¡Sí! ¡Lo sabemos! Los del equipo andamos con un poco de retraso al cotillearos las cosas que hemos visto. La verdad es que tenemos algunas ideas (sin exagerar, que las ideas son caras y el 66’6% del equipo es catalán, así que…:P), pero, como aún están verdes y las críticas aún están por gestar, os dejamos con una de las películas que vimos el pasado mes de agosto: “Año uno”.
Para empezar podríamos decir varias cosas sobre “Año uno”, por ejemplo que: sus guionistas no se estrujaron demasiado las neuronas para inventar la trama de la película, o que, vista la trama, esta es más sencilla que el mecanismo de un botijo; o bien, podríamos decir que nos encontramos ante uno de los mayores despropósitos cinematográficos de los últimos tiempos, pero, eso sí, un despropósito que te hace divertirte un buen rato (Qué contradicción, ¿no?).
La historia empieza hace muchos, muchos años, (Aproximadamente unos 2009, en la época en la cual los calendarios actuales aún tenían todas las páginas), presentándonos a los dos protagonistas de esta historia: el cazador Zed (Jack Black) y su amigo el recolector Oh (Michael Cera). En verdad tenemos que deciros que lo de los oficios, es puramente testimonial.
Bueno, no..., son la fuente de los mejores chistes de la película, porque la verdad Zed y Oh son, en cuatro palabras: “pa-té-ti-cos”.
A partir de una situación realmente divertida, nuestros dos amigos son expulsados de su poblado con lo que se ven obligados a vagar por parajes cercanos a su poblado, aunque poco a poco se van alejando más y más, descubriendo otras personas (se dan de bruces con Caín y Abel, Abraham, etc.), otras civilizaciones (la ciudad de Sodoma) en un mundo que ellos creían que acababa un poco más allá de sus terrenos de caza.
Lo curioso del caso es que a “Año uno” la crítica especializada (los del equipo preferimos decir presuntamente especializada, a raíz de lo manipulado que está todo) la deja por los suelos. Los del equipo no estamos de acuerdo con eso, a pesar de que si guión es muy flojo, de que técnicamente es muy mejorable y de que es totalmente prescindible. No obstante, esta película cuenta con una virtud esencial que, tal y como os comentábamos arriba, hace que esta película sea un despropósito divertido.
¿Que qué virtud es? Pues, sencillamente, cumple con su objetivo principal: entretener, que tal y como está el cine últimamente, no es poco. Entramos en la sala sin más aspiración que pasar un buen rato, y la verdad, lo conseguimos con creces (a veces los chistes fáciles de pipi, caca y sexo, funcionan y bien).
Por todo esto y a modo ecuánime, el equipo le otorga a “Año uno” la puntuación de: 5.
Título Original: "The year one" – 2009 – USA
Dirigida por: Harold Ramis
Género: Comedia
Duración: 100 minutos