No hace mucho, durante
una velada de aburrimiento y mientras andábamos jugando con el mando a
distancia, nos encontramos con el comienzo inminente de una película de la que
habíamos oído hablar pero que, sinceramente, no conocíamos nada, “El juego de Ender”.
Como nos apetecía estar
un rato disfrutando del sofá y de la pantalla, optamos por darle una
oportunidad y hoy, os explicamos nuestras sensaciones con dicha película.
La historia nos sitúa
directamente en un futuro más o menos cercano, concretamente en 2070, un tiempo
después de que la Tierra haya sufrido una invasión alienígena. En esos tiempos,
los humanos se han organizado para luchar por su propia supervivencia
intentando evitar que el planeta caiga en manos de los invasores.
Para preparar la lucha
que se prevé encarnizada, se ha creado una especie de academia, “La Escuela de
Batalla”, un lugar pensado para formar a sus alumnos con vistas a integrarse en
la “Flota Internacional”.
Un día, el joven Andrew
“Ender” Wiggin (interpretado por Asa Butterfield) es reclutado para entrar en
la “escuela de batalla”. Atacado por ciertos problemas de autovaloración, Ender
entra a formar parte de los novatos de la escuela, ganándose rápidamente el
aprecio y respeto de todos sus compañeros por su constante enfrentamiento a los
comandantes.
Durante uno de sus
ratos libres, Ender finaliza su juego de consola, inspirado en la batalla
contra los alienígenas, de una forma tan imprevisible y brillante que es
cambiado de nivel en la escuela, pasando a formar parte del grupo “Salamandra”
donde no es, para nada, bienvenido.
Una vez en ese grupo
rápidamente demuestra que sus dotes de liderazgo y estrategia son muy
superiores a sus dotes de guerrero, por tanto, es apartado del grupo por Bonzo
(Moisés Arias) el comandante del mismo, relegándolo en la reserva. Con todo,
entrena con una compañera y poco a poco va mejorando su técnica, permitiéndole
que en su primera batalla y viendo una debilidad del rival, lanzar un ataque
sorpresa consiguiendo la victoria.
Un paso más hacia la
batalla y un nuevo cambio de grupo manteniendo eso sí, la enemistad con Bonzo.
Batallas, luchas entre los cadetes, simulaciones y ambiente militar marcarán el
camino hacia el desenlace de “El juego de Ender”, un desenlace que, como ya os
podéis imaginar, no os contaremos aquí.
Argumentalmente “El
juego de Ender” nos ha dejado fríos, ya que, aunque tiene un trasfondo más que
interesante (el abuso de poder mezclado con la violencia de los mayores frente
a los niños) se queda todo como en un espacio sin gravedad, donde los temas
flotan sin acabar de llegar a un punto en concreto, primando el aspecto visual
de la cinta frente al argumental.
En cuanto a las
interpretaciones la única realmente remarcable es la de su protagonista, el
joven Asa Butterfield, aunque sinceramente y bajo nuestro punto de vista, no es
capaz de aguantar el peso de una película con demasiadas carencias para llegar
a ser recordada como a una buena cinta.
Con todo lo que os
hemos contado, nuestra nota final para “El juego de Ender” es de un 4 sobre 10,
o sea, una película aceptable para abandonar un rato el aburrimiento pero que
no pasará a los anales de la historia del cine.
Título original:
“Ender’s Game” – 2013 – USA
Dirigida por: Gavin
Hood
Duración: 113 minutos
Género: Ciencia
ficción, acción, drama