Las fiestas
de Navidad dan para mucho: comilonas, cenas, sobremesas, charlas e, incluso,
engancharse a ver películas en televisión que, en otras situaciones, sería
prácticamente imposible que les dedicáramos más de cinco minutos, forman parte
de la tónica habitual de estos días. En esta ocasión, en casa dio tiempo para
todo, incluso para sentarnos a ver “Gigoló”.
La historia empieza
presentándonos a Deuce Bigalow (Rob Schneider), un humilde limpiador de
acuarios y estanques. Un día, es llamado para un trabajo a la mansión de
Antoine Laconte (Oded Fehr) para que le limpie su espectacular acuario. Allí,
Deuce descubre que su cliente se dedica al viejo trabajo de la prostitución
masculina, o mejor dicho, es un gigoló de gran fama.
Sin quererlo
ni beberlo, nuestro protagonista se queda al cargo de la mansión de Antoine
mientras éste sale de viaje, ya que, en su acuario, tiene un extraño pez que
solo Deuce puede cuidar. Como no puede
ser de otra manera, a las primeras de cambio ocurre la desgracia y tanto la cocina
como el acuario de Antoine quedan hechos añicos.
Como el
responsable todo el desaguisado es Deuce, él mismo debe solucionar el problema
antes de la vuelta de Antoine, aunque, como es evidente, con un sueldo de
limpiador de acuarios no puede hacer frente a tales reparaciones, por tanto
debe recurrir a T.J. un proxeneta que le puede introducir en el mundo de la
prostitución.
A partir de
aquí, T.J. va proporcionándole a las más variopintas clientas, desde una obesa
afroamericana, hasta una mujer con gigantismo pasando por una enferma de
Tourette. Evidentemente, el trabajo de gigoló no es lo que había previsto
inicialmente, ya que nuestro protagonista esperaba cruzarse con los monumentos
de Antoine, pero tiene que conformarse con su elenco, con el que, a base de
situaciones más o menos cómicas, llega a entablar algo más que una buena
amistad.
Un amor de alturas para nuestro Gigoló |
De todas
formas, ¿consigue Deuce reunir el suficiente dinero para reconstruir la mansión
de Antonione? Evidentemente… no os lo vamos a contar desde esta página ya que,
aunque estemos ante una comedia, no es nuestro objetivo desvelar ningún
desenlace.
Técnicamente,
“Gigoló” es una película poco destacable, ya que lo que más nos llamó la
atención fue el trabajo de Rob Schneider dando vida al patoso gigoló,
evidentemente no se trata de un personaje complicado, pero Schneider
sencillamente da el pego. Sobre el resto de personajes, poco os vamos a decir,
ya que todos son meramente secundarios al servicio del gag fácil.
Como comedia,
“Gigoló” es una película que tiene sus momentos divertidos, aunque en ningún
momento llega a ser una gran película, aunque haya tenido ya varias partes.
Nuestra valoración es de un 5 sobre 10, ya que, aunque es una película bastante
mediocre, cumple como comedia de sobremesa.
Título original:
“Deuce Bigalow: Male Gigolo” – 1999 – USA
Dirigida por:
Mike Mitchell
Duración: 88
minutos
Género:
comedia