Desde hace unos años,
la pareja formada por Internet y ese gadget llamado Smartphone forman un
matrimonio casi indisoluble, y desde hace algo menos, las redes sociales
(Facebook, twitter, Instagram, etc.) se les han sumado para transformar
nuestras vidas, en día a día, una vida más online.
Muchos de los que estáis
leyendo esta entrada, aunque os cueste asumirlo, estaréis deseando esos likes
que tanto se hacen de rogar (e incluso alguno sueña, a escondidas, a
convertirse en influencer), eso sí, escondidos, aunque sea un poco, tras un
pseudónimo. Es precisamente bajo esta perspectiva que en 2016 llegó a nuestras
pantallas la película que hoy os vamos a comentar “Nerve, un juego sin reglas”
y que por el momento podéis encontrar en Netflix.
En los primeros
compases de “Nerve” se nos presenta a Venus/“Vee” (Emma Roberts), una joven de
17 años que, a punto de finalizar el instituto, recibe un email para
inscribirse en el CalArts de California. Para Vee es la oportunidad de
abandonar su casa y su Nueva York para cumplir un sueño y mudarse al Oeste.
Antes de aceptar, opta por pensarlo, ya que su madre necesita tenerla cerca pues
aún está superando la muerte del hermano de la joven.
Mientras lo piensa, su
amiga Sydney (Emily Meade) le reta a apuntarse a un misterioso juego de
realidad online llamado “Nerve”, ya sea como observadora o como jugadora. Ser
observador implica pagar una cuota para ver y retar a los jugadores, y estos
reciben una cantidad de dinero por superar los retos que se les va proponiendo.
Evidentemente, cuanto más alta sea la
cantidad a recibir, más riesgo tiene el reto a superar.
Después de una incómoda
situación en el bar entre Sydney, Vee y J.P. (el chico de moda del instituto y
del que Vee está secretamente enamorada), Vee se lanza a hacerse una cuenta de
“Nerve” en calidad de jugadora.
A primeras de cambio,
toda la información de Vee es recopilada por “Nerve” (desde las publicaciones
que ha hecho en todas sus redes sociales, hasta la información de sus cuentas
corrientes, pasando por sus correos electrónicos, etc.). Sin seguidores y sin
prestigio en la nueva red, pronto Vee recibe el primer reto, besar durante 5
segundos a un desconocido en un bar.
Una vez superado el
primer reto, los observadores de “Nerve” deciden que Vee y Ian (el desconocido
interpretado por Dave Franco, y también jugador del juego al que ha besado
nuestra protagonista) deben continuar la partida juntos desplazándolos para
ello, al corazón de la Gran Manzana, Manhattan.
En una sola noche los
retos se suceden, hasta el punto de poner en juego mucho más que el dinero
ganado hasta el momento, aunque evidentemente no os contaremos ni hasta qué
punto, ni el desenlace de “Nerve”. Lo que sí que os contaremos es nuestra
opinión sobre la cinta.
Aunque “Nerve” se
podría encasillar de una forma muy fácil y rápida en la subcategoría de “cine
para adolescentes”, la verdad es que esta catalogación sería tan fácil como injusta. Lejos de la sencillez de
la mayoría de películas juveniles, “Nerve” consigue mezclar con agilidad y
cierta maestría géneros tan distintos como el “road movie”, el “thriller”, la “ciencia
ficción” y por qué no decirlo ciertos toques de dramatismo.
Argumentalmente, “Nerve”
sorprende muy agradablemente por su trepidante ritmo de aventura juvenil
tomando como base la necesidad de su protagonista por sentirse aceptada en la
sociedad digital en la que estamos viviendo, una sociedad marcada por los
juegos online, las redes sociales, los reality shows y la efímera popularidad
de los “influencers” de Facebook, twitter o Youtube.
Interpretativamente
tampoco estamos ante un mal trabajo, ya que la pareja protagonista, Emma
Roberts y Dave Franco cumplen a la perfección dando vida a los dos adolescentes
que primero se emocionan por ir cumpliendo retos, y después luchan contra la propia
tiranía del juego. Como os decimos, buenos trabajos para unos personajes que deben
moverse en varios registros.
Por todo lo que os
hemos contado, nuestra nota final para “Nerve, un juego sin reglas” es de un
7.5 sobre 10.
Título original: “Nerve”
– USA – 2016
Dirigida por: Henry
Joost, Ariel Schulman
Duración: 96 minutos
Género: Thriller,
Adolescente, Acción
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