miércoles, 24 de febrero de 2021

It's a sin

It's a sin
Si hay algo más doloroso que sufrir una enfermedad, esto es que la sociedad te estigmatice y señale por haber sufrido o estar sufriendo dicha enfermedad. Lo estamos viendo actualmente en algunos casos de covid (hay despidos por caer enfermo de covid), pero, sobre todo, se vivió a comienzos de la pasada década de los 80 con la irrupción de la pandemia del SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

A comienzos de 1981, se extendió como la pólvora una nueva enfermedad que, casi sin remedio, mataba a quien la cogía, aunque claro, con la salvedad que, "sólo" la cogían los homosexuales, o eso se decía, aunque imaginaros que panorama, señalado por sexualidad y a la vez por enfermo. Y precisamente de esto va la miniserie de Russell T. Davies para la británica Channel 4 (y distribuida en España por HBO): “It’s a sin”.

“It’s a sin” empieza desplazándonos a la Inglaterra de 1981. Allí, en un pequeño y cerrado pueblo nos encontramos con el joven Ritchie Tozer (a quien da vida Olly Alexander) quien, empujado con un padre controlador, se muda a Londres, en teoría, para estudiar derecho. Al mismo tiempo, y en un ambiente igualmente hermético, nos encontramos con Roscoe Babatunde (Omari Douglas) un obrero de la construcción que debe huir de su casa al poco de salir del armario.

El destino de Ritchie y Roscoe, al igual que el de muchos otros jóvenes es la gran ciudad, Londres, un lugar donde vivir sin complejos. Muy pronto, Ritchie y Roscoe se juntan con Jill Baxter (Lydia West), Ash (Nathaniel Curtis) y Collin Morris (Callum Scott) y deciden compartir piso, el “Palacio Rosa” donde, además, celebrarán multitudinarias fiestas. Los cuatro chicos, homosexuales y Jill, la amiga de todos ellos.

Ya, en el primer capítulo vemos la personalidad de cada uno de ellos, ya que mientras Collin es un chico cerrado, aprendiz en una importante sastrería, Ritchie, quien rápido cambia su carrera de abogado por la de actor, es un chico abierto, feliz y muy, pero que muy, promiscuo.

Muy pronto, mientras los recién llegados a Londres descubren un nuevo mundo, del otro lado del Atlántico empiezan a llegar noticias preocupantes sobre una enfermedad que empiezan llamando el cáncer de los homosexuales, una enfermedad que empieza a causar estragos en Estados Unidos.

Un tiempo más tarde, la enfermedad ha llegado ya a Londres, donde Henry Coltrane, el compañero de trabajo de Collin en la sastería enferma y es encerrado bajo llave y aislado en una sala del hospital, en la que, ni los propios trabajadores entran.

Un par de años después, y mientras todos continúan luchando por sus carreras y viviendo al máximo sus vidas, un compañero del grupo, Gloria/Gregory debe enfrentarse a los mismos métodos de aislamiento por culpa de la enfermedad, aunque en esta ocasión, apartado de la sociedad por su familia.


Los protagonistas de "It's a sin" en el Palacio Rosa
Los protagonistas de "It's a sin" en el Palacio Rosa


Casi tres años más tarde, en 1986, Collin es despedido de la sastrería donde trabaja. Lejos de hundirse, se vuelca en su trabajo en la copistería, aunque la vida, caprichosa te tiene reservada una sorpresa, ya que sufrirá ataques epilépticos provocados por el SIDA. Sí, el reservado, callado y sin aparentes ligues, debe enfrentarse al aislamiento y a la enfermedad. Por suerte para él, Jill, sus amigos y su madre, se organizan para darle visibilidad y un trato justo, cosa que consiguen.

Presos del pánico, los amigos que quedan se enfrentan a pruebas, emprendiendo una lucha sin cuartel por la visibilidad de la enfermedad, la lucha contra la desinformación y los derechos de los enfermos, aunque como ya os podéis imaginar, aún les queda bastante drama por vivir, aunque nosotros nos os lo contaremos aquí.

Técnicamente “It’s a sin” la podríamos definir como una serie tan brillante como dolorosa, a la par que, súper necesaria, para concienciar, aún a día de hoy, el injusto drama sufrido por millones de personas. “It’s a sin”, es para nosotros un canto a la amistad, al amor y, en definitiva, a la vida de unos jóvenes que, huyendo de unos ambientes cerrados y hostiles, se refugian en la libertad y promiscuidad de Londres.

