Hacía mucho, mucho tiempo, que para una película de animación no estábamos sometidos a una campaña publicitaria de la envergadura de la de “Planet 51”, y la verdad que no es para menos, sobretodo teniendo en cuenta que se trata de la más gran producción de cine de animación que se ha llevado a cabo en este país (en coproducción, pero vamos...).
Grandes paneles informativos, el trailer en televisión a todas horas, merchandising de juguetes, anuncios a toda página en revistas especializadas, en prensa, etc. Al final, tanto nos metieron en la cabeza la llegada del capitán Chuck al planeta de los seres verdes, que acabamos sucumbiendo a la tentación, y vimos “Planet 51”
La historia empieza con la presentación de uno de los protagonistas, el pequeño Lem, uno de los verdes habitantes de “Planet 51”. Lem es el hijo pequeño de una típica familia americana, ups perdón... americana no, alienígena.
Bueno, la confusión es lógica, ya que los habitantes de “Planet 51” viven en monas casas unifamiliares, con su jardín, su zona de barbacoa, su parking, como si se tratara de una urbanización americana de los años 50. Eso sí, nuestro verdes amigos tienen un miedo terrible: que lleguen los extraterrestres y les “coman el cerebro”.
A todo esto y el día más inesperado, en el jardín de la casa de Lem toma tierra una nave espacial americana, y de ella aparece un astronauta que, sin dudarlo un periquete planta su bandera y mientras posa orgulloso junto a ella, se lleva el susto padre: le están observando una familia entera de verdes alienígenas. Ya os podéis imaginar: el astronauta pone los pies en polvorosa, y huye despavorido.
Sí, el astronauta es el otro protagonista principal de la película: El capitán Chuck.
Cuando Chuck recobra el aliento, se encuentra con Lem, el cual sin dudarlo mucho, le brinda su ayuda para conseguir regresar a su nave antes que esta, regrese automáticamente a la Tierra.
Lo mejor de ‘Planet 51’
Nos resulta complicado destacar lo mejor de ‘Planet 51’, porque realmente no es que tenga nada que resalte por encima del resto, o que simplemente marque un hito diferenciador con sus competidoras, pese a esto, podemos destacar:
- La originalidad del argumento.
- El despliegue técnico (aquí debemos añadir: para ser española).
- La caracterización del pueblo alienígena, es el claro retrato de un pueblo americano de los años 50, suponemos de de ahí viene el título de la película.
- El trailer que, sin duda, deja ver lo mejor de la cinta.
Lo más prescindible de ‘Planet 51’
Aquí lo tenemos algo más claro:
- Los chistes, o situaciones graciosas. No diremos que son inexistentes, pero os decimos que, la mayoría carecen de gracia. Carece del humor inteligente que gusta a mayores, del absurdo humor adolescente así como del simplón que encandila a los peques.
- El desarrollo argumental. Es lento, inconexo y en determinados puntos, cansino, lo cual impide que uno se identifique con cualquier personaje.
Nos sabe mal, porque la iniciativa es buena, sobretodo viniendo de este país, que no se caracteriza por la innovación cinematográfica, pero debemos ponerles una puntuación bastante baja, más que nada porque consiguió dormir (literalmente) a 2 de los 3 integrantes del equipo (conseguirlo con N, tiene poco mérito, pero con J, ya es más preocupante), así que, de nuestra parte: un 4.
Título original: “Planet 51” – España – Gran Bretaña – 2009
Dirigida por: Jorge Blanco, Javier Abad, Marcos Martínez
Género: Animación
Duración: 91 minutos
Duración: 91 minutos