En el mundo
del cine, hablar de Quentin Tarantino es como hablar de una bestia que siembra
discordia en cada conversación donde aparece: O la gente lo ama, o la gente lo
aborrece, difícilmente hay un término medio, dependiendo esto último incluso a
veces de cada uno de sus trabajos. Ésta situación resume un poco lo que ocurrió
con la llegada de “Malditos Bastardos”, estrenada en los cines en el año 2009 y
dirigida por el susodicho.
“Malditos
Bastardos” está ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, más concretamente
en la época de la ocupación alemana de Francia. Allí, la película nos
desarrolla dos historias que acabarán enlazándose.
La primera de
ellas protagonizada por el oficial del Servicio de Seguridad de la S.S., Hans
Landa (a quien da vida Christoph Waltz), un sanguinario cazador de judíos que
siembra el terror por la campiña francesa. En uno de estos actos, una familia
judía es salvajemente asesinada mientras estaba escondida en los sótanos de una
vieja casa, pudiendo escapar solamente Shosanna (Mélanie Laurent), la
adolescente de la familia.
Al otro lado
del atlántico, el teniente Aldo Raine (Brad
Pitt) recibe el encargo de formar un temible grupo de judíos, el cual recibirá
el nombre de “Los bastardos”, con el objetivo de infiltrarse en las líneas
alemanas desplegadas en Francia y sembrar el terror entre los alemanes.
En una de sus
primeras acciones, los bastardos aniquilan a un escuadrón de alemanes casi al
completo, reservándose a sus dos líderes para un crudo y sanguinario
interrogatorio, del cual solo uno saldrá con vida, eso sí, marcado de por vida
con una esvástica en la frente.
Tanta
crueldad de los bastardos pronto corre entre las líneas alemanas, llegando
incluso a oídos de Hitler, el cual, evidentemente, ordenará acabar con el peligroso
grupo.
Tiempo
después, tanto los bastardos como los alemanes confluyen en un pequeño cine de
París dirigido por Emanuelle (Mélanie Laurent) y su pareja. El viejo cine y su
bella propietaria llamarán la atención de Zoller (Daniel Brühl), un joven héroe
de guerra alemán que llegará que llegará a convencer a Joseph Goebbels, el
Ministro de Propaganda del régimen, para que se celebre en ese cine el acto de
presentación de su película, al cual asistirá también Hitler.
Ya os podéis
imaginar que la resistencia francesa y los bastardos querrán sacar tajada de
dicha situación, con lo que la película entrará en una complicada vorágine de
acciones hasta su desenlace.
Hans Landa (Christoph Waltz) conversando con tres de "Los Bastardos" |
Como es norma
en el equipo, este es el punto donde aparcamos el argumento y su desenlace para
pasar a nuestra particular valoración técnica.
Lo primero
que valoraremos serán las interpretaciones, apartado en el cual nos toca
repartir una de cal y otra de arena. Por un lado, queremos destacar la
magistral interpretación de Christoph Waltz dando vida al déspota y sanguinario
Hans Landa por el que llegamos a sentir un profundo asco. Por otro lado,
también tenemos que destacar la profunda decepción por el trabajo de Brad Pitt
dando vida al teniente Aldo Raine, un personaje que al final quedó totalmente
plano, predecible y sin una personalidad remarcable. En cuanto al resto de
actores, la verdad es que todos están correctos en sus registros.
Argumentalmente
la película tiene muchas lagunas y cambios de ritmo que, dado el largo metraje
de la misma, entorpecen su desarrollo y su seguimiento por parte de los
espectadores. Por otro lado, echamos profundamente de menos una de las
principales características del cine de Tarantino: sus surrealistas y duros
diálogos.
En
definitiva, no nos pareció ni de trozo una mala película, pero sí que
esperábamos mucho más de un film de Tarantino, por lo que nuestra valoración final
es de un aceptable 5 sobre 10.
Título
original: “Inglourious Bastards” – 2009 – USA
Duración: 153
minutos
Dirigida por:
Quentin Tarantino
Género:
Acción, Bélica
Aunque no llegue a la altura de otras películas de Tarantino, sí me parece que os quedáis un poco cortos, y se merece un poco más de un 5 :)
ResponderEliminarUn saludo!
Hombre, quizá hubiésemos podido subir hasta al 5.5, pero es esta película tuvo la mala suerte de llegar a nuestras pantallas después de "Django" y claro, las comparaciones son odiosas ;) jajaja
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