Pocas series hasta el momento, han logrado transmitirnos una imagen tan clara de la delicada línea que une el placer y la muerte, con unas escenas de sexo sin tapujos, justificadas (y sin recrearse en ellas) que contrastan a la perfección con la estigmatización de unos enfermos, la ocultación de los mismos y la vergüenza que suponía que existiesen, cuando lo realmente vergonzoso es dicha actitud.

Argumentalmente os diremos que “It’s a sin” funciona casi a la perfección, mostrándonos una línea clara desde la salida del armario de los protagonistas, pasando por la fiesta, la liberación sexual y finalmente, el drama de la lucha contra la enfermedad y los prejuicios sociales, y todo, en 5 acertados capítulos.

Interpretativamente nos quitamos el sobrero ante el casting escogido, pero muy especialmente, aplaudimos el brillante trabajo de un Oliver Alexander que se come la pantalla dando vida a su Ritchie Tozer, y de una Lydia West que se acaba convirtiendo más que en una amiga, en una madre y una abanderada de la lucha de sus amigos. Sin lugar a dudas, todo un acierto.

Por todo lo que os hemos contado, os recomendamos totalmente “It’s a sin” dándole una nota de un 8.5 sobre 10.



Título original: “It’s a sin” – 2021 – Reino Unido
Dirigida por: Russell T. Davies
Duración: 5 capítulos (de 45 minutos)
Género: Drama, LGTBI
martes, 16 de febrero de 2021

Gremlins

Gremlins Poster (1984)

Cinematográficamente hablando, la pasada década de los 80 del pasado siglo XX fue, una década dorada para la industria del cine. Esos años, Hollywood dispuso de toda una cantera de genios (fogueados durante década anterior): Steven Spielberg, George Lucas, Coppola, Scorsese…

Los 80’s fueron unos años donde el cine de aventuras, de magia y de fantasía tuvieron su esplendor, marcando la infancia de muchísimos de sus espectadores o si no, pensad ¿quién no se acuerda de E.T., de los ”cazafantasmas”, de los “Gremlins” o incluso del intrépido Indiana Jones?

Son personajes que sí o sí, forman parte de nuestras vidas y para muchos de aquellos que han venido atrás, consiguiendo por sus historias (gráficamente sufren bastante más) mantenerse más que sólidas, aunque la mayoría tengan más de 30 años.

Hoy en este pequeño rincón os hablaremos de una de esas películas, producida por el equipo de un Spielberg en estado de gracia, en 1984 llegó a nuestras pantallas una cinta con un personaje entrañable, “Gremlins”.

“Gremlins” empieza presentándonos a Randall Peltzer, un inventor con una gran imaginación, aunque con escaso éxito (y talento con las manos). Randall, intentando vender uno de sus productos acaba sumergiéndose en lo más profundo del Chinatown neoyorquino.

En la tienda del Sr. Wing, Randall descubre una criatura curiosa, un pequeño y adorable ser peludo que canta. Preso de la emoción, intenta comprar la criatura por una buena cantidad de dinero. Pese al rechazo inicial, finalmente consigue comprar a Mogwai (así se llama el pequeño ser), no sin antes, eso sí, escuchar tres normas que deberá cumplir:
 
  • No mojar ni dar nunca agua a Mogwai.
  • Nunca debe exponer a Mogwai a la luz del sol o luces brillantes.
  • Y nunca, nunca, Mogwai debe comer pasada la medianoche.

 

Mogwai se convierte en el regalo de navidad para su hijo Billy quien lo bautiza como Gizmo. A las primeras de cambio Billy descubre que Gizmo es un ser con una gran inteligencia. Todo va como la seda hasta que Pete, un amigo de Billy, le echa accidentalmente agua al pequeño, saliendo de él cinco bolas peludas que, a los pocos segundos se convierten en Mogwai.


Gizmo viendo en que se convierten los Gremlins
Gizmo viendo en que se convierten los Gremlins


A diferencia de Gizmo, las nuevas criaturas muestran enseguida agresividad, tanta que, capitaneados por un Mogwai con un mechón de pelo blanco (al que Billy bautiza como Stripe), rompen el reloj a Billy y le convencen para comer pasada la medianoche. El resultado resulta ser una conversión de los Mogwai en una especie de monstruos que arrasan con todo, los Gremlins (criaturas de naturaleza maligna).

