No es la primera vez, y
ya van muchas, que la fama de una producción de Netflix se extiende como la
pólvora por las redes sociales y medios de comunicación sin apenas haber
dispuesto del tiempo necesario para su completo visionado. Lo vivimos en “The Cloverfield
Paradox”, “Aniquilación”, “Narcos”, “Sense 8” o incluso la española “La Casa de
Papel”.
A comienzos del pasado
mes de octubre la historia de repitió, llenando páginas, marquesinas y anuncios
con imágenes de un grupo de adolescentes con uniforme de instituto pijo y adjetivos
al estilo de “transgresora”, “exquisita”, “adictivo cóctel de religión, sexo y
corrupción”, “la serie más vista del mundo”, etc. Sí, hoy os hablaremos del
penúltimo bombazo de Netflix: “Élite”.
Desde el primer
episodio, “Élite” nos presentará dos visiones de la sociedad desde la
perspectiva de la adolescencia, ya que por un lado tenemos a los alumnos del
elitista colegio privado “Las Encinas” (la mayoría de ellos, hijos de
millonarios, constructores, empresarios, etc.), y por el otro, a tres becados
de un instituto de barrio que se derrumbó en extrañas circunstancias.
Totalmente desubicados,
el responsable Samuel (Itzan Escamilla), la perfeccionista y musulmana Nadia (Mina El Hammani) y
el chulito de barrio Cristian (Miguel Herrán), los tres chicos pobres, llegan
al instituto de “Las Encinas” donde, de entrada, son rechazados frontalmente
por sus nuevos compañeros de clase, capitaneados por Guzmán (Miguel Bernardeau)
el hijo del constructor que les paga la beca, su novia Lucrecia (Danna Paola),
la “marquesa” Carla (Ester Expósito) y el novio de esta, Polo (Álvaro Rico).
Al poco de empezar la
trama de “Élite” se nos presenta un flashforward (un desplazamiento temporal
hacia el futuro), donde descubrimos que alguien muere en la piscina del
instituto de “Las Encinas”.
Con este punto de
partida, que a la vez representa el desenlace de esta primera temporada, los
protagonistas pobres van desgranando sus problemas y sus relaciones con sus
compañeros ricos. Por un lado, tenemos a Samuel, quien aparte de entrar en “Las
Encinas” recibe la noticia que su hermano Nano (Jaime Lorente) acaba salir de
la cárcel mientras él, se siente totalmente atraído por Marina (María
Pedraza), la hermana seropositiva de Guzmán.
Guzmán no acepta el
acercamiento de Samuel a su hermana, y Marina no consiente que su familia se meta en su vida mientras
ellos tapan sus vergüenzas, por tanto opta por llevar a Samuel a todas
partes donde pueda. Paralelamente a las luchas de Marina, Cristian se codea
también con las altas esferas sociales, ya que ha aceptado una relación a tres
bandas con Carla y Polo.
Por si fuera poco, la
déspota Lucrecia no soporta que Nadia sea una estudiante más brillante que
ella, por tanto insta a su novio Guzmán a que se acerque a ella y se la ligue
para después dejarla en ridículo. En este proceso de acercamiento,
descubriremos el integrismo del padre de Nadia, quien no permite ni tolera la
amistad de su hija con Guzmán, y ni mucho menos la relación homosexual de su
hijo Omar (Omar Ayuso) con Ander (Arón
Piper), el hijo de la directora de “Las Encinas” y mejor amigo de Guzmán.
Muchos frentes
abiertos, muchas historias entrelazadas, y una pregunta: “¿Quién mató a la
persona que aparece en la piscina?”. Y claro, como ya os podéis imaginar, hasta
aquí lo que os podemos contar del argumento de “Élite”.
Bajo nuestro punto de
vista, técnicamente en “Élite” estamos ante una serie con una muy buena idea
argumental enturbiada, quizá, por demasiadas sombras. Por un lado, le
reconocemos la originalidad de enfrentar los caracteres y ambientes de ricos y pobres, junto con tramas de poder, mientras el
“bullying” y la homofobia están casi en el orden del día de cada capítulo. Por
el otro lado, el elevado ritmo en que suceden las cosas durante los 8
capítulos de esta primera temporada, provoca que se toquen demasiadas tramas en
cada capítulo, dejándonos con la sensación de que no ha pasado nada
significativo más allá de acciones aisladas buscando la sensibilidad del
espectador.
Interpretativamente,
para los miembros de este equipo, es donde “Élite” tiene el principal hándicap,
ya que ninguno de los elegidos da el pego como adolescentes de 16 años (que es
lo que deberían tener), y están todos demasiado acartonados y distantes con el
público. Quizá los únicos que salvamos de esta quema, es a los secundarios:
Danna Paola por su papel de repelente pija mala, Omar Ayuso y Arón Piper por
sus complicados papeles de camello musulmán homosexual y fumeta homosexual
respectivamente.
No os vamos a engañar,
a los miembros de este equipo no nos ha gustado “Élite”, nos ha parecido que con
ella se ha desperdiciado una muy buena idea argumental perdiéndose en una
maraña de subtramas (de sexo, asesinato, drogas, racismo y bullying) que
tampoco se explotan ni se arriesga con ellas, haciendo bueno el refrán de: “quien
mucho abarca poco aprieta”.
Bajo nuestro particular
punto de vista, a esta primera temporada de “Élite” le ha faltado arriesgar y
apretar en las tramas que ha presentado, para no quedarse en lo que al final se
ha quedado, una serie de adolescentes con toques de drama.
Por todo lo que os
hemos contado, a esta primera temporada de “Élite” le ponemos un 4.5 sobre 10.
Título
original: “Élite” – España
Género: Drama, Thriller, Adolescentes
Año de creación: 2018
Capítulos:
8 (en una temporada)
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