La verdad
es que, a los del equipo, el ballet no nos atrae demasiado. Eso sí, cuando
tenemos la oportunidad de disfrutar de una película con cierto cartel, no la
dejamos pasar, aunque la temática sea el ballet. Esto es lo que nos sucedió
este pasado fin de semana, cuando unos amigos nos dijeron: “¿os apuntáis a ver
‘El cisne negro’?” Evidentemente, aceptamos.
Poco
sabíamos de “El cisne negro”, salvo que hace un par de añitos tuvo cierta fama
y prestigio, tanto en cartelera como en la entrega de Oscar de 2010, donde
obtuvo la estatuilla a la mejor interpretación femenina para Natalie Portman.
La película empieza presentándonos a Nina (Natalie Portman) una joven bailarina del ballet de Nueva York. Nina vive con su tirana madre, una bailarina retirada que la trata como si aún fuera una niña.
En el
trabajo, las cosas no le van mejor, Nina está centrada totalmente en conseguir ser la mejor, aunque ello la lleve a no trasmitir sentimientos en sus pasos. Mientras, en vistas del próximo estreno de “El lago de los cisnes”, el Ballet
de Nueva York decide hacer una renovación de su veterana bailarina estrella, la cual es apartada del grupo.
La nueva
protagonista deberá ser capaz de interpretar tanto al bello y grácil cisne blanco, como al malvado cisne negro. Para ello, el director de la compañía Thomas Leroy (Vincent Cassel) deberá escoger entre las dos mejores bailarinas
de su compañía, Nina y la recién llegada Lily (Mila Kunis).
Para
interpretar al cisne blanco, Leroy lo tiene claro, Nina es la escogida, y para
el cisne negro, Lily, pero él necesita una bailarina que sea capaz de
interpretar a ambos personajes.
Finalmente
la escogida es Nina aunque continúe sin trasmitir que sienta el personaje, sin
trasmitir emociones al público. A partir de este punto, la rivalidad entre
ambas chicas va en ascenso, tanto que la noche previa al ensayo general, Lily
invita a una desenfrenada noche de sexo, pasión y drogas a Nina, dejándola casi
al margen del mismo ensayo.
Lily lo
niega, pero nuestra protagonista está convencida de lo que ha vivido, y tiene
claro que su rival quiere minarla y desmoralizarla. Falta poquísimo para el
estreno de la obra y Nina continua luchando contra si misma, y contra sus
propios fantasmas para conseguir ser el auténtico cisne blanco/negro.
¿Lo conseguirá? Evidentemente, nosotros lo sabemos pero, como ya os podéis imaginar, no os los vamos a contar.
Lo que sí os contaremos es que el primer tercio de película, a los del equipo nos pareció excesivamente lenta y carente de ritmo y sin apenas capacidad de seducción, situación que empezó a cambiar a raíz de la irrupción en la trama del personaje de Lily y su visita nocturna a Nina, y llegó a su clímax coincidiendo con el
sorprendente final de “El cisne negro”.
En ese
primer tercio de la película, ni los geniales trabajos de Vincent Cassel en el
papel del provocador director de la compañía, y de Natalie Portman en el papel
de Nina logran enganchar. Superado este trance, sé que Natalie Portman copa
totalmente la pantalla con un trabajo que te hace sentir la locura por la
perfección, la dualidad de un personaje que no sabe controlar su lado oscuro,
la angustia por vivir al máximo.
La verdad es que, no es que el resto de personajes lo hagan mal, que no es así, pero “El cisne negro” tiene una protagonista que es Nina (Natalie Portman) y eso al fin y al cabo se nota, y acaba pasando factura al resto, degradándolos casi a secundarios de lujo, aso sí, con buenas interpretaciones en la mayoría de los casos.
Al
finalizar la película nos sentimos contrariados, ¿nos había gustado? ¿había sido demasiado lenta? ¿dura en algunas escenas? El resultado final de nuestra valoración lo obtuvimos al día siguiente de la visualización, cuando aún estábamos hablando de Nina y de su cisne. Evidentemente, la película nos gustó, y por eso, su desenlace y el trabajo de sus intérpretes, los del equipo le ponemos un 7 sobre 10.
Título
original: “Black Swan” – 2010 – USA
Dirigida
por: Darren Aronofsky
Duración:
109 minutos
Género:
Drama, thriller
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