Cada vez estamos más
convencidos de que la gente de Pixar se debería dedicar exclusivamente a lo que
realmente hace mejor que nadie y no, no nos referimos a llenar las cajas de
caudales de la matriz Disney, sino a crear historias originales de la nada, con
unos personajes maravillosamente trazados tanto física como psicológicamente
que consiguen atraparnos desde el primer minuto de metraje y dejarse de
secuelas (“Cars 2”, “Monstruos University”, “Toy Story 2” , “Toy Story 3”,
etc) que, salvo honrosas excepciones, son de lo más mediocre.
Quizá por eso, cuando
anunciaron a bombo y platillo la tercera parte de una de sus franquicias más
flojas, los del equipo estuvimos muy, pero que muy a punto de ignorarla y pasar
de verla en pantalla grande, aunque al final, el hecho de haber visto las dos
primeras parte, así como descubrir que esta tercera tenía algunas críticas
positivas, nos ha hecho caer en la tentación de ver “Cars 3”, y hoy os contamos
qué nos ha parecido.
El tiempo no pasa en
balde para nadie y, como no podía ser de otra manera, para Rayo McQueen
tampoco. Con siete “copas Pistón” a sus espaldas y siendo uno de los coches más
queridos de la famosa copa Rayo tiene cada vez más claro que el momento de su
jubilación se va acercando.
Esta sensación se le
acrecienta cuando, a mitad de temporada, entra en carrera un nuevo corredor,
Jackson Storm, quien con una arrogancia que recuerda a Rayo McQueen en sus
primeros tiempos y una tecnología mucho más moderna que la de nuestro
protagonista, consigue dejarlo en evidencia a la primera de cambio. Adicionalmente,
Rayo va comprobando como carrera a carrera sus compañeros más veteranos van dejando
paso a una nueva generación de corredores hasta que, en la última carrera de la
temporada, Rayo intenta forzar al máximo y acaba sufriendo un aparatoso
accidente.
Cuatro meses después,
Rayo continúa en Radiador Springs recuperándose del daño moral recibido y
valorando una posible retirada, aunque él lo tiene claro; quiere retirarse por
su cuenta, corriendo y ganando.
De forma totalmente
sorpresiva, los dueños de Rust-eze (su patrocinador de siempre) le ofrecen la
oportunidad de entrenarse en el nuevo centro de entrenamiento de su empresa.
Allí es asignado a Cruz, una entrenadora/coach que intenta motivar a Rayo, pero
no con los resultados esperados.
Pintan bastos para Rayo
McQueen, así que toca volver a los orígenes, los suyos y los de su gran mentor
(el desaparecido Doc). ¿Conseguirá su objetivo, o deberá retirarse sin haber
ganado una última carrera? Nosotros evidentemente lo sabemos, pero si lo
queréis saber vosotros os tocará correr como Rayo a las salas de cine.
Después de la nefasta
“Cars 2”, la gente de Pixar parece que ha recuperado un poco la neurona perdida
en esta tercera parte de la franquicia y han devuelto a Rayo y los suyos a las
áridas tierras Arizona y California de donde, sinceramente no deberían haber
salido nunca.
Argumentalmente también
es una vuelta a sus orígenes para enfocar el difícil trance de hacerse a un
lado para que las nuevas generaciones tomen el ritmo y el riesgo, intentando,
eso sí, dar este paso usando la puerta grande, no la de servicios.
Como en la primera parte
de la saga, los personajes de esta “Cars 3” continúan careciendo de la
profundidad necesaria para que nos impliquemos con ellos y con sus problemas.
Únicamente la arrogancia de los campeones es reflejada con fidelidad, una pena,
ya que todos sabemos que Pixar sabe hacerlo mucho mejor, por lo que, bajo
nuestro punto de vista, debe obligarse a hacerlo en cada una de las cintas que
realiza.
Título original: "Cars 3" - USA - 2017
Dirigida por: Brian Fee
Duración: 109 minutos
Género: Animación
Otras partes de la saga:
"Cars 2" - 2011
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