Cuando, un tiempo
después de estrenarse “Gru 2. Mi villano favorito” empezó a rumorearse que sus
creadores estaban barajando la posibilidad de llevar a nuestras pantallas un
spin-off de la misma con los pequeños, entrañables y divertidos minions como
protagonistas, todas nuestras alarmas se activaron. “¿Valdrá la pena?”, “¿Tendrán
suficiente personalidad para ser protagonistas?” o “¿Aguantarán el ritmo y
duración de una película?” eran algunas de las preguntas que nos hacíamos tras
haber conocido la noticia.
Un par de años después,
y tras una potente campaña publicitaria y de marketing, ha llegado a nuestras
pantallas la, por qué no decirlo, esperadísima y temidísima cinta, bautizada
simplemente como “Los Minions”, a la que acudimos, evidentemente a verla el
mismo fin de semana de su estreno.
El inicio de la
historia nos sitúa en el inicio de los tiempos, con nuestros pequeños
protagonistas evolucionando y emergiendo de las aguas para iniciar su “leitmotiv”,
el cual no es otro que encontrar el villano más malo y más despreciable del
momento.
A base de gags,
nuestros pequeños protagonistas sirven a un dinosaurio, a un hombre primitivo,
a un faraón, a Drácula e incluso al mismísimo Napoleón, aunque como el
resultado final que han obtenido se resume en tantos fracasos como intentos, nuestros
protagonistas amarillos deciden aislarse del mundo en una cueva de la Antártida,
lugar donde fundan su propia civilización.
Con el paso de los años,
la falta de un jefe a quien “servir” se convierte en un verdadero problema para
los divertidos minions, quienes se transforman en unos seres depresivos y
aburridos. Quizá por ello, con la llegada del año 1968 uno de ellos (Kevin)
decide organizar un grupo para salir en busca de un nuevo jefe. Dicho grupo
acaba siendo formado por el rebelde Stuart y el bobalicón pero entrañable Bob.
El amarillo terceto emprende
un largo viaje que les llevará directamente a Nueva York, donde descubrirán que durante los próximos
días tendrá lugar en Orlando una convención de supervillanos llamada
“Villain-Con” en la que éstos buscarán nuevos esbirros. Así pues, ni cortos ni
perezosos, nuestro trío protagonista decide salir de la gran manzana con el
objetivo de llegar a la convención lo antes posible.
Una vez en la convención,
y tras haber conocido de primera mano que Scarlett Overkill, la villana más
destacada de los últimos años ha decidido asistir, nuestros pequeños
protagonistas acuden en su busca desesperadamente. Scarlett Overkill es la auténtica
diosa de los villanos; admirada y envidiada por todos a partes iguales, por lo
que no resulta para nada extraño que los Minions inviertan toda su energía en conseguir
trabajar para ella.
Ya como esbirros de
Scarlett, los minions reciben el encargo de hacerse con la Corona de la reina
Isabel II de Inglaterra al tratarse de la joya más valiosa de todos los tiempos.
¿Conseguirán su objetivo? O, por el contrario, ¿conseguirán que Scarlett corra
la misma suerte que aquellos que apostaron por los Minions como compañeros de
viaje? Nosotros evidentemente conocemos la respuesta, aunque preferimos dejar
aquí el análisis argumental para saltar directamente al crítico.
De entrada, y a
diferencia otras producciones del cine de animación moderno (“Inside Out”, “Up”,
“Toy Story”, etc) que están enfocadas a un público más adulto aunque permitiendo
el disfrute de nuestros pequeños, “Los Minions” se orienta claramente a estos
últimos, ya que, aunque cuenta con un buen número de divertidos gags, la
historia comienza a hacer aguas una vez se observa el desarrollo argumental de
la misma, el cual nos deja como resultado que la película vaya de más a menos.
Sin duda, una auténtica lástima.
En cuanto a los
personajes, los minions continúan siendo tan adorables como el primer día, pero
no han recibido los cambios necesarios para que dejen de ser esos personajes
que únicamente funcionan muy bien como secundarios en una trama argumental.
Todo ello deriva en que, sintiéndolo mucho, dejen de dar la talla tan pronto
como transcurren los brillantes primeros 15 minutos de la cinta. Quien sí que
consigue atrapar al espectador es, precisamente, el personaje secundario de
Scarlett Overkill, villana que, sin lugar a dudas, hubiese tenido que acaparar
un mayor protagonismo durante toda la película, aún y cuando eso hubiese podido
dejar el título en “Scarlett Overkill: Nuestra villana más odiada”.
Por nuestra parte, y aunque
cinematográficamente nos ha dejado muy fríos y preferimos ver a Kevin y
compañía de secundarios de Gru, debemos admitir que los gags de la película
hicieron que nos riésemos a menudo, por lo que os la recomendamos si queréis
ver una comedia ligerita, sobre todo si sois fans de ellos o tenéis pequeños en
casa. Por nuestra parte, la valoramos con un 5 sobre 10.
Título original:
“Minions” – 2015 – USA
Dirigida por: Kyle
Balda y Pierre Coffin
Duración: 91 minutos
Género: Animación