos los tenemos en: “Maléfica”, “La Bella y la Bestia”, “Dumbo”, etc.), la última, hasta el momento, obra que se ha sometido al live-action es el clásico “El Rey León” y es precisamente, del que os queremos hablar hoy.

Como en la cinta de 1994, la historia de “El rey León” nos desplaza directamente a la Sabana, y lo hace justo en el momento en que el rey Mufasa presenta en sociedad a Simba, su hijo recién nacido. Todos los animales acuden a la presentación, todos menos el Scar, el hermano de Mufasa quien se siente desplazado por el pequeño.

Meses más tarde, Simba se ha convertido en un cachorro curioso, juguetón y lleno de energía, lo cual aprovecha su padre para intentar formarle de cara a que, algún día, le suceda en el trono. Con el fin de conseguir este objetivo, Simba debe conocer su territorio, sus bondades y sus peligros, entre los que está y debe evitar, la zona oscura.

Conocedor de las enseñanzas de Mufasa, un día Scar lleno de rabia y frustración despierta la curiosidad del pequeño por dicha zona, indicándole que dicha zona oscura se trata de un antiguo cementerio de animales donde sólo los leones adultos pueden entrar. Simba, empujado como todo niño, por la necesidad de demostrar que ya es adulto, se las ingenia junto a Nala (una leona amiga suya) para adentrarse en dicha zona.

Lo que descubren los pequeños les deja sin aliento, ya que además de ser un cementerio de elefantes, es la guarida de las siempre hambrientas y traidoras hienas. Por suerte para Nala y Simba, Mufasa llega a tiempo para rescatarles.

Ante el fallido desenlace del plan inicial, Scar se alía con la líder de las hienas para acabar con Mufasa y deshacerse, a la vez, del pequeño Simba. Al día siguiente, Scar se lleva a Simba al desfiladero donde las hienas provocan una estampida de Ñus. Cuando Mufasa intenta salvar a Simba, Scar lleva a cabo su plan matando al rey y haciendo sentir culpable a Simba al que empuja a abandonar el reino, con lo que Scar, acaba convirtiéndose en el nuevo rey.

Después de una dura travesía por el desierto, Simba, acompañado por dos nuevos amigos, Timón y Pumba (un suricato y un jabalí respectivamente), acaba llegando a la jungla donde crece siguiendo el lema de sus nuevos amigos: “Hakuna matata” (“vive y sé feliz”).


Simba, Timón y Pumba
Simba, Timón y Pumba


Bastante tiempo más adelante y desde un reino de los leones totalmente arrasado, Nala llega a la jungla donde se reencuentra con un crecido Simba. Aunque al principio se niega, después de pensarlo bien y recordar las enseñanzas de su padre, sale corriendo hacia el reino, aunque lo que pasa allí, como ya os podéis imaginar, nosotros nos lo guardaremos. Lo que nos guardaremos es nuestra visión sobre “El rey León”.

Técnicamente, esta versión life-action del clásico de 1994 de “El rey León” es perfecta, dando a la historia de Simba una apariencia de total realidad, ya que aprovecha al máximo la tecnología de la que dispone Disney para ello. Bajo nuestro punto de vista, esta versión de “El rey León” es visualmente espectacular, aunque pierda completamente la magia de las miradas y de los colores de la versión en dibujos animados.

Por el contrario, bajo nuestro punto de vista, “El rey León” de este 2019 es una cinta totalmente carente de ambición, hablando desde el punto de vista narrativo, de guion y de banda sonora, ya que es completamente igual que el clásico de animación de 1994.

Cuando salimos del cine, los miembros del equipo nos planteábamos si realmente merecía la pena esta nueva versión de “El rey León”. Al final llegamos a la conclusión de que esta “El rey León” merece la pena para dos grupos: las nuevas generaciones que no conozcan la original, y según se desprende del éxito de recaudación, para las arcas de Disney.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “El rey León” es de un 6 sobre 10, salvándose sobre todo por la historia y por el despliegue técnico.





Título original: “The Lion King” – 2019 – USA
Dirigida por: Jon Favreau
Duración: 118 minutos
Género: Animación, Drama, Musical


domingo, 4 de agosto de 2019

La vida es bella


La vida es bella Cartel
Hay películas que pese a ser consideradas auténticas obras maestras de la historia del cine por una inmensa mayoría de sus espectadores, no consiguen la unanimidad ni entre estos y ni mucho menos entre la crítica profesional, la mayoría de veces porque, no nos engañemos, tratan temas políticos o demasiado complejos.

