lunes, 13 de enero de 2025

El Gran Hotel Budapest

El gran Hotel Budapest - Poster
Hay películas que se quedan en nuestra memoria por tiempo, y no siempre se corresponde con aquellas películas con grandes presupuestos, o con grandísimos actores que copan por sí mismos todas y cada una de las escenas con frases, más o menos rimbombantes o célebres. No, hay películas que se quedan grabadas a fuego en nuestra memoria por su estética, otras por su banda sonora, y otras simplemente porque llegan a tu vida en el momento adecuado.

En 2014 llegaron a nuestras salas de cine grandes películas como “La teoría del todo”, la original “Birdman” o incluso el drama más largo, “Boyhood”, todas ellas grandísimas películas, difíciles de olvidar. Con todo, hay una película que, en su momento, los miembros de este equipo no pudimos ver en pantalla grande, arrastrando durante tiempo esta particular deuda, se trata de la comedia “El Gran Hotel Budapest”.

Pues bien, no hace mucho, tuvimos la oportunidad de pasar una velada disfrutando de ella y os diremos que, aunque de entrada puede parecer una película rara, es de esas que uno recuerda cuando acaba de verla. Y ya, sin más dilación, pasamos a nuestra crítica de “El Gran Hotel Budapest”.

“El Gran Hotel Budapest” empieza desplazándonos a finales de la década de los 60 del pasado siglo, cuando un joven escritor llega al decadente “Gran Hotel Budapest”, un inmenso hotel casi vacío ubicado en una región azotada por la guerra y la pobreza. La noche de la llegada al hotel, el joven conoce al Zero Moustafa, el propietario del hotel, quien durante una cena le cuenta como se hizo cargo del hotel y por qué no quiere cerrarlo.

Para contarlo, la historia de desplaza treinta años atrás, hasta 1932 durante los días de gran gloria del hotel. Allí nos encontramos con Gustave (interpretado por Ralph Fiennes), el conserje y alma mater del hotel. Gustave se pasa el día con la adinerada clientela y enseñando al nuevo ayudante de la conserjería, Zero (Tony Revolori). Por la noche, aprovecha a dar un servicio más personal a las clientas más adinerada y envejecidas.

Una de estas clientas, Madame D., a los pocos días de partir, muere en extrañas circunstancias. Cuando se entera, Gustave y Zero inician un viaje hacia la mansión de ella donde se enteran de que les dejó en testamento una valiosa pintura molestando así, al hijo de la difunta, Dmitri (Adrien Brody). Con todo, Gustave y Zero, se hacen con la pintura y se la llevan al hotel.

Ya en el hotel, y presionado por Dmitri, Gustave es detenido y enviado a la cárcel acusado de haber asesinado a Madame D. En prisión Gustave entabla amistad con los presos más duros, quienes traman un plan de fuga al cual colabora Zero introduciendo herramientas a la cárcel dentro de los pasteles que prepara su novia.

Ya fuera de la cárcel, Gustave debe recurrir a la ayuda de los otros conserjes de grandes hoteles, quienes sin dudarlo, le ayudan a llegar hasta el mayordomo de la difunta, aunque de poco les sirve porque es asesinado por un sicario contratado por Dmitri quien también quiere acabar con ellos.


Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Revolori) en "El Gran Hotel Budapest"
Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Revolori) en "El Gran Hotel Budapest"



Ya de nuevo en el hotel, y con este tomado por el ejército por el estallido de la guerra, descubren algo realmente particular, hay un segundo testamento, aunque eso, y ni que nos persigáis, lo contaremos en este rincón. Lo que sí os contaremos es nuestra opinión particular sobre “El Gran Hotel Budapest”.

Técnicamente, “El Gran Hotel Budapest” es una película sorprendente, donde cada escena está calculada hasta el más mínimo detalle, la luz, el encuadre de la escena, la velocidad. Por momentos, uno parece que está viendo una película en cine mudo (vaya que además de estar ambientada en los años 30 parece que la película sea de esos años), y todo para resaltar lo surrealista e improbable de toda la historia. Realmente excepcional.

Otro de los grandes puntos de “El Gran Hotel Budapest” es su montaje. "El Gran Hotel Budapest” es como un puzle de cinco partes con una historia dentro de cada una de ellas que, aunque tienen elementos básicos del cine (robos, asesinatos, huidas, y malos malísimos) encajan como la relojería suiza provocando que, aunque lo que nos cuentan pueda ser triste, uno tenga siempre la sonrisa en la cara.

Desde el punto de vista interpretativo os diremos que “El Gran Hotel Budapest” cuenta con un gran casting aunque de él, resalta especialmente el trabajo de sus dos actores principales, Ralph Fiennes dando vida a Gustave y Tony Revolori interpretando a Zero. Fiennes está soberbio poniéndose en la piel de un personaje complicado a la vez que elegante y Revolori lo borda interpretando al joven y leal botones, eclipsando por momentos a otras estrellas del casting.

Por todo lo que os hemos contado, y aunque quizá “El Gran Hotel Budapest” no es una película que comprenda todo el mundo, nuestra nota final es un 8 sobre 10.

 

 

 

Título original: “The Grand Budapest Hotel” – 2014 – USA

Dirigida por: Wes Anderson

Duración: 99 minutos

Género: Comedia

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