jueves, 28 de enero de 2021

Her

Her (2013) - Poster
Estos últimos años, el ritmo que ha tomado nuestra vida y la sociedad actual nos ha llevado, cada vez más, a un aislamiento (a lo que, el maldito COVID ha contribuido también) en la tecnología, aprovechando la facilidad de conexión permanente, las noticias casi a tiempo real, y todo, desde la palma de nuestra mano y en alta definición.

Lo vemos constantemente en las calles, es más, lo sufrimos la mayoría de los que ahora mismo estáis leyendo esta entrada, y no, no nos referimos a dolor de espalda, de garganta o de miedos, nos referimos a esta sensación tan actual de que alguien muy cercano, o incluso nosotros mismos, estamos totalmente pendientes de las relaciones/conversaciones online (esa herramienta tan útil y tan destructiva a la vez que es el WhatsApp) mientras desatendemos a quien tenemos al lado.

A través de la tecnología, hablamos, hacemos vídeos e incluso algunos ligan y se relacionan, pero esto tiene una línea muy delgada y a la vez muy peligrosa, que la verdad, no conviene traspasar. Hacerlo, nos puede acarrear problemas de distinta índole. Uno de estos problemas nos lo cuenta magistralmente Spike Jonze en su drama de 2013, “Her” que hoy, os comentamos en este rincón.

“Her” empieza presentándonos a Theodore (a quien da vida Joaquin Phoenix) un hombre, de mediana edad, solitario y triste que trabaja en una empresa que se dedica a escribir cartas personales para sus clientes. En casa, su vida no cambia mucho, juega a juegos de realidad virtual, se conecta a chats sexuales online, y todo para intentar pasar el tiempo y conciliar el sueño.

Un día yendo a trabajar, ve un anuncio sobre un nuevo sistema operativo totalmente sensitivo al estado de ánimo del usuario, sin pensarlo mucho, lo adquiere y esa misma noche lo instala en su ordenador después de una breve encuesta personal. Por sorpresa de Theodore la voz que sale de su ordenador le engancha totalmente, se hace llamar Samantha y es tremendamente inteligente, sin planteárselo se engancha a ella.

Pronto Samantha empieza a llamarle para organizarle la agenda, recordarle que tiene emails a contestar y poco a poco, implicándose en su vida detectándole el estado de ánimo, permitiéndole que le cuente su reciente separación sentimental y, sobre todo, motivándole a vivir en vez de hundirse. Para conseguirlo, Samantha acompaña a Theodore en su día a día, en un parque de atracciones, paseando, etc.

Presionado por Samantha, Theodore acepta una cita que unos amigos le proponen, con todo, es incapaz de finalizar la cita volviendo a casa mal. Mientras se lo cuenta a Samantha, esta le confiesa a Theodore que le gustaría ser de carne y hueso en vez de un sistema operativo, a lo que Theodore le responde que para él ya es real. Los sentimientos de ambos están a flor de piel y acaban teniendo ciber sexo.

A pasos agigantados, Theodore y Samantha comparten excursiones a la playa, sesiones de música, y largos ratos de conversaciones sobre sentimientos propios, sobre el pasado en pareja de Theodore y sobre sus sentimientos al respecto. Gracias a estas conversaciones, Theodore acepta firmar el divorcio de su anterior pareja.


Theodore (Phoenix) instalando a Samantha
El solitario Theodore (Phoenix) instalando a Samantha


A la vuelta del encuentro con su ex, Samantha le propone, muy insistentemente que contraten a una chica para que los tres tengan sexo, aunque los sentimientos impedirán que eso funcione. Esta acción acaba resultando el detonante de los sentimientos de Theodore, de sus problemas de comunicación, etc.

¿Logrará Theodore superar la evolución del sistema operativo de Samantha y la distancia que hay entre hombre y máquina? Nosotros como ya os podéis imaginar, sabemos la respuesta, aunque obviamente, nos reservaremos.

La apuesta argumental y técnica de “Her” es realmente espectacular, ya que parte de la idea básica de un enamoramiento, pasando por casi todas sus fases (descubrimiento, conocimiento, confianza, intimidad sexual, desconfianza, celos, incomunicación, etc,), aunque, a la vez innovando brutalmente, ya que este enamoramiento se produce entre un hombre real y un sistema operativo dotado de inteligencia artificial en un tiempo, seguramente no muy lejano al actual.

Estéticamente y en cuanto a su BSO, “Her” merece una atención especial, ya que ambas facetas de “Her” ayudan a que el espectador se sienta parte de la historia, implicándose en ese amor que tanto remarca el aislamiento de Theodore haciéndolo todo, perfectamente real, aunque hoy por hoy (quizá no cuando leáis esta crítica) sea pura ciencia ficción tecnológica.

Interpretativamente hablando nos quitamos el sombrero ante un inmenso Joaquin Phoenix, quien casi en solitario, no solo mantiene “Her” si no que la potencia convirtiendo su trabajo, para nosotros, en un caso de estudio para cinéfilos.

Por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Her” es de un 8 sobre 10.

 

Título original: “Her” - 2013 – USA
Dirigida por: Spike Jonze
Duración: 126 minutos
Género: Drama

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