El mundo del cine es un
mundo que, en ocasiones, parece tremendamente sencillo (sobreexplotando, por ejemplo,
las secuelas, precuelas y sucesivas partes indicando así una falta total de
imaginación acompañada de una necesidad de llenar las arcas de productoras y
distribuidoras) mientras que, en otras ocasiones, las que menos, aparecen
cintas que son auténticas obras de arte, originales, potentes y porque no
decirlo, inolvidables.
Con todo, hay un punto que
ayuda a que una película pase del bloque de películas del montón al de buenas
películas sin necesidad de tener una idea realmente original, el guion. Un buen
guion es, para nosotros, el punto de partida necesario para conseguir un buen
producto cinematográfico, obviamente ayudado por la visión del equipo de
dirección con capacidad suficiente para transmitir emociones e implicar al
espectador en la historia
Dentro de este grupo de
directores, nos encontramos con el barcelonés Juan Antonio Bayona, un hombre
que, desde sus inicios como director ha demostrado que es capaz de conectar con
el espectador, implicarle y hacerle vibrar, y todo con 5 películas (y 5 éxitos
de crítica y de cartelera) en su carrera: “El Orfanato”, “Lo imposible”, “Un monstruo viene a verme”, “Jurassic World: el reino caído” y estreno del pasado 2023, “La
sociedad de la nieve”.
Hoy en este rincón
queremos hablaros de su, por el momento, última película, “La sociedad de la nieve”,
que, aunque para mucho es una actualización de “¡Viven!” de 1993, realmente es
la adaptación de la novela homónima de Pablo Vierci sobre el trágico accidente
de aviación en los Andes de 1972.
“La sociedad de la nieve” empieza
situándonos a comienzos de octubre de 1972 en la capital de Uruguay, Montevideo,
donde nos encontramos con los jóvenes integrantes de un equipo de rugby, el “Old
Christians Club” quienes en un ambiente de diversión y positivismo tienen la
oportunidad de realizar un viaje lleno de expectativas, ir a Santiago de Chile.
Llenos de emoción, los 19 integrantes del equipo y 20 de sus familiares y
amigos, el 13 de octubre de 1972 se montan en un pequeño avión e inician el
viaje.
A las pocas horas de vuelo
y mientras los viajeros se divierten en el avión, este entra en una zona de
altas turbulencias provocadas por una potente tormenta cruzando la cordillera
de los Andes. Cuando parece que la tripulación ha sido capaz de salir de la
tormenta, el avión sufre un espectacular accidente debido a la baja altura que
lleva y la altitud de las montañas.
Sin apenas darse cuenta,
el avión se parte en dos provocando la muerte instantánea de muchos de sus
ocupantes y dejando al resto en medio de un cono de montañas con, lo que queda
del fuselaje del avión, medio cubierto de nieve.
Cuando los supervivientes consiguen
salir del fuselaje muy pronto se dan cuenta de la magnitud de la tragedia,
están completamente aislados del mundo, en la cima de los Andes, rodeados de nieve,
de hielo y sin posibilidad de poder comunicarse con el mundo.
Tras las primeras horas en
la nieve, el grupo decide prepararse para pasar la noche a temperaturas gélidas,
sacan los cadáveres y todas las piezas (sillas, hierros, maletas, etc.) del
fuselaje del avión que pueden generar problemas, se hacen con las piezas de
ropa que pueden de los equipajes y juntan, para racionar, la poca comida que
encuentran.
Al segundo día, ven un
avión de rescate, pero pese a sus intentos desesperados, no los ven. Al tercer día,
la comida se les acaba y empiezan las cábalas de cuánto tiempo podrán durar
solos, en medio de la nieve y sin comida.
Días después y tras alguna
tormenta de nieve, parte del grupo empieza a plantear la posibilidad de comer
carne humana, sí, caer en el canibalismo para tener alguna opción más de sobrevivir
haciendo saltar las alarmas de varios de los integrantes del grupo. Al final, y
tras un largo debate, la mayoría de los supervivientes aceptan ceder su cuerpo
al resto cuando mueran dando así carta blanca a una opción más de supervivencia.
Luchadores y supervivientes de "La sociedad de la nieve" |
Los siguientes días,
varios miembros de la expedición mueren, ya sea por el frío, por lesiones o por
enfermedades dando así la opción al resto a poder comer sus cuerpos, cosa que
la mayoría hacen. Esta situación provoca que, un grupo de jóvenes decida hacer
una expedición para buscar el fuselaje de la cola del avión, pero no lo
encuentran a la primera y cuando lo hacen, comprueban que los viajeros que estaban
en la cola han muerto, por tanto, deciden llevarse de allí la batería del avión
y la radio.
Nuevas ventiscas,
tormentas y accidentes merman rápidamente, y el paso del tiempo, no ayuda en nada.
Cuando llevan ya casi dos meses perdidos en la montaña, un grupo de tres
supervivientes deciden abandonar el grupo y cruzar las montañas en busca de
ayuda ¿tendrán éxito en su misión? Como es obvio, nosotros sabemos la respuesta,
y quien conozca la historia, también, pero no os lo contaremos por aquí.
“La sociedad de la nieve”
supone varios retos importantes para su equipo de desarrollo, el primero crear
una obra que en todo momento será comparada con un clásico de la supervivencia “¡Viven!”,
una película ambientada en el mismo accidente de los Andes. El segundo, replicar
el enfoque que da el autor de libro resaltando, por encima de la crueldad del
accidente, los actos de coraje, de solidaridad y reflexión vital a los que los
accidentados deben enfrentarse. Tercero, conseguir una escenografía y una
fotografía que nos lleven a la alta montaña, haciéndonos sentir que estamos pasando
frío en los Andes (aunque se haya grabado, parcialmente, en Sierra Nevada).
Uno de los grandes aciertos
de “La sociedad de la nieve” es la forma como Bayona y su equipo transmite al espectador
el estado de ánimo (cómo pasan de la alegría al miedo, o de este a la profunda
desesperación por su supervivencia) de los accidentados con unas transiciones
que nos ponen los pelos de punta con la ayuda de las imágenes, la música, etc. Sin
lugar a duda, realismo casi en estado puro.
Muchos pensarán en el
amarillismo para conseguir el realismo, como se ha visto en muchas películas,
pero nada más lejos de la realidad, Bayona y su equipo se centran en transmitir
las emociones, los dilemas a los que se enfrentan los accidentados, su agonía y
todo, sin caer en imágenes truculentas o sangre e higadillos.
Otro de los grandes
aciertos de “La sociedad de la nieve” es la elección de su reparto consiguiendo, todos ellos, conmovernos con su realismo, se nota y mucho que todos han estado en
contacto con los supervivientes del accidente, sobre todo por la forma que nos
transmiten el drama y el espíritu de resiliencia que tuvieron que crear para
sobrevivir o luchar por ello. Sin lugar a duda, un acierto total.
Por todo lo que os hemos
contado, nuestra nota final para “La sociedad de la nieve” es de un 8.5 sobre
10.
Título original: “La sociedad de la nieve” – España – 2023
Dirigida por: Juan Antonio Bayona
Duración: 144 minutos
Género: Drama, Supervivencia, Aventuras
Realmente fue así! Fueron una serie de tragedias consecutivas las que tuvieron que vivir estos jóvenes deportistas y familiares que los acompañaban! Salieron solo con ganas de pasarla bien y compartir con amigos ,como todo joven y los sorprendió este accidente con consecuencias terribles que tuvieron que enfrentar con decisión y valentía pero que dejaron secuelas irreparables.
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