miércoles, 29 de junio de 2022

Philadelphia

De todos es conocido que hay películas que te marcan de por vida, algunas te traumatizan, y otras, consiguen hacerte pensar, razonar y en cierta manera evolucionar, vaya, que actúan como una buena bofetada a tiempo.

Cuando a mediados de los 80 se hizo público que el galán de Hollywood Rock Hudson había muerto de una enfermedad llamada SIDA empezaron a correr ríos de tinta, la mayoría con el dedo acusador a la comunidad LGTB (con los homosexuales en la cabeza). La bomba estaba echada y el blanco apuntado. A comienzos de los 90 el dedo acusador se encogió, cuando jugador de básquet, heterosexual, Earvin “Magic” Johnson anunció que tenía el virus.

Por esas fechas, y con la pandemia del SIDA en boca de todos, se empezó a trabajar en la película que hoy os queremos comentar, llegó a las carteleras en 1993 de la mano de Jonathan Demme, y se titula: “Philadelphia”.

“Philadelphia” empieza presentándonos a Andrew Beckett (a quien da vida Tom Hanks), un joven abogado de un gran bufete de la ciudad de la libertad, de los padres de la Patria americana, Philadelphia. Andrew es un trabajador incansable que convive con un secreto de su salud, tiene VIH.

Un día, después de ganarse la confianza de los socios fundadores, a Andrew le es asignado un gran caso para un cliente importante del bufete. Con todo, esa misma noche, uno de los socios le pregunta por un moratón que tiene en la frente, a lo que Andrew le contesta que se dio un golpe.

La siguiente semana es de trabajo duro preparando el pleito en medio de un empeoramiento de su salud, con todo, logra dejar la demanda sobre su mesa con una copia en el ordenador. Unos días más tarde, Andrew tiene que ir al hospital y durante su estancia allí, recibe la llamada de que la demanda ha desaparecido y tienen que entregarla ya. Por suerte, aparece una copia archivada donde no tocaba.

Días más tarde, Andrew es reunido ante los socios fundadores que, fulminantemente le despiden por “incompetente”.

Como imagina que su incompetencia es solo una excusa, Andrew busca un abogado para ir contra su bufete encontrándolo en Joe Miller (a quien da vida Denzel Washington) un hombre con muchos prejuicios hacia los homosexuales (tiene una mentalidad bastante homofoba) y que tiene mucho miedo hacia el SIDA. De entrada y pese a creerse a Andrew, Joe rechaza representarle en su caso.

Después de hablarlo con su mujer y de encontrarse a un demacrado Andrew en la biblioteca donde ve como es discriminado públicamente, Joe decide ayudarle y toma todo el peso de su caso contra su ex empresa.

Durante el juicio, largo y duro, Joe y Andrew deben enfrentarse a constantes ataques y a intentos de demostración de la incompetencia de Andrew, pero poco a poco, la homofobia y el SIDA se van haciendo más presentes, tan presentes como fuerte se va haciendo la amistad entre Joe y Andrew, y más se debilita la salud de Andrew.


Joe y Andrew en las interminables sesiones del juicio
Joe y Andrew en las interminables sesiones del juicio


Y como es evidente, y pese a que estamos ante todo un clásico, hasta aquí lo que os podemos contar del argumento de “Philadelphia”.

Una de las cosas que más nos ha sorprendido de “Philadelphia” es su sobrio montaje, sustentado en vez de en la vida privada de su protagonista, en el juicio que este emprende contra la empresa que le ha despedido. Esta situación le transfiere a “Philadelphia” la posibilidad de contar y transmitir la vida normal de sus dos protagonistas, Andrew con su familia y su novio (interpretado por Antonio Banderas) y Joe con su esposa y su hija recién nacida, e incidiendo en los problemas de rechazo, por su sexualidad y su enfermedad, que sufre Andrew en su día a día.

En su lado negativo nos encontramos que, “Philadelphia” tiene un avance irregular en su trama lastrado quizá, por su imposibilidad de mostrar el paso del tiempo de forma creíble ya que, únicamente tenemos el deterioro físico de Andrew como referencia y al final, da la sensación de caer en la precipitación. También falla un poco, en la profundidad del drama que viven Andrew y su familia, quizá por el puritanismo yanqui, pero se hubiese agradecido algo más de drama.

