Hay ocasiones en las que el
refrán “nunca es tarde si la dicha es buena” puede considerarse de total
aplicación. Para los del equipo, el caso que nos ocupa es uno de ellos, pues
llevábamos ya bastantes meses con la película en la recámara, esperando a encontrar
“su momento”.
Aceptamos que se trata de una
película que se debería haber visto en 2009, en el cine, pero la crudeza de las
imágenes que salían en los reportajes sobre la película, junto con las
constantes alabanzas al trabajo de Luis Tosar, hicieron que retuviéramos la
película en la nevera hasta la pasada semana. Os estamos hablando de “Celda 211”.
Poco sabíamos de la película,
salvo que su protagonista hacía un papelón, que había escenas durísimas y que
no se trataba de una “película basada en hechos reales”, sino en una adaptación
de la novela homónima de Pérez Gandul.
Concienciados de lo que podíamos
ver, nos sentamos en el sofá y le dimos al ‘play’... el primer impacto nos
llegó a los pocos minutos con el suicidio en primer plano de uno de los presos
de la prisión... pero bueno, vayamos al argumento.
La acción se sitúa en la cárcel
de Zamora, concretamente el día previo al primer día de trabajo de Juan
(Alberto Ammann) en la prisión. Juan ha ido al penal para conocer lo que allí
se cuece. Durante su visita por las galerías del centro sufre un accidente y es
trasladado a la celda 211, donde sus compañeros tienen que abandonarle al
estallar un motín.
Como es evidente, el resto de
presos lo encuentran rápidamente, por lo que a nuestro protagonista no le queda
más remedio que convencer a los reclusos de que él es uno más y, para hacerlo,
se somete a una prueba ante Malamadre (Luis Tosar) el líder de los reclusos. Su
determinación y su arrojo le sirven para superar la prueba, saliendo de la
misma con el mote de “El calzones”.
A partir de este punto, la vida
de Juan sufre un cambio radical, ya que con el paso de las primeras horas se
convierte prácticamente en la mano derecha de Malamadre, con la consiguiente
desconfianza del resto de presos (Almansa, Releches, Apache, etc.) y debe tomar
parte en la gestión del motín, negociando el fin del mismo con las autoridades
(Utrilla, Armando, etc.).
Malamadre y Calzones es una escena de "Celda 211" |
Y, hasta aquí, lo que os podemos
contar del argumento de “Celda 211”,
ya que si continuamos, el menor detalle podría dar al traste el desenlace de la
película, y eso, ya sabéis, no es lo que pretendemos.
La verdad es que esta película
nos sorprendió mucho, tanto por su extrema violencia al desarrollar la trama,
como por la profundidad de la misma, ya que consigue hacer vivir al espectador
en esa línea roja que separa la verdad de la mentira, la bondad de la maldad, y,
porqué no, la vida y la muerte. Sin lugar a dudas, genial por la ambientación y
por el retrato de los protagonistas, con los que uno se implica hasta la
médula.
Por otro lado, nos gustaría
remarcar el genial trabajo de sus actores, especialmente el de Luís Tosar que
da vida a Malamadre, el líder de los reclusos. Tosar consigue que su personaje
sea duro, odioso y, a la vez, se haga querer por el público, por nuestra parte,
una interpretación de matrícula. Tampoco lo hace mal Alberto Ammann, pero su
Calzones (o Juan) no llega al nivel de Malamadre, como tampoco llega Utrilla,
el personaje a quien da vida Antonio Resines, que como odioso se merecería un
excelente, pero no llegas a implicarte tanto con él.
Como muchos sabréis, “Celda 211” fue la auténtica
revelación cinematográfica del 2009 luchando con verdadero éxito en la
cartelera contra películas como “Ágora” o la famosísima “Avatar”. Al final de
su paso por los cines, recaudó la nada despreciable cifra de 12 millones de
euros, y 8 Premios Goya.
Por nuestra parte, le ponemos un
7.5 sobre 10.
Título
original: “Celda 211”
– España – 2009
Dirigida por: Daniel Monzón
Duración: 110 minutos
Género: Drama, Carcelaria