Estos últimos años, el ritmo que ha tomado
nuestra vida y la sociedad actual nos ha llevado, cada vez más, a un
aislamiento (a lo que, el maldito COVID ha contribuido también) en la
tecnología, aprovechando la facilidad de conexión permanente, las noticias casi
a tiempo real, y todo, desde la palma de nuestra mano y en alta definición.
Lo
vemos constantemente en las calles, es más, lo sufrimos la mayoría de los que
ahora mismo estáis leyendo esta entrada, y no, no nos referimos a dolor de
espalda, de garganta o de miedos, nos referimos a esta sensación tan actual de
que alguien muy cercano, o incluso nosotros mismos, estamos totalmente pendientes de las
relaciones/conversaciones online (esa herramienta tan útil y tan destructiva a
la vez que es el WhatsApp) mientras desatendemos a quien tenemos al lado.
A través de la tecnología, hablamos, hacemos
vídeos e incluso algunos ligan y se relacionan, pero esto tiene una línea muy
delgada y a la vez muy peligrosa, que la verdad, no conviene traspasar.
Hacerlo, nos puede acarrear problemas de distinta índole. Uno de estos
problemas nos lo cuenta magistralmente Spike Jonze en su drama de 2013, “Her”
que hoy, os comentamos en este rincón.
“Her” empieza presentándonos a Theodore (a quien da vida Joaquin
Phoenix) un hombre, de mediana edad, solitario y triste que trabaja en una
empresa que se dedica a escribir cartas personales para sus clientes. En casa,
su vida no cambia mucho, juega a juegos de realidad virtual, se conecta a chats
sexuales online, y todo para intentar pasar el tiempo y conciliar el sueño.
Un día yendo a trabajar, ve un anuncio sobre un nuevo sistema operativo
totalmente sensitivo al estado de ánimo del usuario, sin pensarlo mucho, lo
adquiere y esa misma noche lo instala en su ordenador después de una breve
encuesta personal. Por sorpresa de Theodore la voz que sale de su ordenador le
engancha totalmente, se hace llamar Samantha y es tremendamente inteligente,
sin planteárselo se engancha a ella.
Pronto Samantha empieza a llamarle para organizarle la agenda,
recordarle que tiene emails a contestar y poco a poco, implicándose en su vida
detectándole el estado de ánimo, permitiéndole que le cuente su reciente
separación sentimental y, sobre todo, motivándole a vivir en vez de hundirse.
Para conseguirlo, Samantha acompaña a Theodore en su día a día, en un parque de
atracciones, paseando, etc.
Presionado por Samantha, Theodore acepta una cita que unos amigos le
proponen, con todo, es incapaz de finalizar la cita volviendo a casa mal.
Mientras se lo cuenta a Samantha, esta le confiesa a Theodore que le gustaría
ser de carne y hueso en vez de un sistema operativo, a lo que Theodore le
responde que para él ya es real. Los sentimientos de ambos están a flor de piel
y acaban teniendo ciber sexo.
A pasos agigantados, Theodore y Samantha comparten excursiones a la
playa, sesiones de música, y largos ratos de conversaciones sobre sentimientos
propios, sobre el pasado en pareja de Theodore y sobre sus sentimientos al
respecto. Gracias a estas conversaciones, Theodore acepta firmar el divorcio de
su anterior pareja.
El solitario Theodore (Phoenix) instalando a Samantha |
A la vuelta del encuentro con su ex, Samantha le propone, muy
insistentemente que contraten a una chica para que los tres tengan sexo, aunque
los sentimientos impedirán que eso funcione. Esta acción acaba resultando el
detonante de los sentimientos de Theodore, de sus problemas de comunicación,
etc.
¿Logrará Theodore superar la evolución del sistema operativo de Samantha
y la distancia que hay entre hombre y máquina? Nosotros como ya os podéis
imaginar, sabemos la respuesta, aunque obviamente, nos reservaremos.
La apuesta argumental y técnica de “Her” es realmente espectacular, ya
que parte de la idea básica de un enamoramiento, pasando por casi todas sus
fases (descubrimiento, conocimiento, confianza, intimidad sexual, desconfianza,
celos, incomunicación, etc,), aunque, a la vez innovando brutalmente, ya que
este enamoramiento se produce entre un hombre real y un sistema operativo dotado
de inteligencia artificial en un tiempo, seguramente no muy lejano al actual.
Estéticamente y en cuanto a su BSO, “Her” merece una atención especial,
ya que ambas facetas de “Her” ayudan a que el espectador se sienta parte de la
historia, implicándose en ese amor que tanto remarca el aislamiento de Theodore
haciéndolo todo, perfectamente real, aunque hoy por hoy (quizá no cuando leáis
esta crítica) sea pura ciencia ficción tecnológica.
Interpretativamente hablando nos quitamos el sombrero ante un inmenso Joaquin
Phoenix, quien casi en solitario, no solo mantiene “Her” si no que la potencia
convirtiendo su trabajo, para nosotros, en un caso de estudio para cinéfilos.
Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Her” es de un
8 sobre 10.
Título original: “Her” - 2013 – USA
Dirigida por: Spike Jonze
Duración: 126 minutos
Género: Drama