Por suerte, entre Billy y su madre matan a todos los Mogwai convertidos menos a Stripe, el cual escapa para refugiarse en un polideportivo donde, sin planteárselo dos veces, se lanza la piscina creando un auténtico ejercito de Gremlins.

¿Conseguirá Billy deshacerse del ejército de Gremlins antes de que acaben con la ciudad? Como ya sabéis, aunque lo sabemos, nos quedaremos la respuesta a esta pregunta y algunas más.

Para empezar con nuestra visión más técnica, nos gustaría remarcar el gran trabajo realizado tanto por el equipo de guionistas como del propio director (Joe Dante) ya que, entre todos consiguieron con esta película que, lo que hubiese podido ser una película de terror bastante gamberra, se convirtiera en una película familiar que gusta tanto a los que buscar elementos achuchables como a los más salvajes.

También cometeríamos una injusticia si no remarcáramos el gran trabajo del equipo de efectos especiales de “Gremlins” ya que, sin los recursos de animación actuales se consiguió dar vida a cientos de asquerosos (aunque ciertamente graciosos) bichos con un alto poder destructivo. Lo consiguieron con una tecnología muy común en la época (Spielberg era un auténtico maestro en ella) llamada animatrónica (una mezcla entre robótica y marionetas para dar sensación de realidad). Es evidente que, vista ahora, el tiempo no ha pasado en balde, pero el esfuerzo está allí.

En cuanto al apartado interpretativo os diremos que, pese a no disponer de un casting malo, tampoco es lo que más luce en “Gremlins”, aunque no dejaremos esta crítica sin destacar el buen trabajo de diseño de los personajes ya que, acabamos la cinta conociendo y queriendo tanto al inventor fallido Randall Peltzer como a su sufrido hijo Billy que lucha, codo con codo, con su novia contra los Gremlins así como también el conspiranoico señor Futterman.

No nos vamos a extender mucho más, “Gremlins” es casi una película de culto, una de esas cintas que, tarde o temprano hay que ver y porque no decirlo, disfrutar, como mínimo una vez en la vida.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Gremlins” es de un 7.5 sobre 10.



Título poriginal: “Gremlins” – USA – 1984
Dirigida por: Joe Dante
Duración: 111 minutos
Género: Fantástico, Comedia, Terror

 

miércoles, 10 de febrero de 2021

Gambito de dama

Gambito de dama Cartel
En el mundo del cine y la televisión, al igual que en nuestro día a día, las previsiones de éxito son simplemente eso, previsiones, ya que, aunque uno le ponga mucho interés y mucha fuerza en la promoción de una iniciativa, muchas veces cae en saco roto. Por el contrario, hay veces que una iniciativa que se inicia sin ninguna previsión halagüeña, se consigue un éxito realmente inesperado.

Dentro de este último grupo, la plataforma de streaming Netflix consiguió, el pasado 2020 un éxito realmente inesperado (como mínimo para el gran público), igual como pasó en 2018 con la mexicana “La casa de las Flores”, aunque en esta ocasión con la miniserie “Gambito de Dama”.

“Gambito de Dama” se estrenó a finales de octubre 2020, y su éxito fue arrasador, convirtiéndose en el mejor estreno de una miniserie de toda la historia de la plataforma, y todo, gracias al boca-oreja, realmente ¿De qué va “Gambito de Dama”?

“Gambito de Dama” es una miniserie en tono de drama que refleja la lucha de un joven para convertirse en la mejor ajedrecista el mundo al mismo tiempo que lucha contra su desestructurada vida, una vida solitaria marcada por su adicción a las drogas y al alcohol, pero bueno, vayamos al argumento.

La historia empieza desplazándonos al Kentucky de principios de los años 50 del pasado siglo, allí nos encontramos con Beth Harmon, una pequeña de 8 años, triste y sombría ingresando en un orfanato para chicas. Allí, en el orfanato, la pequeña Beth se cruzará con dos personas que, a la postre, acabarán siendo importantes en su vida, una, su compañera Jolene, una chica algo mayor, vibrante y vivaracha, y el otro el Sr. Shaibel, el bedel de la escuela, con quien, a escondidas, tomará sus primeras clases de ajedrez.

Unos años más tarde, Beth (ya interpretada por Anya Taylor-Joy) es adoptada por los Wheatley, Alma (Marielle Heller) y Allston. Durante los primeros tiempos con los Wheatley, Beth empieza a participar, pese al machismo y la reticencia social, en pequeños torneos de ajedrez que, sin muchos problemas y contra todo pronóstico, gana, llevándose con ella los pequeños premios que ofrecen.

