Por
primera vez desde que escribimos en este pequeño rincón, los del equipo no
sabemos ni cómo, ni por dónde empezar a relataros nuestra opinión de la película
que, seguramente, será la protagonista absoluta de la cartelera durante las
próximas semanas.
Y
es que, tras la publicación del primer volumen de la trilogía 50 sombras, se
generó un auténtico fenómeno fan en torno a estos libros, los cuales llegaron a ser considerados
como pornográficos y escandalosos por numerosos sectores de la
ciudadanía. Estas novelas, catalogadas por muchos como literatura femenina, llegaron
a casa de este par de hombres que aquí escriben durante el verano del año 2012,
siendo devoradas enteras en apenas un par de semanas.
A
pesar de que no nos parecieron ninguna joya, sí que nos resultaron entretenidas
y adictivas a partes iguales gracias a un elemento esencial, basado en
introducir las prácticas sadomasoquistas como eje en torno al cual se construye
una historia de amor poco a poco.
Durante
el viernes 13 de febrero se ha estrenado en España la primera película de la
trilogía de “50 sombras de Grey”, en la que, como la mayoría de vosotros
suponemos que sabéis, se nos explica cómo la estudiante de filología inglesa
Anastasia Steele (Dakota Johnson) conoce al joven y atractivo magnate de los
negocios Christian Grey (Jamie Dornan) durante una entrevista que la primera
realiza al segundo con el fin de publicarla en el periódico de su facultad.
Tras
un primer encuentro en el que ella se sintió intimidada por él, ambos comienzan
a verse más a menudo, siendo su acercamiento cada vez más y más profundo hasta
llegar al punto en el que ella comienza a atravesar muros que habían sido infranqueables hasta ese momento, y que tienen que ver con las peculiares
prácticas sexuales que Christian acostumbra a llevar a cabo. Sin embargo, Anastasia
tiene algo que pone a prueba a nuestro protagonista, llegando ambos a mantener
una relación llena de altos y bajos y en la que quizás ambos puedan llegar a satisfacer sus deseos… ¿o quizá, no? Ya os avanzamos que, si no os habéis leído el libro o
no habéis visto la peli, tendréis que hacer una (o ambas) cosas para encontrar
la respuesta, por lo que pasamos directamente a daros nuestra valoración.
Los
40 millones de presupuesto con los que contaba esta producción se traducen en
unos decorados suntuosos, un vestuario masculino impecable, un dispendio en helicópteros
y vehículos de lujo por doquier… pero, en ningún caso, vemos que aquellos aspectos
importantes en toda película estén bien cuidados.
Así,
comenzando por el guión, podemos destacar que ha basado su fidelidad al libro
en base a recoger muchas escenas pertenecientes al inicio del mismo, algunas de
la parte central, y unas pocas de la parte final. Si bien esto podría dar como
resultado una película muy fiel a la novela en la que se basa, cabe destacar
que las escenas seleccionadas son, en su mayoría, planas, innecesarias,
faltadas de ritmo y, por qué no decirlo, bastante soporíferas y estúpidas.
¿Dónde ha quedado aquello de que, para realizar una buena adaptación
cinematográfica, es necesario seleccionar lo más importante para,
posteriormente, adaptar la historia al canal de transmisión a utilizar sin que
ésta pierda su conexión con la original? ¿No ha quedado ya lo bastante claro
que un guión tiene que tener capacidad para enganchar al espectador?
En
cuanto a los personajes y actuaciones, ni qué decir que el ya de por si poco
espacio de los secundarios en las novelas ha quedado reducido al absurdo en
esta primera cinta, recayendo todo el protagonismo sobre un Jamie Dornan y una
Dakota Johnson que no destacan ni por su expresividad, ni por la calidad de su
actuación. De hecho, a él ni siquiera le vemos como Christian Grey, mientras
que en ella no encontramos
mas que una interpretación simplemente correcta, aunque ajustándose bastante más al personaje femenino principal descrito en la novela que su homólogo masculino. En cualquier caso, no hay
química entre ambos actores, quedando sus escenas en todo momento muy forzadas,
lo que confluye en un resultado final poco creíble.
Pero
lo peor de esta “película” es, sin duda, la transformación que han hecho con
una novela que, pese a ser muy comercial, destacaba por su original forma de
tratar con mayor profundidad y desde otra dimensión distinta, el aspecto sexual
que compone una relación sadomasoquista, pasando a ser un pastel supuestamente
romántico repleto de escenas ridículas y carentes de sentido que consiguen
aburrir hasta a las ovejas. De hecho, hay en el mercado infinidad de películas
románticas sin pretensiones que, aunque no son en absoluto originales, son
muchísimo más digeribles que esta bazofia infumable, incoherente y patética que
la industria del cine americana nos ha servido en bandeja de plata, tratando a
los espectadores de idiotas patológicos al pensar que se tragarían que la
hamburguesa del McDonald’s que nos han servido pasaría por un buen plato de
solomillo con su correspondiente guarnición.
Una
vez dicho todo esto, sólo nos queda deciros que esta película es, a nuestro
juicio, la peor adaptación que se ha hecho de un libro en la historia reciente,
así como una de las peores películas que hemos visto en mucho, mucho tiempo (si
es que no es la peor).
Por
todo ello, nuestra nota final es de un 1 sobre 10, aconsejándoos que paguéis el
dinero del cine sólo si os va el sadomasoquismo no erótico-festivo.
Título original: “Fifty Shades
of Grey” – USA – 2015
Dirigida
por: Sam Taylor Wood
Duración:
124 minutos
Género:
Drama erótico