Ser madre primeriza
después de los 40 es un tema mucho más actual de lo que nos imaginamos. La
inestabilidad laboral, el ritmo de vida que llevamos y la dificultad que muchos
tienen para relacionarse, ayudan a que el primer hijo llegue cada vez más tarde.
Si a todo ello le sumamos la personalidad de la solterona más célebre de la
historia reciente del cine, conseguimos ya todos los ingredientes de la última
parte de la saga “Bridget Jones”, la recientemente estrenada “Bridget Jones’s
baby”.
Estamos convencidos de
que todo el mundo recuerda como mínimo con cierto cariño a la insegura y
regordeta treintañera Bridget Jones, o al menos de que todo el mundo la
recuerda buscando sus bragas faja mientras deshojaba la margarita de quedarse
con Marc Darcy o con Daniel Cleaver.
Pues bien, después de
12 años de no saber nada de la buena de Bridget, más allá de la polémica
operación de estética a la que Renée Zelweger (su intérprete) se sometió en
2014, este septiembre ha llegado a nuestras pantallas la tercera parte de la
saga, “Bridget Jones’s baby”.
En esta tercera parte
la historia se sitúa unos 10 años después de las últimas aventuras que
conocíamos de Bridget, habiendo dejado atrás tanto su treintena como unos
cuantos kilos, así como a sus dos amores, Marc Darcy y Daniel Cleaver. A sus 43
años continua soltera, algo más segura de sí misma y volcada en su carrera como
productora de noticias.
El día de su
cumpleaños, Miranda, su amiga y presentadora de las noticias le regala por
sorpresa una entrada con noche incluida a un festival de música. Allí, después
de desmadrarse completamente conoce a Jack (Patrick Dempsey), un guapo y millonario inventor de
un algoritmo capaz de detectar el grado de compatibilidad entre dos personas.
Una semana después de
conocer a Jack, un viejo fantasma del pasado de Bridget vuelve a cruzarse en su
vida, el estirado y recién separado Marc Darcy (Colin Firth), recuperando cual
ave fénix la extinguida llama de lo que años atrás les unía.
Nuevamente dos hombres
física y personalmente opuestos llegan a la vez a la vida de Bridget, lo que
en principio no supone ninguna novedad en su vida hasta que conoce que está
embarazada, complicándose todo cuando descubre que por las fechas con las que
cuenta el bebé puede ser tanto de Jack como de Marc.
A vosotros ¿quién os
gustaría que fuera el padre del retoño de Bridget? Aunque no os los vamos a
decir, sí que os avanzamos que nos equivocamos en nuestras quinielas.
Argumentalmente, y
aunque os pueda parecer mentira, os diremos que esta “Bridget Jones’s baby” nos
ha parecido un poco una vuelta a los orígenes, con una trama argumental
sencilla, repleta de chistes y de situaciones divertidas que, como mínimo a
nosotros nos han reportado dos horas de diversión, consiguiendo hacernos salir
de la sala con una sonrisa sincera en la boca, siendo esto algo que,
sinceramente, cuesta encontrar en el cine.
Interpretativamente
pocas sorpresas, con una Renée Zelweger haciendo de su personaje (aunque parece
que sea otra) a la perfección, un Colin Firth magistral que, una vez más, nos
demuestra que es tan capaz de enfundarse en el papel de un rey tartamudo como
de hacernos reír con su papel de abogado estirado y sieso, mientras que Patrick
Dempsey cumple más que a la perfección ejerciendo de contrapunto a Firth.
Realmente para
nosotros, y una vez pasado el efecto sorpresa de “El diario de Bridget Jones”, esta “Bridget
Jones’s baby” es sin lugar a dudas la mejor entrega de la saga, aunque quizá
para algunos pueda ser la primera de las entregas sin Bridget Jones gracias al
radical y para nosotros desafortunado cambio de aspecto al que se sometió su
protagonista hace un par de años.
Si os gustan las
comedias con la que salir de la sala sonriendo, os la recomendamos totalmente.
Nuestra nota final es de un 8 sobre 10.
Título original:
“Bridget Jones’s baby” – 2016 – Reino Unido
Dirigida por: Sharon
Maguire
Duración: 122 minutos
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