Al poco tiempo, Alma y Allston se separan, quedándose juntas Alma y Beth, aunque la relación entre ellas es más parecida a la de ama-sirvienta que a la de una madre con su hija. Aunque tiene alguna reticencia, cuando Alma ve que Beth gana dinero con el ajedrez, se interesa y la empuja a seguir ganando, acompañándola a eventos, organizando los viajes y obviamente llevando la contabilidad, por lo que, muy pronto, acuerda con Beth un porcentaje de las ganancias.

El problema principal de Beth empieza a acrecentarse, ya que, pese a que entabla amistad con varios de sus rivales, para concentrarse lo suficiente debe que recurrir a los tranquilizantes. Dicho problema, se acrecienta a pasos agigantados cuando Alma, su madre muere, provocando que se encierre en casa y se lance a la bebida.


Beth Harmon
Beth Harmon en una de las partidas de "Gambito de dama"


Todo un panorama para la considerada, en esos momentos, una de las mejores, o la mejor ajedrecista de los Estados Unidos, y más, teniendo en mente y planificado un enfrentamiento con el rey mundial del ajedrez, el ruso Vasily Borgov. ¿Podrá Beth superar sus adicciones y conseguir el dinero suficiente para enfrentarse a Borgov? Nosotros, evidentemente, lo sabemos, pero no os lo contaremos aquí.

No os vamos a engañar si os decimos que “Gambito de dama” nos ha dejado mucho más contrariados que a la mayoría, quienes la consideran poco más que una obra maestra. En nuestro caso, aunque le reconocemos que tiene dos grandísimos puntos fuertes, el primero de ellos, la ambientación (los 50-60 están perfectamente desarrollados, pero ¿qué serie actual que se lo proponga no lo consigue?) y el segundo un gran trabajo de Anya Taylor-Joy, del que os hablaremos más adelante, pero de ahí, a considerarla una obra maestra, lo consideramos, a todas luces excesivo,  ya que básicamente es todo lo que tiene.

Uno de los grandes puntos negativos de “Gambito de dama”, quizá el que más, es el desarrollo argumental de la misma, en el que podemos ver dos claras líneas, el ajedrez y la drogodependencia de Beth, pues bien, la mezcla de ambos resulta, en demasiadas ocasiones, una combinación lenta y aburrida que te hace plantear si continuar o no con la visión de la misma (salvamos de este punto, quizá, el capítulo de desenlace de la serie).

Interpretativamente, nos quitamos el sombrero ante la magistral actuación de la joven Anya Taylor-Joy quien es capaz de hacernos sentir todo lo que está pasando su Beth Harmon: su lucha continua por mejorar su técnica, el sufrimiento vivido desde la muerte de su madre (con un orfanato, una familia adoptiva desestructurada, etc) y su caída al pozo de la drogadicción, etc. Simplemente excelente. En cuanto al resto de casting, pues correcto, aunque la falta de papel y de historias a desarrollar, les convierte en simples marionetas para el relleno de espacios y minutos de metraje.

Por todo lo que os hemos contado, y aunque “Gambito de dama” es todo un éxito mundial, para nosotros no deja de ser un bonito envoltorio para una gran interpretación y ocho capítulos con más aburrimiento que disfrute. Por tanto, nuestra nota final para “Gambito de dama” es de un 5 sobre 10.



Título original: “The Queen’s Gambit” - 2020- USA
Dirigida por: Scott Frank
Año de creación: 2020
Año de finalización: 2020 (temporada única)
Duración: 8 capítulos (de entre 45 y 60 minutos cada uno)
Género: Drama
viernes, 5 de febrero de 2021

Bajocero

Bajocero - Poster
Si hay un actor español que los últimos tres años ha despuntado en su trabajo, tanto por su éxito en taquilla como por su calidad profesional, este es el asturiano Javier Gutiérrez.

Gutiérrez, los últimos años se ha convertido en algo así como el abanderado de un género, el thriller, que ha llegado a nuestro cine pisando pero que muy fuerte (¡ya era hora que se dejara atrás la posguerra y los bajos fondos de las grandes ciudades).

Sí, hoy en este pequeño rincón os hablaremos de un thriller que, desgraciadamente, ha tenido que abandonar su idea de estrenarse en la gran pantalla (una vez más, gracias al maldito “covid-19”) para hacerlo en una plataforma de streaming, en este caso Netflix. Se trata de la cinta dirigida por Lluís Quilez, “Bajocero”.