Interpretativamente, “Philadelphia” supuso un antes y un después para tres de sus intérpretes, para Antonio Banderas, quien interpreta a Miguel (el novio de Andrew) supuso una entrada por la puerta grande a Hollywood, para Denzel Washington, su papel de Joe Miller le permitió, además de construir un gran personaje (el que más evoluciona durante toda la película), llegar a la cima del firmamento de Hollywood donde su papel aún se recuerda a día de hoy. Con todo, el cambio más grande lo supuso para Tom Hanks, un hombre que, hasta que dio vida, magistralmente a Andrew, era famoso por hacer comedias y desde entonces, se ha encumbrado en grandes producciones.

Sin lugar a dudas, y pese a que los agujeros que tiene, “Philadelphia” es una gran película, con grandes interpretaciones que trata un tema nada fácil, haciéndolo realmente bien. Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Philadelphia” es de un 8 sobre 10.



Título original: “Philadelphia” – USA – 1993
Dirigida por: Jonathan Demme
Duración: 119 minutos
Género: Drama, LGBTI
martes, 14 de junio de 2022

¿Quién es Anna?

¿Quién es Anna?
Desde hace unos años, una profesión se ha abierto paso rápidamente en nuestras vidas y sobre todo en nuestro día a día, os hablamos de los “influencers”, un colectivo con un perfil realmente sorprendente ya que, amasan grandes sumas de dinero pese a que, en su gran mayoría, carecen de formación alguna y basan todo su poder en vender su imagen, o su palabra sobre los temas más variopintos (video juegos, deportes, moda, tecnología, etc.), seguramente todos tendremos uno o varios nombres en la cabeza.

De todas formas, ¿qué es un influencer? Pues lo podríamos definir como una persona que tiene la capacidad de generar y movilizar opiniones por la credibilidad que esta desprende en un tema concreto. Podríamos encontrar en una hipotética lista de influenciadores, desde Mahoma o Jesucristo hasta Gandhi o de forma más mundana Rubius, las Kardashian y bajando (¡dónde iremos a parar!).

Hoy, en esta entrada, os hablaremos de una miniserie que nos cuenta las hazañas de una influencer reciente que cautivó y embaucó a la clase pudiente de Nueva York entre 2013 y 2017. Os hablamos de Anna Delvey (realmente Anna Sorokin), y de la serie de la plataforma de streaming Netflix, “¿Quién es Anna?”

“¿Quién es Anna?” empieza presentándonos a Vivian Kent (a quien da vida Anna Chlumsky), una periodista en horas bajas que trabaja para una revista llamada “Manhattan Magazine”. Vivian, cuestionada en su propia empresa, se enfrenta a sus jefes porque no quiere el nuevo artículo que le ofrecen (sobre el caso “mee too” en Wall Street) y prefiere investigar el caso de una joven recientemente detenida llamada Anna Delvey (Julia Garner).

Kent ve en lo que conoce de Anna Delvey la posibilidad de una gran historia mientras limpia su imagen después de que, en un pasado reciente, publicara información incierta. Sus jefes, de entrada, poco dispuestos a concederle el artículo que quiere, le dan un plazo corto para que trabaje en él y les presente una maqueta del artículo de Delvey.

Los primeros casos con el paso le llevan al centro penitenciario donde está retenida en espera de juicio la joven Anna Delvey después de pasar por su abogado. Anna, reacia a dar entrevistas, ve en Kent la posibilidad de contar su vida y mantener, de una forma u otra, la popularidad conseguida tiempo atrás, por tanto, la acepta como visita.

Anna, de buenas a primera se muestra fría y dura empieza a contarle a Vivian Kent su vida. Tres años antes, Delvey llegó a Estados Unidos desde Alemania donde se quedó su rica familia, todos emigrantes de Rusia donde tenían en apellido Sorokin. Delvey muy pronto se rodeó de gente poderosa, de la alta sociedad, gente que, como ella puede mover grandes cantidades de dinero en fiestas, arte y lujo, aunque ella tiene una particularidad, está pendiente de recibir un fondo fiduciario de su familia.

Un tiempo después, y con un buen círculo de amistades y conocidos, Delvey tiene la idea de crear la ADF (la Anna Delvey Foundation) un club privado y fundación de arte en el emblemático 281 Park Avenue South. Con su objetivo en mente, Anna va ofreciendo a miembros de alta sociedad incorporarse a su proyecto. Proyecto para el cual necesita una gran cantidad de dinero.


