lunes, 15 de septiembre de 2025

El cautivo

El cautivo - Poster

Crear una película enmarcada dentro del género de cine histórico es, en la mayoría de las ocasiones, como meterse en un berenjenal ya que, casi siempre, es completamente imposible hacer un reflejo fiel de la época o los actos que se quieren contar, más que nada, porque cada uno tiene su visión e interpretación de los hechos.

 

Con todo, son muchos los directores que lo han intentado con más o menos éxito y sobre todo, con más o menos polémica, ahí tenemos, por ejemplo a Ridley Scott y sus “Gladiator” o incluso al hispano-chileno Alejandro Amenábar con su “Ágora” o más recientemente con “El Cautivo”.

 

Y es precisamente esta última, “El cautivo” de Alejandro Amenábar, la película que os queremos comentar hoy, sobre todo porque ha llegado a nuestros cines rodeada de una gran polémica provocada por aquellos a los que, un beso entre dos hombres duele más que cualquier guerra.

 

“El cautivo” es la, hasta el momento, última apuesta de Alejandro Amenábar en el cine después de seis años sin ningún estreno y nos cuenta el cautiverio vivido por el célebre escritor español Miguel de Cervantes en Argel.

 

“El cautivo” empieza situándonos en el Argel de 1575, justo en el momento en que un grupo de corsarios llega a la ciudad con un grupo de presos, durante la subasta de estos, descubrimos que entre ellos está un joven con un brazo dañado, Miguel de Cervantes (a quien da vida Julio Peña), cuando van a matarlo por ‘inútil’ para la venta, este saca un documento en el que indica que se trata de un “principal” lo cual hace que el gobernador, Hasán Bajá (interpretado por Alessandro Borghi) lo mantenga en cautiverio junto al cura inquisidor Blanco de Paz (interpretado por Fernando Tejero) y los soldados Diego de Castañeda y Beltrán.

 

Desde el primer momento, Cervantes descubre la extrema la dureza de la presión, donde los castigos físicos, psicológicos y mutilaciones están en el orden del día, y todo, mientras espera su único camino de salida, que alguien pague su rescate.

 

La única liberación que tiene Cervantes es la lectura, lectura que le proporciona otro preso, el clérigo Antonio de Sosa (interpretado por Miguel Rellán) quien pasa sus horas escribiendo. Viendo que él le sirve para evadirse de sus problemas, Cervantes decide empezar a contar las historias que lee y algunas que se inventa a sus compañeros de prisión.

 

Una de estas historias llama la atención de Hasán Bajá provocando que este le lleva sus dependencias, donde debe conseguir, con la continuación de la historia, sorprender al gobernante. Cuando lo consigue, recibe como premio, un día de libertad para estar en la ciudad.

 

En su paseo por Argel, Cervantes descubre la vida de la ciudad, donde la libertad se respira en cada esquina y alguna barberías, son punto de encuentro entre hombres jóvenes.

 

Poco a poco, la relación en Bajá y Miguel de Cervantes va tomando una extraña afinidad, entre confesiones de uno y otro, lecturas de libros, baños y momentos íntimos en el Hammam privado del gobernante.


Cervantes contando historias a los presos
Cervantes contando historias a los presos

Todo esto sin dejar de urdir planes de fuga en los que, el fracaso y las traiciones se combinan en número y forma.

 

Os preguntaréis, ¿consigue Miguel de Cervantes salir de la prisión? Es obvio que sí, pues en su cautiverio en Argel aún no había escrito “Don Quijote de la Mancha”, pero no os contaremos ni como lo hace ni cuándo.

 

Técnicamente os diremos que, en el equipo aplaudimos la iniciativa argumental de Amenábar, arriesgando al contarnos una parte muy desconocida de la vida de Miguel de Cervantes, su cautiverio en Argel y lo hace proponiéndonos la idea de una relación personal (bastante homoerótica) con su captor. Para muchos, un ultraje, pero bien visto, no seria descabellado teniendo en cuenta, tanto la forma de vida en la sociedad de Argel como los deseos de libertad y lucha por la vida del propio Cervantes.

 

Con todo, y pese a la provocación que busca Amenábar, el resultado final acaba siendo demasiado cojo ya que, si bien es verdad que la reflexión sobre la libertad, el reflejo del sufrimiento físico, los dilemas morales y el poder de la palabra se tratan con maestría, “El cautivo” peca y mucho, de un ritmo irregular en su narración y de una falta de profundidad y definición de varios de sus personajes.

 

Uno de los puntos fuertes de “El Cautivo” es, sin lugar a duda, el aspecto visual resultando una película perfectamente cuidad, tanto en relación con el vestuario, a la atmósfera que se respira en el Argel del S.XVI, sus palacios, patios, etc.

 

Por otro lado, uno de sus grandes hándicap o puntos débiles de “El cautivo” es para nosotros, que en ella se han querido tocar demasiados temas (la homosexualidad, el poder, la traición, el fanatismo, la resiliencia, etc.) y desgraciadamente, no todos son tratados ni con la misma fuerza ni destreza.

 

Interpretativamente hablando, “El cautivo” os diremos que nos ha gustado mucho el trabajo de un secundario, Miguel Rellán dando vida al padre Sosa, por el contrario, Julio Peña dando vida al gran protagonista, Miguel de Cervantes, pese a gustarnos, nos ha dejado bastante más fríos quizá, porque su personaje merecía más definición o más profundidad.

 

Para nosotros, “El cautivo” es una película con grandes momentos, con una buena reflexión pero que, desgraciadamente se queda muy corta con lo que hubiese podido ser. Sin lugar a duda, no es de lo mejor de Amenábar.

 

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “El cautivo” es de un 6 sobre 10.  

 

 

 

 

Título original: “El cautivo” – España – 2025

Dirigida por: Alejandro Amenábar

Duración: 133 minutos

Género: Drama, histórico

 

 

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