“Bajocero” empieza presentándonos a Martín (a quien da vida Javier Gutiérrez), un padre de familia quien, un día lluvioso, tiene que calarse bajo la lluvia para cambiar la rueda pinchada de su coche, con su hija dentro, después de que su esposa tuviera que salir corriendo para llegar a tiempo a su cita.

Solucionado el problema, Martín llega a su trabajo, una comisaría de policía donde debe preguntar por Montesinos, el compañero con quien deberá realizar el traslado de un grupo de una media doce de presos. Ya desde el primer momento, y pese a las diferencias de procedimiento que tiene con Montesinos, Martín es claro: “deben seguir el procedimiento”, tanto para la carga de los presos en el furgón como para el propio viaje.

Ya desde el primer momento vemos que nos encontraremos con un protagonista que, de una forma u otra marcará el desarrollo de la acción, el invernal frío del centro de España y una más que densa niebla que acompañará al furgón policial y a la patrulla que conforma el convoy.

Con Martín de conductor y Montesinos de guardia dentro del furgón, todos se ponen en marcha hacia el destino y lo hacen, por seguridad, a través de la red secundaria de carreteras. Con el paso de los quilómetros y con una niebla cada vez más densa, la tensión va creciendo en el furgón y más, cuando en una curva, la patrulla acompañante se avanza al furgón y desaparece.

Con casi sin tiempo de preocuparse por la desaparición, el furgón sufre un accidente con algo que hay en la carrera y queda parado. Aunque inicialmente piensan que ha sido por un animal, pronto ven que ha sido algo más peligroso. El primero que sale del furgón es Montesinos, aunque poco puede hacer, pues es alcanzado por un certero disparo desde la niebla.

Paralelo a esto, uno de los presos, Ramis (Luis Callejo) empieza con su plan de fuga, abriendo su celda, lo que provoca las primeras alianzas con otros de los presos, Rei, Mihay, etc. Por su parte, y perdida la comunicación con Montesinos, Martín sale del furgón para ver lo que pasa, acabando encontrándose con una lluvia de balas y tres compañeros muertos (Montesinos, y los del furgón).

Como puede, regresa y se atrinchera en el furgón justo en el momento en que los presos se amotinan contra él y contra otro de los presos, el más joven, Nano (a quien da vida Patrick Criado). Por si fuera poco, al poco tiempo, todo se complica un poco más, pues reciben una comunicación del exterior, del agresor, diciendo que les dejará libres si le entregan a uno de los presos, aunque no les dice quién.


Martín (Javier Gutiérrez) y en furgón con los amotinados
Martín (Javier Gutiérrez) y en furgón con los amotinados


A partir de este momento, la acción se convierte en trepidante, ya que el agresor toma el control del furgón en una desesperada huida hacia el desenlace, con persecuciones, disparos y, sobre todo, con una explicación muy clara sobre quien es el agresor (Karra Elejalde), sus motivos y el preso al que busca, aunque, como ya os podéis imaginar, nosotros no os desvelaremos.

Interpretativamente, nos gustaría destacar el gran trabajo de todo el casting de “Bajocero” aunque muy especialmente de tres de sus integrantes, su gran protagonista, Javier Gutiérrez quien se funde, literalmente con Martín, sufriendo y haciéndonos sufrir por él, con lucha por sobrevivir y su integridad. Otro de los grandes trabajos recae en el vitoriano Karra Elejalde, un atormentado hombre que aquí, hace malo con motivos, y lo hace fantásticamente bien. Y finalmente, no nos olvidaremos de mencionar el buen trabajo de Patrick Criado.

Desde el punto de vista más técnico, nos gustaría remarcar el excelente trabajo tanto de ambientación como de guion, aunque especialmente el primero, ya que, uno acaba odiando la dichosa niebla y sintiendo el frío a través de la pantalla. El guion, pues la verdad, aunque tiene algunas lagunas y por momentos, pierde un poco el interés, logra mantenernos con tensión hasta un desenlace que, esperábamos más sorpresivo.

Por todo lo que os hemos contado y, sobre todo, si os gustan los thrillers, os recomendamos que veáis y disfrutéis de “Bajocero”, pues realmente merece la pena. Nuestra nota final para “Bajocero” es de un 6.5 sobre 10.

 

Título original: “Bajocero” – 2021 – España
Dirigida por: Lluís Quílez
Duración: 106 minutos
Género: Thriller, policíaco