Anna Sorokin ejerciendo su influencia
Anna Sorokin ejerciendo su influencia


Para conseguir esta cantidad, y en base a su labia y su fondo fiduciario Anna entra en contacto con bancos como el City National y fondos como el Fortress quienes, estudian la posibilidad de invertir en la ADF.

Mientras se confirma la multimillonaria inversión Anna vive en hoteles de gran lujo donde paga propinas a sus empleados de 100$ por hacer trabajos rutinarios, viaja en jet privado, asiste a fiestas y todo, lo va publicando en su cuenta de Instagram.

Más adelante, y mientras su proyecto empieza a hacer aguas por la imposibilidad de confirmar el fondo fiduciario que alega, Anna y tres amigas se van una semana a uno de los complejos más lujosos del mundo, el “La Mamounia” de Marruecos donde sus amigos pronto confirman que Anna tiene un problema económico, pues Rachel, una de las amigas tiene que hacer frente a los más de 60000$ de la estancia.

Después de este viaje y de la imposibilidad de Anna de devolverle el dinero a Rachel, y visto que no le concederán el crédito, Anna decide intentar suerte para su fundación en Los Ángeles donde al poco de llegar y a través de una denuncia, es detenida.

“¿Quién es Anna?” llega hasta que Anna Sorokin / Delvey tiene el veredicto de su juicio por fraude bancario y robo de servicios, aunque como llega hasta allí y lo que sucede en el juicio nos lo guardaremos celosamente.

Técnicamente, no os engañaremos “¿Quién es Anna?” es una serie que empieza muy lentamente haciéndose muy difícil de seguir ya que, uno si desconoce la historia corre el riesgo de desengancharse fácilmente. La estructura, basada en 9 capítulos de, como mínimo, una hora de duración, no ayudan a explicar la historia ágilmente hasta casi llegado a su tramo final, donde las acciones se suceden rápidamente y con sentido.

Desde el punto de vista argumental, nos ha sorprendido el montaje de la historia, dando un capítulo a cada una de las personas que, o son amigas de Anna o han sido estafadas o utilizadas por ella en su andadura por Manhattan. Hubiese podido ser una buena idea, pero “¿Quién es Anna?” creemos que necesitaba un argumento más acorde a la línea temporal en que sucedían las acciones, le hubiese dado más coherencia y reduciendo la duración de los capítulos, más rapidez.

Interpretativamente hablando, las dos actrices principales, Julia Garner dando vida a Anna Sorokin / Delvey y Anna Chlumsky interpretando a Vivian, nos han dejado bastante fríos, ya que Garner se ha quedado sin hacerse suyo el personaje, si cuando está en la cárcel ni en las fiestas de Manhattan, y a Chlumsky la hemos visto sobreactuada y poco creíble. De destacar a alguien, destacaríamos a Laverne Cox y a Alexis Floyd, dando vida a la entrenadora personal Kacy y Neff respectivamente, dos de las amigas de Anna.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “¿Quién es Anna?” es de un 6.5 sobre 10.



Título original: “Inventing Anna” - USA
Género: Drama
Año de creación: 2022
Año de finalización: 2022 (temporada única)
Capítulos: 9 de unos 60 o 75 minutos.
lunes, 6 de junio de 2022

Titanic

Titanic Poster
No os vamos a engañar, creo que hemos perdido la cuenta de las veces que, desde que se estrenó en 1997 menos dicho: “tenemos que verla”, pero siempre, desde ese momento, se ha interpuesto algo entre nosotros y la pequeña pantalla, y sabemos que es, la duración de la película (unas 3 horas y 15 minutos) y que, ha sido tan spoileada que, teníamos la sensación de haberla visto ya más de 10 veces.

Al final, ha tenido que darse una doble carambola, un viaje lejos de casa y una velada aburrida en un hotelito con el único entretenimiento de una pantalla de televisor, y un anuncio tentador: “en breves minutos “Titanic””.

Así pues, sin más excusas que buscar, tomamos posesión ante la pantalla y nos dispusimos a ver la historia, mil veces contada, del viaje inaugural del mayor barco de pasajeros del mundo, el “Titanic”.

“Titanic” empieza desplazándonos a bordo del buque oceanográfico ruso Akadémik Mstislav, donde el buscador de tesoros Brock Lovett acaba de realizar una inmersión al interior del Titanic con el objetivo de obtener joyas, aunque lo que rescata son papeles mojados y un dibujo de una joven desnuda, datado del 14 de abril de 1912, el día en que se hundió el Titanic.