Hoy en este pequeño rincón os traemos nuestra reseña de una de estas películas, una cinta que hacía muchos años que teníamos en el cajón esperando su momento precisamente por la fama que tiene y por su temática. Sí, hoy os hablaremos de la cinta italiana de 1997, “La vida es bella”.

“La vida es bella” nos desplaza directamente a 1939, con la Segunda Guerra Mundial a punto de estallar, cuando Guido Orefice (Roberto Benigni), un joven judío-italiano y su amigo Ferruccio llegan al pueblo toscano de Arezzo para trabajar de camareros en el hotel del tío de Guido.

Guido es un joven alegre, bromista y divertido que tiene la ilusión de, una vez consiga el dinero suficiente, abrir una librería en Arezzo. Durante los primeros días en el pueblo, Guido conoce a la bella Dora (Nicoletta Braschi), una profesora del pueblo de la que se enamora perdidamente.

Desde ese momento Guido intenta a toda costa conquistar a Dora, buscándola, piropeándola, haciéndole bromas, aunque tiene un grave hándicap, la joven es la prometida de un regidor fascista del pueblo. Ni los primeros ataques xenófobos que sufren tanto Guido como su tío consiguen minar ni la voluntad ni el sentido del humor de nuestro protagonista. Tanto es así que, durante la fiesta de compromiso de Dora y su novio en el hotel, Guido se lanza y se declara a Dora quien sin muchos remilgos abandona a su novio para irse con Guido.

Seis años más tarde, nos encontramos con la familia formada por Guido, Dora y el pequeño Giosué (Giorgio Cantarini), ella continua de profesora en el pueblo, él regenta una librería y continua enfrentándose a la vida, a la guerra y a la formación de Giosué con su particular optimismo, incluso el día en que son obligados a subirse a un tren con el resto de judíos del pueblo y Dora, para ser llevados a un campo de concentración.

Una vez en el campo de concentración y ante las atrocidades que allí se desarrollan (trabajos forzados, segregación por sexos, cámaras de gas, eliminación de los no útiles para trabajar, etc.), Guido se inventa un juego para distraer y ocultarle cruda realidad a Giosué, el juego se trata de ganar el máximo de puntos, sumando puntos si se esconde, quitándole puntos si llora, si pide comida o pregunta por su madre.

Guido lo intenta todo con el fin de salvar a su pequeño, desde juegos de escondite hasta llevarlo a una cena en la casa de los militares (donde acaba trabajando de camarero además de en los altos hornos del campo) para que el pequeño pueda comer.

El tiempo corre, cada vez hay menos niños en el campo y cada vez está más cerca el final de la Segunda Guerra Mundial aunque como ya os podéis imaginar, no os contaremos lo que sucede en “La vida es bella” a partir de este momento.

Técnicamente “La vida es bella”, nos os vamos a engañar, es una película maravillosa, una de esas películas que todo el mundo debería ver, como mínimo, una vez en la vida, con un hilo argumental ambientado en el Holocausto vivido durante la Segunda Guerra Mundial en Europa, relatando su dureza pero mezclando este relato con la potente historia de amor que vive la familia protagonista y el histriónico sentido del humor que guía la vida de Guido y a la vez la de su familia durante su periplo por los oscuros años de la ocupación nazi de Italia. También muy remarcable, la célebre banda sonora que acompaña perfectamente la acción en cada secuencia.

Desde el punto de vista interpretativo nos gustaría remarcar el grandísimo trabajo de Roberto Benigni dando vida Guido Orefice. Para muchos, quizá, realiza un trabajo sobreactuado y sobrevalorado, para los miembros de este equipo, nada más lejos de la realidad ya que con su trabajo ayuda a conseguir lo que realmente quiere transmitir “La vida es bella”, el valor del amor, del positivismo y sobre todo de la esperanza (el esfuerzo de caras y gestos con el pequeño Giosué en el campo de concentración es simplemente brutal) en un mundo totalmente loco. En cuanto al resto de intérpretes, pues queremos remarcar también del pequeño Giorgio Cantarini (Giosué) quien pese a no tener grandes diálogos, sus caras valen su peso en oro.

Para los miembros de este equipo, “La vida es bella” es una auténtica obra maestra, una cinta que debería estar en cualquier filmoteca y dvdteca que se precie, tanto por interpretaciones como por mensaje. Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “La vida es bella” es de un 9.5 sobre 10.




Título original: “La vita è bella” – Italia – 1997
Dirigida por: Roberto Benigni
Duración: 117 minutos
Género: Comedia, drama