"Ay, por favor” ¡Cuanto vamos a echar de menos a
la gran Paulina de Mora! Esa mujer directa, sin tapujos y que no tiene miedo a
decir nada, aunque lo diga de una forma más que peculiar. Al final habrá estado
entre nosotros sólo un par añitos, pero su rastro y personalidad, perdurará. La
descubrimos en agosto de 2018, cuando la plataforma de streaming Netflix lanzó la
serie mexicana “La casa de las flores” convirtiéndose para nosotros en un
personaje entrañable.
Poco más de un año después de su estreno llegó a
nuestras pantallas la segunda temporada de “La casa de las flores”, una
temporada que, por cierto, ya os podemos decir que es la más floja de las tres
que tiene esta serie. Finalmente, y en pleno confinamiento por la pandemia del
COVID-19 llegó al catálogo de la plataforma la tercera temporada (y temporada final)
de “La casa de las flores” y como no podía ser de otra forma, los miembros de
este equipo nos hicimos con nuestro hueco en el sofá para verla de un tirón.
Esta tercera temporada de “La casa de las
flores” empieza justo en el punto donde lo dejó su fallida predecesora, con
Paulina de la Mora (Cecilia Suárez) entrando en prisión después de entregarse y
su hermana Elena (Aislinn Derbez) en coma en el hospital después del accidente
que sufrió.
La vida para Paulina se complica por momentos ya
que, en la cárcel además de tener de compartir celda con Jenny, la ex líder de
la secta de “La parvada” que su familia denunció, debe enfrentarse a la
hostilidad de sus compañeras de presidio instigadas por la propia Jenny. Por si
fuera poco, Victoria, la madre de Verónica y abuela de Paulina, Elena y Julián,
llega a la casa grande para hacerse cargo de ella, complicando y mucho la vida
de todos por su forma de ser y de tratarles.
Por sorpresa de todos y como María José no puede
desplazarse a México por trabajo, envía en su lugar a su hermana Purificación,
pero esta, presa por una envidia insana, más que ayudar a Paulina, le complica
la vida, pues queda verla, por tiempo, encerrada en la cárcel mientras ella, se
hace pasar por María José.
A quienes parece que todo les va viento en popa
es a la pareja formada Julián y Diego, aunque tienen que hacer frente a dos
problemas graves, la salida del armario definitiva de Diego ante sus homófobos
padres y el descubrimiento de que Elena, aún en coma, está embarazada de Diego.
Pero como todo tiene un inicio y para evitar el
desaguisado de la temporada previa, la historia
se desplaza a modo de flashbacks y simultaneando con lo que os estamos contado,
a un ya lejano 1979, allí nos encontramos con una Victoria controladora que
mantiene a su marido enfermo encerrado en la habitación mientras extiende su control
sobre una joven Verónica (a quien da vida Isabel Burr).
Victoria, ansiosa de dinero y de poder pretende
casar a su hija con la mejor opción, aunque esta no puede ni verlo. Cansada de
la déspota de su madre, Verónica y su novio Salomón “Salo” Cohen y dos amigos,
Ernesto de la Mora y Patricio “Pato” Lascurain deciden irse a pasar unas
vacaciones de diversión lejos de la casa grande.
Durante esas vacaciones, el alcohol y las drogas
corren con fluidez entre los cuatro jóvenes mientras disfrutan del sexo, los
ligues y las fiestas. Por un lado, y aunque “Pato” es homosexual,
después de intentar ligar con varios chicos, acaba teniendo sexo con Verónica a
vistas de Ernesto, mientras el resto de tiempo, esta lo pasa con su novio “Salo”.
Unas vacaciones que, poco a poco se van llenando de secretos casi inconfesables
que acompañarán a los cuatro amigos hasta nuestros días.
Pato, Virginia, Ernesto y Salo en el desfile del orgullo gay 1979 |
¿Cómo acaba Virginia con Ernesto si su novio era
“Salo” y tiene sexo con “Pato”? Y en la actualidad ¿saldrá Paulina de la cárcel
pese a tener a Puri de defensora? Y más importante aún ¿quedará la casa grande
en manos de los hermanos De La Mora? Como ya os podéis imaginar, nosotros
sabemos la respuesta a estas preguntas, aunque no os descubriremos nada si os
decimos que, aquí no encontraréis ninguna respuesta.
Técnicamente, nos gustaría remarcar el excelente
trabajo de Manolo Caro, el creador y director de “La casa de las flores” ya
que, después de una temporada realmente floja ha conseguido recuperar la
chispa, el humor y la magia que hace dos años nos enganchó a una mayoría. En
este cierre de la historia, el humor y la crítica social han vuelto por todo lo
alto, y lo han hecho con unos personajes potentes, una escenografía cuidada y
todo envuelto con un halo de purpurina LGTB que consigue hacernos vibrar
durante los 11 capítulos de esta temporada.
Desde el punto de vista interpretativo, queremos
remarcar que, de acuerdo a la potente personalidad que se les dibuja, todo el
plantel de actores está magistral, aunque brillan especialmente, la gran
Cecilia Suárez dando vida a esa Paulina que nos acompañará para siempre, Paco y
María León dando vida a los hermanos Riquelme y, aunque parezca mentira, las
nuevas incorporaciones: Isabel Burr dando vida a la joven Virginia y Christian
Chávez interpretando brillantemente a un sorprendente “Pato”.
En definitiva, y una vez finalizada “La casa de
las flores”, podemos deciros que es una serie que desde el primer momento ha
optado por la inclusión de la diversidad, tratando sin tapujos temas como la
homosexualidad, la transexualidad, la prostitución, la infidelidad, las drogas
y todo, en base a unos personajes bien detallados, bien construidos y destilando
frescura y diversión por los cuatro costados (salvo en la segunda temporada).
Por todo lo que os hemos contado nuestra nota
final para esta tercera temporada de “La casa de las flores” es de 8.5 sobre
10.
Título
original: “La casa de las flores” – México
Género:
Drama,
Año de
creación: 2018
Año de
finalización: 2020 (tercera y última temporada)
Capítulos: 33
capítulos
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