En agosto siempre hay
alguna tarde propicia para disfrutar de una sesión de cine, y que mejor que
hacerlo con alguna cinta que nos permita alejarnos de nuestros pensamientos
cotidianos, es decir, una comedia, una cinta de animación o incluso alguna de
superhéroes (tan a la moda estos últimos tiempos). En esta ocasión los del
equipo optamos por buscar en la cartelera una comedia sin demasiadas
pretensiones, optando finalmente por “Y de repente tú” gracias a la potente
campaña publicitaria que se orquestó a su alrededor durante la semana de su estreno.
El film comienza con un
flash-back de más de 20 años en el aparecen dos niñas escuchando el discurso de
un alternativo, desvergonzado y extravagante padre, quien les explica a sus dos
hijas que el motivo por el cual ha decidido separarse de su madre es que él no
comparte en absoluto la obligatoriedad de la monogamia.
Ya en la actualidad, se
nos presenta la situación actual de la familia, en la que vemos como Amy, la
niña pequeña del flash-back inicial a quien interpreta la cómica Amy Schumer,
se ha transformado en una periodista que trabaja en la redacción de una revista
descaradamente amarillista. La vida de Amy se ha convertido en un auténtico
torbellino, tanto en lo personal, donde aplica al pie de la letra las creencias
de su padre, como en lo profesional, donde su jefa le maneja sin
contemplaciones.
Lo que al comienzo era
algo divertido se ha transformado en una rutina que no satisface a nuestra
protagonista, en la que ni su fornido novio oficial, ni tan siquiera uno de sus
múltiples ligues consiguen dar sentido a su vida.
Pero, como todo en este
mundo, la vida de Amy da un vuelco inesperado cuando su jefa le asigna un
reportaje sobre el exitoso médico deportivo Aaron Conners (Bill Harder) ya que,
como quien no quiere la cosa, Amy y el tímido y exitoso doctor van estrechando
lazos, lo que le fuerza a plantearse si su forma de vida es realmente acertada.
Y como ya os podéis
imaginar, aquí dejamos nuestra crítica argumental para pasar a la vertiente más
cinematográfica de la misma.
Os debemos asumir que,
para nosotros, tanto Amy Schumer como Bill Harder han sido hasta el visionado
de esta película dos auténticos desconocidos, lo que nos resulta sencillo de
comprender ya que, Amy Schumer nunca consigue llenar la pantalla ni
trasmitirnos de forma natural sus líos vitales pese a tener un exceso de
protagonismo. Respecto a Bill Harder, debemos reconocer que la cosa mejora sin que
su actuación sea como para llegar a echar cohetes. De hecho si os decimos que el
papel (más de secundario que de cameo) de LeBron James
resalta más que el de los dos protagonistas, está dicho todo, ¿verdad?
Técnicamente tampoco es
una gran joya, ya que en ningún momento Judd Apatow (el director de la cinta)
es capaz de darle un ritmo constante y coherente. Pero el hecho de que no
consiga en ningún momento hacernos creer que estamos viendo una comedia es aún
más grave, ya que más allá de algunos gags protagonizados por la histriónica
Amy Schumer que se ven acompañados por algunos de los múltiples cameos
repartidos entre las más de dos horas de metraje, el resto de la película es
más parecida a un drama.
Para nosotros “Y de
repente tú” es una comedia desaprovechada que intenta impregnarse de la típica
situación romántica surgida entre dos polos opuestos, aunque lamentablemente se
quede a medio camino de las dos cosas. Sin lugar a dudas, una más del montón, por
lo que la nota se queda en un 5 sobre 10 y va que se estrella.
Título original: “Trainwreck”
– USA – 2015
Dirigida por: Judd
Apatow
Duración: 125 minutos
Género: Comedia,
Romántica
Hola Joan.
ResponderEliminarA mi me gustó, aunque con bastantes reservas. Me atrevería a decir que le sobra metraje, se hace demasiado larga... de haber sido más corta y haber dosificado mejor sus gags humorísticos, hubiera podido ser mejor, pero es entretenida... siendo una buena elección para una tarde dominical.
Muy buena crítica compañero. Saludos!!! ;)