Cuando hace más de 120
años los hermanos Lumière desafiaron a la sociedad parisina con su
revolucionario invento del cinematógrafo, poco se podría esperar nadie que evolución
tras evolución, la industria del cine se haya convertido en uno de los grandes motores
del mundo y de la cultura.
Dos cambios de siglo
después y aunque muchos no lo crean, Francia continúa siendo una de las grandes
potencias mundiales en la industria del cine, quizá no tanto en la del cine
comercial (donde también han despuntado obras como “Amelie” o “Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?”) pero sí en la producción de grandes historias, tanto
comedias como thrillers.
Hoy os queremos hablar de
“No se lo digas a nadie”, uno de estos thrillers que llevan el sello “made in
France” y que cosechó varios premios Cesar allá por 2007 además de un
importante éxito de crítica y de espectadores en aquellos países donde no fue
marginada.
“No se lo digas a nadie”
empieza con un flashback que nos traslada hasta 1998 para presentarnos al
doctor Alex Beck (François Cluzet) y a su esposa Margot (Marie-Joseé Croze)
disfrutando de una tarde lago el día de su a aniversario. Desgraciadamente para
la pareja, es también el día en que Margot es asesinada y él agredido.
Ya en 2006, ocho años
después de la pérdida de Margot, Alex se dedica en cuerpo y alma a su trabajo y
continúa celebrando sus aniversarios como hacía con su esposa, marcándolos en
el árbol ante el que se declararon su amor. Justo cuando su familia le reclama
que acepte ya la muerte de Margot, recibe un misterioso correo electrónico en
el que le aportan pruebas según las cuales posiblemente su mujer no esté
muerta.
Al tratarse de un caso
cerrado años atrás, Alex decide ponerse a investigar en solitario la
posibilidad que su mujer continúe viva. Ayudado por el padre de uno de sus
pequeños clientes, Alex irá tirando del hilo involucrándose hasta el final. En
su búsqueda pasará por los barrios marginales de París, volverá al lago donde
estuvo por última vez con Margot e intentará remover cielo y tierra, aunque el
resultado de dicha investigación, como bien os podéis imaginar, no os lo
contaremos en este rincón. Lo que sí que os contaremos es nuestra particular
crítica de “No se lo digas a nadie”.
Guillaume Canet, el
director de la película, consigue enganchar al espectador en muy pocas escenas gracias
a la ambientación, el ritmo, la intriga y la fuerza interpretativa que el
casting de la cinta da a sus personajes. El thriller se desarrolla a la
perfección a través de varios hilos argumentales que van entrelazándose y culminan
todos correctamente al finalizar un metraje que podríamos considerar
ciertamente excesivo, aunque salvo en algún momento muy puntual en el que la
lentitud se hace patente, termina por no resultar excesivo.
Interpretativamente os
diremos que tanto Cluzet como Croze así como el resto de secundarios están más
que correctos, transmitiendo en todo momento el agobio y la lucha de sus
personajes, aunque quizá, bajo nuestro punto de vista, les ha faltado algo de
proximidad al espectador al resultar por momentos un tanto fríos y distantes.
Os debemos asumir que en
el equipo nos encanta el cine francés, la fuerza de sus historias, la
contundencia de sus personajes y ese aire a cine del bueno, no de churrera de
productos hechos a merced de la taquilla o ‘made in Hollywood’. Por todo ello,
y por el buen rato que pasamos viendo “No se lo digas a nadie”, los miembros de
este equipo le ponemos un 7 sobre 10 y la recomendamos a todos aquellos amantes
del cine policíaco y del thriller.
Título original: “Ne le dis à personne” – Francia – 2006
Dirigida por: Guillaume Canet
Duración: 125 minutos
Género: Thriller, Policíaco
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