Si hay
algo más doloroso que sufrir una enfermedad, esto es que la sociedad te
estigmatice y señale por haber sufrido o estar sufriendo dicha enfermedad. Lo
estamos viendo actualmente en algunos casos de covid (hay despidos por caer
enfermo de covid), pero, sobre todo, se vivió a comienzos de la pasada década
de los 80 con la irrupción de la pandemia del SIDA (síndrome de
inmunodeficiencia adquirida).
A
comienzos de 1981, se extendió como la pólvora una nueva enfermedad que, casi
sin remedio, mataba a quien la cogía, aunque claro, con la salvedad que, "sólo"
la cogían los homosexuales, o eso se decía, aunque imaginaros que panorama,
señalado por sexualidad y a la vez por enfermo. Y precisamente de esto va la
miniserie de Russell T. Davies para la británica Channel 4 (y distribuida en
España por HBO): “It’s a sin”.
“It’s
a sin” empieza desplazándonos a la Inglaterra de 1981. Allí, en un pequeño y
cerrado pueblo nos encontramos con el joven Ritchie Tozer (a quien da vida Olly
Alexander) quien, empujado con un padre controlador, se muda a Londres, en
teoría, para estudiar derecho. Al mismo tiempo, y en un ambiente igualmente
hermético, nos encontramos con Roscoe Babatunde (Omari Douglas) un obrero de la
construcción que debe huir de su casa al poco de salir del armario.
El
destino de Ritchie y Roscoe, al igual que el de muchos otros jóvenes es la gran
ciudad, Londres, un lugar donde vivir sin complejos. Muy pronto, Ritchie y
Roscoe se juntan con Jill Baxter (Lydia West), Ash (Nathaniel Curtis) y Collin
Morris (Callum Scott) y deciden compartir piso, el “Palacio Rosa” donde,
además, celebrarán multitudinarias fiestas. Los cuatro chicos, homosexuales y
Jill, la amiga de todos ellos.
Ya, en
el primer capítulo vemos la personalidad de cada uno de ellos, ya que mientras
Collin es un chico cerrado, aprendiz en una importante sastrería, Ritchie,
quien rápido cambia su carrera de abogado por la de actor, es un chico abierto,
feliz y muy, pero que muy, promiscuo.
Muy
pronto, mientras los recién llegados a Londres descubren un nuevo mundo, del
otro lado del Atlántico empiezan a llegar noticias preocupantes sobre una
enfermedad que empiezan llamando el cáncer de los homosexuales, una enfermedad
que empieza a causar estragos en Estados Unidos.
Un
tiempo más tarde, la enfermedad ha llegado ya a Londres, donde Henry Coltrane,
el compañero de trabajo de Collin en la sastería enferma y es encerrado bajo
llave y aislado en una sala del hospital, en la que, ni los propios
trabajadores entran.
Un par
de años después, y mientras todos continúan luchando por sus carreras y
viviendo al máximo sus vidas, un compañero del grupo, Gloria/Gregory debe
enfrentarse a los mismos métodos de aislamiento por culpa de la enfermedad,
aunque en esta ocasión, apartado de la sociedad por su familia.
Los protagonistas de "It's a sin" en el Palacio Rosa |
Casi
tres años más tarde, en 1986, Collin es despedido de la sastrería donde trabaja.
Lejos de hundirse, se vuelca en su trabajo en la copistería, aunque la vida,
caprichosa te tiene reservada una sorpresa, ya que sufrirá ataques epilépticos
provocados por el SIDA. Sí, el reservado, callado y sin aparentes ligues, debe
enfrentarse al aislamiento y a la enfermedad. Por suerte para él, Jill, sus
amigos y su madre, se organizan para darle visibilidad y un trato justo, cosa
que consiguen.
Presos
del pánico, los amigos que quedan se enfrentan a pruebas, emprendiendo una
lucha sin cuartel por la visibilidad de la enfermedad, la lucha contra la
desinformación y los derechos de los enfermos, aunque como ya os podéis
imaginar, aún les queda bastante drama por vivir, aunque nosotros nos os lo
contaremos aquí.
Técnicamente
“It’s a sin” la podríamos definir como una serie tan brillante como dolorosa, a
la par que, súper necesaria, para concienciar, aún a día de hoy, el injusto
drama sufrido por millones de personas. “It’s a sin”, es para nosotros un canto
a la amistad, al amor y, en definitiva, a la vida de unos jóvenes que, huyendo
de unos ambientes cerrados y hostiles, se refugian en la libertad y
promiscuidad de Londres.
Pocas
series hasta el momento, han logrado transmitirnos una imagen tan clara de la
delicada línea que une el placer y la muerte, con unas escenas de sexo sin
tapujos, justificadas (y sin recrearse en ellas) que contrastan a la perfección
con la estigmatización de unos enfermos, la ocultación de los mismos y la
vergüenza que suponía que existiesen, cuando lo realmente vergonzoso es dicha
actitud.
Argumentalmente
os diremos que “It’s a sin” funciona casi a la perfección, mostrándonos una
línea clara desde la salida del armario de los protagonistas, pasando por la
fiesta, la liberación sexual y finalmente, el drama de la lucha contra la
enfermedad y los prejuicios sociales, y todo, en 5 acertados capítulos.
Interpretativamente
nos quitamos el sobrero ante el casting escogido, pero muy especialmente,
aplaudimos el brillante trabajo de un Oliver Alexander que se come la pantalla
dando vida a su Ritchie Tozer, y de una Lydia West que se acaba convirtiendo
más que en una amiga, en una madre y una abanderada de la lucha de sus amigos.
Sin lugar a dudas, todo un acierto.
Por
todo lo que os hemos contado, os recomendamos totalmente “It’s a sin” dándole
una nota de un 8.5 sobre 10.
Título original: “It’s a sin” – 2021 – Reino Unido
Dirigida
por: Russell T. Davies
Duración: 5 capítulos (de 45 minutos)
Género: Drama, LGTBI