No os
vamos a engañar, creo que hemos perdido la cuenta de las veces que, desde que
se estrenó en 1997 menos dicho: “tenemos que verla”, pero siempre, desde ese
momento, se ha interpuesto algo entre nosotros y la pequeña pantalla, y sabemos
que es, la duración de la película (unas 3 horas y 15 minutos) y que, ha sido
tan spoileada que, teníamos la sensación de haberla visto ya más de 10 veces.
Al
final, ha tenido que darse una doble carambola, un viaje lejos de casa y una
velada aburrida en un hotelito con el único entretenimiento de una pantalla de
televisor, y un anuncio tentador: “en breves minutos “Titanic””.
Así
pues, sin más excusas que buscar, tomamos posesión ante la pantalla y nos
dispusimos a ver la historia, mil veces contada, del viaje inaugural del mayor
barco de pasajeros del mundo, el “Titanic”.
“Titanic”
empieza desplazándonos a bordo del buque oceanográfico ruso Akadémik Mstislav,
donde el buscador de tesoros Brock Lovett acaba de realizar una inmersión al
interior del Titanic con el objetivo de obtener joyas, aunque lo que rescata
son papeles mojados y un dibujo de una joven desnuda, datado del 14 de abril de
1912, el día en que se hundió el Titanic.
Una
vez anunciado el descubrimiento, lejos de allí, una anciana de 101 años, Rose
Dawson se reconoce en el boceto y se pone en contacto con Lovett. No sin
dificultades, le cuenta la verdadera historia del hundimiento del buque ya que
ella, aunque fue dada por muerta en su momento, es una de las únicas
supervivientes de la tragedia.
Llegados
a este punto, la acción se sitúa en el Southampton de 1912, la noche que zarpa
el buque RMS Titanic. De buenas a primeras, vemos embarcando en primera clase
nos encontramos a Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet) junto a su prometido, el
arrogante Cal y su madre. No muy lejos de allí, en una taberna nos encontramos
a Jack (Leonardo DiCaprio) ganando en una partida el dinero suficiente para
embarcarse, en tercera clase en el Titanic, rumbo a una nueva vida.
La
noche en que zarpa el barco, y mientras Jack toma el aire a cubierta, Rose
intenta suicidarse arrojándose al mar (no soporta la vida que le espera junto a
un hombre que no quiere) pero Jack se lo impide, aunque le acaba costando un
enfrentamiento con la policía del barco, por suerte para él, una mentira de
Rose le salva del calabozo y consigue que Cal lo invite a cenar la noche
siguiente.
A
partir de este momento algo se rompe en la vida de Rose, ya que, contra la
voluntad de su madre, decide apartarse de Cal y acercarse a Jack, a quien,
después de unos paseos por cubierta y varias conversaciones acaba proponiendo
que le pinte desnuda (el dibujo que encuentra Lovett al comienzo). Y no solo
eso, si no que ambos caen rendidos al amor.
Dos
días después de conocerse, la noche del 14 de abril, y después de haber hecho
el amor, se producirá un nuevo y radical giro en sus vidas ya que, de la nada,
aparecerá un gran iceberg que no podrá esquivar del todo el RSS Titanic,
provocando enormes fisuras en su casco.
Jack y Rose, contra viento y marea en "Titanic" |
Ya con
el barco empezando a hundirse y la tripulación intentando salvar a las mujeres
y niños de primera clase en los pocos botes disponibles en el Titanic, Jack es
apresado y esposado en un camarote de la zona baja, lo que provocará que Rose
mueva cielo y tierra para salvarle antes de que muera ahogado.
¿El
final de “Titanic”? Pues, aunque es conocido por todos, nosotros dejaremos aquí
nuestro desglose argumental, guardándonos la parte más emotiva de toda la
cinta.
Os
debemos asumir que, cuando uno ve “Titanic” de James Cameron, muy pronto se da
cuenta de que está ante una de esas películas únicas, que difícilmente quedarán
anticuadas y que, dure lo que dure, no se hará larga, y es verdad ya que,
“Titanic” es una de esas películas técnicamente redondas que además se sustenta
con un gran trabajo argumental y de ambientación, es decir, “Titanic” es todo
un clásico.
Argumentalmente,
“Titanic” nos cuenta, muy acertadamente, la historia de amor entre dos jóvenes
de clases sociales muy distintas, Jack y Rose, separados no solo por unas
cuantas cubiertas de buque si no por un océano social en el que tendrán que
sortear múltiples peligros, y todo en un entorno de excepción, el
fantásticamente bien documentado viaje inaugural del buque más grande de la
historia (por esas fechas), el “RSS Titanic”.
Técnicamente,
James Cameron aplicó en 1997 lo efectos especiales más punteros, y lo hizo como
sabe él, a la perfección, dando realismo a una situación que, obviamente no se
grabó en el Titanic original pero que nadie, ningún espectador, imagina que
esto no es así.
Desde
el punto de vista interpretativo, nos quitamos el sombrero ante el grandísimo
trabajo de todo su casting. Por un lado, por haber escogido a los dos actores
más guapos y con más gancho del momento, el veinteañero (por ese entonces)
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Dos actores que, por ese entonces estaban en
las carpetas de todos pero que, con sus papeles en esta cinta, saltaron al
estrellato de Hollywood por méritos propios.
Poco
más añadiremos porqué poco más hay que añadir sobre “Titanic”, así que, por
todo lo que os hemos contado, nuestra nota final sobre “Titanic” es un 8.5
sobre 10.
Título original: “Titanic” – USA – 1997
Dirigida por: James Cameron
Duración: 195 minutos
Género: Romántico, Drama
Es un tanto irónico que mi experiencia con esta pelicula sea la opuesta, desde que pude apreciarla en VHS que no me canso de verla. Tiene tantos méritos que hoy parece raro recordar que en su momento se la apodaba como "La Titanic de Cameron" (al no ser la primer pelicula en torno al hundimiento de este Transatlántico). Un largometraje con todos los condimentos para enganchar a cualquiera, y que encima no es una historia lineal... similar a otras (como Forest Gump) la historia ya pasó y la esta contando su protagonista que esta vivo (el spoiler máximo) pero aún asi uno quiere seguir escuchando
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