En muchas ocasiones, en el mundo del blogging,
parece que impera la obligación de hablar sobre temas de actualidad y esto,
aplicado al mundo del cine implica casi siempre, hablar de los últimos estrenos
llegados a nuestras carteleras o, en la actualidad, al catálogo de las plataformas
de streaming.
Nosotros, como en tantas otras cosas, tenemos
nuestras rarezas y no nos fijamos tanto en los estrenos como en explorar
distintas opciones y géneros que nos permitan descubrir y disfrutar del mundo
del cine. Bajo este precepto, esta cuarentena que nos ha tocado vivir, nos ha
abierto varias puertas, una de ellas la de disfrutar de las maratones de series
y una de las otras, descubrir películas que, pese a haber marcado la historia
del cine, no les habíamos dado una opción hasta ahora.
La primera de estas películas que hemos visto es
una obra que este año cumple nada más y nada menos que 95 años. Sí, hoy en este
pequeño rincón os queremos hablar de la niñita de los ojos de uno de los
grandes del cine, Charles Chaplin, la película titulada “La quimera del Oro”.
“La quimera del Oro” nos desplaza directamente a
la frontera entre Estados Unidos y Canadá durante la época en que se declaró la
conocida “fiebre del oro” cuando miles de personas querían cruzar hasta la
región de Klondike para hacer fortuna. Entre todas esas personas, nos
encontramos con un vagabundo, el “prospector solitario” (a quien da vida el
propio Charles Chaplin).
En medio de una terrible tormenta y cuando está
a punto de morir, nuestro protagonista se encuentra con un destartalado refugio
habitado por el malvado Black Larson quien, por activa y por pasiva, intenta
deshacerse del recién llegado sin demasiado éxito. De hecho, al poco tiempo
acaba llegando también a la vieja cabaña otro buscador de oro, Big Jim Mac Kay.
Sin comida, el hambre pronto hace acto de presencia
y antes de que las cosas se compliquen, entre los tres deciden que uno de ellos
salga a la tormenta para encontrar comida. El elegido, por sorteo, resulta ser
Larson quien sale sin rechistar, aunque al final, opta por abandonar a los
otros dos hombres en la casa.
Mientras, en la cabaña el ingenio del
“prospector solitario” les salva la vida, primero cocinando un delicioso zapato
cuando Big Jim le ve como un delicioso pollo gigante y después matando a un oso
que se adentra en la cabaña.
Ingenio para superar la hambruna en el Klondike |
Cuando la tormenta amaina, ambos se separan y
nuestro protagonista se dirige a un pueblo cercano donde, atraído por la música
y la luz, entra en el cabaret y se enamora perdidamente de Georgia una de las
bailarinas y cortesanas del lugar.
Como no tiene lugar donde vivir, se hace amigo
del ingeniero Hank, quien le da de comer, le acoge en su casa y se la deja en
custodia mientras él sube al Klondike en una expedición, tiempo que aprovecha a
nuestro protagonista para acercarse de nuevo a Georgia y sus amigas,
invitándolas a la cena de año nuevo, mientras ellas aceptan la invitación
riéndose a sus espaldas.
Como ya os podéis imaginar, la cena no se
celebra, aunque como también os podéis imaginar ha llegado el momento de
deciros que, hasta aquí el desarrollo argumental de “La quimera del oro”, pues,
aunque la película es casi centenaria, es una delicia que no conviene destripar
hasta el final.
Técnicamente os diremos que, “La quimera del
oro” es una película realmente sorprendente ya que, consigue con poquísimos
recursos (sobre todo comparándolos con los que tienen hoy en día las películas)
trasmitir desde la inquebrantable lealtad de un vagabundo (el personaje de
Charles Chaplin) la visión lo peor de la condición humana. Una condición que
deja totalmente reflejada, tanto desde la más absoluta miseria hasta la
grandeza/riqueza, en ambos casos, buscando un mismo fin, el caprichoso y
sinuoso destino.
También nos gustaría remarcar el buen montaje de
la cinta, con tres partes claramente diferenciadas (la hambruna en la cabaña
del Klondike, el amor y la mentira en el pueblo, y la diferencia social en el
desenlace) que se complementan a la perfección para completar la fábula que nos
cuenta “La quimera del oro”.
Interpretativamente nos centraremos en dos personajes,
el del vagabundo interpretado por Charles Chaplin y el de Georgia (interpretado
por Georgia Hale). El trabajo de Chaplin interpretando al vagabundo o
“prospector solitario” es realmente brillante, ya que desde la ternura de sus
actos consigue hacernos ver la codicia y maldad del ser humano y hacerlo además
dejándonos una sonrisa en la boca cuando merecería dejarnos con lágrimas en los
ojos. También Georgia consigue, desde su personaje secundario dar un
contrapunto a esa maldad, descubriendo que, bajo la apariencia desarreglada del
vagabundo hay un hombre leal y bueno.
No os vamos a engañar, “La quimera del oro”, era una
de las películas favoritas y por la que quería ser recordado Charles Chaplin,
y es, hoy en día, una película realmente difícil de valorar pasados casi 100 años de su
estreno.
Con todo, y por todo lo que os hemos contado
hasta ahora, nuestra nota final para “La quimera del oro” es de un 9 sobre 10.
Una película absolutamente imprescindible para cualquier persona que ame el
cine.
Título original: “Golden Rush” - 1925 – USA
Dirigida por: Charles Chaplin
Duración: 95 minutos
Género: Comedia, Drama
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