Una vez anunciado el descubrimiento, lejos de allí, una anciana de 101 años, Rose Dawson se reconoce en el boceto y se pone en contacto con Lovett. No sin dificultades, le cuenta la verdadera historia del hundimiento del buque ya que ella, aunque fue dada por muerta en su momento, es una de las únicas supervivientes de la tragedia.

Llegados a este punto, la acción se sitúa en el Southampton de 1912, la noche que zarpa el buque RMS Titanic. De buenas a primeras, vemos embarcando en primera clase nos encontramos a Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet) junto a su prometido, el arrogante Cal y su madre. No muy lejos de allí, en una taberna nos encontramos a Jack (Leonardo DiCaprio) ganando en una partida el dinero suficiente para embarcarse, en tercera clase en el Titanic, rumbo a una nueva vida.

La noche en que zarpa el barco, y mientras Jack toma el aire a cubierta, Rose intenta suicidarse arrojándose al mar (no soporta la vida que le espera junto a un hombre que no quiere) pero Jack se lo impide, aunque le acaba costando un enfrentamiento con la policía del barco, por suerte para él, una mentira de Rose le salva del calabozo y consigue que Cal lo invite a cenar la noche siguiente.

A partir de este momento algo se rompe en la vida de Rose, ya que, contra la voluntad de su madre, decide apartarse de Cal y acercarse a Jack, a quien, después de unos paseos por cubierta y varias conversaciones acaba proponiendo que le pinte desnuda (el dibujo que encuentra Lovett al comienzo). Y no solo eso, si no que ambos caen rendidos al amor.

Dos días después de conocerse, la noche del 14 de abril, y después de haber hecho el amor, se producirá un nuevo y radical giro en sus vidas ya que, de la nada, aparecerá un gran iceberg que no podrá esquivar del todo el RSS Titanic, provocando enormes fisuras en su casco.


Jack y Rose, contra viento y marea en "Titanic"
Jack y Rose, contra viento y marea en "Titanic"


Ya con el barco empezando a hundirse y la tripulación intentando salvar a las mujeres y niños de primera clase en los pocos botes disponibles en el Titanic, Jack es apresado y esposado en un camarote de la zona baja, lo que provocará que Rose mueva cielo y tierra para salvarle antes de que muera ahogado.

¿El final de “Titanic”? Pues, aunque es conocido por todos, nosotros dejaremos aquí nuestro desglose argumental, guardándonos la parte más emotiva de toda la cinta.

Os debemos asumir que, cuando uno ve “Titanic” de James Cameron, muy pronto se da cuenta de que está ante una de esas películas únicas, que difícilmente quedarán anticuadas y que, dure lo que dure, no se hará larga, y es verdad ya que, “Titanic” es una de esas películas técnicamente redondas que además se sustenta con un gran trabajo argumental y de ambientación, es decir, “Titanic” es todo un clásico.

Argumentalmente, “Titanic” nos cuenta, muy acertadamente, la historia de amor entre dos jóvenes de clases sociales muy distintas, Jack y Rose, separados no solo por unas cuantas cubiertas de buque si no por un océano social en el que tendrán que sortear múltiples peligros, y todo en un entorno de excepción, el fantásticamente bien documentado viaje inaugural del buque más grande de la historia (por esas fechas), el “RSS Titanic”.

Técnicamente, James Cameron aplicó en 1997 lo efectos especiales más punteros, y lo hizo como sabe él, a la perfección, dando realismo a una situación que, obviamente no se grabó en el Titanic original pero que nadie, ningún espectador, imagina que esto no es así.

Desde el punto de vista interpretativo, nos quitamos el sombrero ante el grandísimo trabajo de todo su casting. Por un lado, por haber escogido a los dos actores más guapos y con más gancho del momento, el veinteañero (por ese entonces) Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Dos actores que, por ese entonces estaban en las carpetas de todos pero que, con sus papeles en esta cinta, saltaron al estrellato de Hollywood por méritos propios.

Poco más añadiremos porqué poco más hay que añadir sobre “Titanic”, así que, por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final sobre “Titanic” es un 8.5 sobre 10.



Título original: “Titanic” – USA – 1997
Dirigida por: James Cameron
Duración: 195 minutos
Género: Romántico, Drama